Campeón de la URSS
En el 46º Campeonato de la URSS, celebrado en la capital de Georgia, Tiflis, en 1978, Zeshkovsky sumó 11 puntos (+6 =10 -1). Venció a Beliavsky, Kasparov, Makarychev, Razuvaev, Mijalchishin y Dorfman, y perdió ante Gulko. Ese resultado le valió compartir el primer puesto con Mijaíl Tal: había llegado para él el momento de la gloria.
Durante el campeonato estalló una pequeña bomba: Boris Gulko (que había compartido el primer puesto en el campeonato anterior) y su esposa, Anna Asharumova (campeona femenina de la URSS en 1976), habían solicitado emigrar a Israel. Esto alteraba el de por sí inestable y artificial equilibrio del ajedrez soviético. En realidad, el destino de los Gulko parece curiosamente vinculado a los años gloriosos de Zeshkovsky, pues sólo en mayo de 1986 conseguirían, finalmente, el precioso visado que les permitiría dejar la URSS.
En ese año de 1986, ocho años después, el campeonato se celebraría en Kiev y nuestro hombre consiguió proclamarse campeón de la URSS, otra vez con 11 puntos e idéntico resultado parcial (+6 =10 -1). ¡Parece que Zeshkovsky tenía bien medidos los requerimientos competitivos! Perdió con Beliavsky, pero venció a Lerner, Bareev, Jalifman, Azmajparashvili, Smagin y Dvoiris. Le siguió un sexteto a la considerable distancia de un punto: Malaniuk, Eingorn, Lerner, Balashov, Gavrikov y Bareev.
1986 fue un año convulso en la Unión Soviética. Los nuevos aires habían propiciado la liberación del científico Andrei Sajarov, disidente y defensor de los derechos humanos. Por otra parte, fue también el año del definitivo divorcio entre Boris Spassky y su país natal. El excampeón mundial había anunciado que en adelante defendería la bandera de Francia, cosa que hizo –con gran éxito, por cierto– en la Olimpiada de Dubai.
Y Chernóbyl. El mayor accidente nuclear de la historia se produjo durante la celebración del Campeonato*, lo que pronto suscitaría dudas en cuanto a si los 18 participantes no se habrían contaminado por la radiactividad. En su segundo match con Karpov, Kasparov se había proclamado campeón del mundo y, apenas finalizado el encuentro, ambos contendientes declaraban que entregarían la bolsa del premio al Fondo de Damnificados de Chernobyl. Poco después, saldría a la luz una cadena de escándalos, relacionados con supuestas ventas de análisis y traiciones varias. Pero ésa es otra historia.
La glasnost (transparencia), proclamada a los cuatro vientos por Mijail Gorbachov, como primer mandamiento de la perestroika, estaba en su apogeo, y hasta el mismo campeón de la URSS se atrevió a criticar el Campeonato. Según él, el sistema Elo perjudicaba gravemente a la creatividad y participación de los grandes jugadores, que se abstenían de jugar torneos en los que peligrasen sus puntos, como las semifinales, la Primera Liga e incluso la Final propiamente dicha. Tal fue el caso en aquella 53ª edición, en la que de los diez seleccionados para el encuentro URSS-Resto del Mundo (Londres, 1984), sólo uno se había inscrito.
Entrenador de Kramnik
En la década de los ochenta, Zeshkovsky fue entrenador de Kramnik (ambos vivían relativamente cerca) y eso nos remite a una entrevista antigua:**
AG: ¿Te ha ayudado tu entrenador, el GM Zeshkovsky, a diseñar tu repertorio de aperturas?
VK: Hemos trabajado mucho juntos en aperturas, hemos visto muchas partidas desde el punto de vista de la apertura… Recuerdo que hace dos o tres años, más o menos cuando era maestro nacional, analizábamos algunas posiciones, no recuerdo exactamente en qué apertura, y era sorprendente, porque al llega a un punto yo decía, por ejemplo: «de acuerdo, las blancas están mucho mejor», y él me decía: «no, las negras están mucho mejor». Era chocante nuestra disparidad de criterio. Teníamos un punto de vista completamente distinto de las posiciones…
AG: ¿Y eso te disuadió de seguir trabajando con él?
VK: No, no… Quiero decir, todo lo contrario, que precisamente eso era muy útil y a mí me encantaba, porque me permitía aprender, contrastando nuestros puntos de vista, desarrollando mi visión del juego… Me ayudó mucho, me enseñó mucho y, sabe, ahora resulta que tenemos una opinión más próxima acerca de las posiciones y, por supuesto, él tenía razón casi siempre.
AG: Zeshkovsky tenía y tiene, según creo, gran capacidad táctica y un elevado nivel de juego, no en vano fue dos veces campeón soviético…
VK: Sí, tiene sobre todo un magnífico entendimiento del ajedrez en general.
AG: Ésa es una de las cosas que apenan de la situación actual: constatar que jugadores de la categoría de Zeshkovsky viven absolutamente alejados de los torneos internacionales, no porque ellos quieran, sino simplemente porque no los invitan.
VK: Sí, estoy de acuerdo. Es realmente una pena.
De Dubai al ostracismo
El relativo fracaso (o, digamos, el deslucido éxito) de su selección en la Olimpiada de Dubai creó una crisis en el ajedrez soviético. Cierto que la URSS pudo lograr la medalla de oro, pero no sin sobresaltos: en la octava ronda, Kasparov perdió ante Seirawan y la URSS sufría su primera derrota de equipo ante EEUU desde el Mundial de Estudiantes de 1960.
Entonces empezaron a buscarse excusas
Se criticó, por ejemplo, que de los tres analistas del equipo, uno, Nikitin, trabajase exclusivamente para Kasparov.
Pero se había criticado ya la inclusión de Zeshkovsky, a pesar de que era el vigente campeón nacional. Esas críticas fueron previas a la Olimpiada, y los resultados les dieron la razón, pues Zeshkovsky a duras penas consiguió el 50% de la puntuación en el segundo tablero reserva. Empezó bien, con dos victorias, aunque ante rivales de escasa entidad, pero tras unas tablas con el yugoslavo Hulak, perdió en sus dos últimas comparecencias ante Kiril Georgiev y Petursson. Un 50% de rendimiento era algo difícilmente aceptable para los dirigentes del ajedrez soviético y Zeshkovsky, si no arrinconado, quedó definitivamente catalogado como alguien que no daba más de sí.
*La explosión de Chernobyl se produjo el 26 de abril, y el torneo se disputó entre el 2 y el 28 de ese mismo mes, en Kiev, no lejos de la central nuclear.
**Revista Internacional de Ajedrez nº 72, septiembre 1993, p. 12.
AG: ¿Y eso te disuadió de seguir trabajando con él?
VK: No, no… Quiero decir, todo lo contrario, que precisamente eso era muy útil y a mí me encantaba, porque me permitía aprender, contrastando nuestros puntos de vista, desarrollando mi visión del juego… Me ayudó mucho, me enseñó mucho y, sabe, ahora resulta que tenemos una opinión más próxima acerca de las posiciones y, por supuesto, él tenía razón casi siempre.
AG: Zeshkovsky tenía y tiene, según creo, gran capacidad táctica y un elevado nivel de juego, no en vano fue dos veces campeón soviético…
VK: Sí, tiene sobre todo un magnífico entendimiento del ajedrez en general.
AG: Ésa es una de las cosas que apenan de la situación actual: constatar que jugadores de la categoría de Zeshkovsky viven absolutamente alejados de los torneos internacionales, no porque ellos quieran, sino simplemente porque no los invitan.
VK: Sí, estoy de acuerdo. Es realmente una pena.
De Dubai al ostracismo
El relativo fracaso (o, digamos, el deslucido éxito) de su selección en la Olimpiada de Dubai creó una crisis en el ajedrez soviético. Cierto que la URSS pudo lograr la medalla de oro, pero no sin sobresaltos: en la octava ronda, Kasparov perdió ante Seirawan y la URSS sufría su primera derrota de equipo ante EEUU desde el Mundial de Estudiantes de 1960.
Entonces empezaron a buscarse excusas
Se criticó, por ejemplo, que de los tres analistas del equipo, uno, Nikitin, trabajase exclusivamente para Kasparov.
Pero se había criticado ya la inclusión de Zeshkovsky, a pesar de que era el vigente campeón nacional. Esas críticas fueron previas a la Olimpiada, y los resultados les dieron la razón, pues Zeshkovsky a duras penas consiguió el 50% de la puntuación en el segundo tablero reserva. Empezó bien, con dos victorias, aunque ante rivales de escasa entidad, pero tras unas tablas con el yugoslavo Hulak, perdió en sus dos últimas comparecencias ante Kiril Georgiev y Petursson. Un 50% de rendimiento era algo difícilmente aceptable para los dirigentes del ajedrez soviético y Zeshkovsky, si no arrinconado, quedó definitivamente catalogado como alguien que no daba más de sí.
*La explosión de Chernobyl se produjo el 26 de abril, y el torneo se disputó entre el 2 y el 28 de ese mismo mes, en Kiev, no lejos de la central nuclear.
**Revista Internacional de Ajedrez nº 72, septiembre 1993, p. 12.
(continuará)
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