literatura, febrero 5, 2012

AG, UN LOCO POR EL AJEDREZ

El escritor francés André Gide (1869-1951) era un ferviente aficionado al ajedrez, como dan fe sus diarios y como atestiguan otros personajes célebres que lo conocieron, algunos de los cuales disputaron con él reñidas partidas ante el tablero.
Gide fue un personaje socialmente incómodo para las instituciones, primero por reconocer públicamente su homosexualidad. Luego, por defender la de otros. Finalmente, por su anticlericalismo, que llevó a la Iglesia a incluir sus libros en el índice de los prohibidos. Pero la calidad de su escritura, junto con su estatura moral y una honestidad intelectual a toda prueba, le valieron ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1947, un premio que, como es bien sabido, no se distingue precisamente por reconocer a autores de tipo transgresor.
Autor prolífico, entre sus obras más destacadas se cuentan L’Immoraliste (1909, El inmoralista), Les Caves du Vatican (1914, Los sótanos del Vaticano), Les Faux Monnayeurs (1925, Los monederos falsos), Si le grain ne meurt (1926, Si la semilla no muere).
También escribió una notable biografía de Dostoievski y su Correspondencia y sus Diarios son, a su vez, una parte importante de su obra literaria, un testimonio lúcido y personal sobre su tiempo y sus vivencias.
Los Diarios fueron escritos entre 1938 y 1951. Los fechados antes de los cuarenta, los escribió en Cuverville (Seine-Maritime), donde se encuentran sus restos. Los posteriores, en Túnez, donde se instaló durante la Segunda Guerra Mundial, y allí permaneció.
La primera declaración suya es muy conocida:

«Nada me divierte tanto como el trabajo, ni siquiera el noble juego del ajedrez.»

Siguen fragmentos de sus diarios:

«Paso demasiado tiempo conversando, jugando al tenis y al ajedrez.»
27.8.1938

«Ayer, tenis. Baño por la tarde y por la noche, ajedrez.»
29.8.1939

«Embrutecimiento total estos últimos días, contentándome al pensar que se debe a la insolación en la playa de la Marsa, durante una apasionante partida de ajedrez con Mme Ragu.»
12.6.1942

«Ayer me dejé invitar a cenar por Jean Amrouche, tras una bonita partida de ajedrez.»
9.10.1942

«Cena sencilla, cordial y encantadora en casa de los Amrouche, después de la cual Jean Amrouche se tomó la revancha de la partida que le había ganado antes de comer.»
15.10.1942

«Nada me divierte tanto como el trabajo, ni siquiera el noble juego del ajedrez, al que siempre me vence Jean Amrouche. Me conforta saber que ya lo practicaba Minos, si hay que creer a los arqueólogos.»
30.4.1944

«El joven Gérald Maurois me había invitado amablemente a cenar con él en el Park-Palace, donde se ha instalado desde hace un par de meses. En principio sólo habíamos quedado para jugar al ajedrez.»
10.9.1944

Hay otros testimonios a propósito de la afición de Gide al ajedrez, como el del crítico Armand Guibert, quien dijo que el escritor había jugado numerosas partidas con el pintor Jelab Ben Abdallah en la casa de éste en Sidi Bou Said.
Otro escritor, Henri Fauconnier (Premio Goncourt en 1930) cuenta que jugó numerosas partidas con Gide en Túnez, y también cuenta que, durante la visita que Gide hizo a Jean Giono, en Manosque, ambos jugaron continuamente al ajedrez.
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3 comentarios

  1. Antonio Gude 20:06, febrero 05, 2012

    Zappero. Como ves, no es así. Si la locura existe, desde luego nunca culparé al ajedrez, que ha enriquecido mi vida. Saludos.

  2. ReinaBlanca 14:21, febrero 05, 2012

    Celebro la coincidencia de las iniciales, lo hace muy simpático. Muy interesante el Sr. André. Un saludo.

  3. Anonymous 12:08, febrero 05, 2012

    AG son las iniciales de André Gide pero también de Antonio Gude así que al ver el titular en su propio blog pensé al instante que se refería a una autoproclamación de locura.
    zappero