AJEDREZ TERCER MILENIO
Una última cosa que ha modificado la vida del circuito internacional han sido los campeonatos nacionales por equipos que, desde hace algunos años, han incorporado numerosos jugadores extranjeros, los mejores de los cuales participan en tres o cuatro ligas diferentes. Esto ha contribuido a mejorar el estatus de los jugadores profesionales, aunque también les ha impuesto un ritmo de vida frenético en comparación con sus colegas de antaño.
Los sistemas de juego y las variantes e ideas de apertura son mucho más versátiles y, a menudo, responden a varios objetivos. Proliferan las partidas con enroques de distinto signo, lo que concede un carácter más agudo a la lucha. Por otro lado, creo que se ha acentuado la interpretación psicológica del juego y se valora más que nunca la iniciativa, lo que significa que ninguno de los contendientes quiere ceder protagonismo en la partida, ni siquiera en la primera fase de la misma.
Otra cosa que antes se consideraba tabú, las excursiones de dama para capturar un peón en plena apertura, están hoy a la orden del día, siempre respaldadas por los correspondientes análisis de ordenador. De modo que el grado de riesgo, la frontera de riesgo permisible se ha ampliado en buena medida, porque, en realidad, el jugador ha podido determinar de antemano ese riesgo. Así, líneas conocidas como del peón envenenado, en la Francesa Winawer (1 e4 e6 2 d4 d5 3 Cc3 Ab4 4 e5 c5 5 a3 Axc3+ 6 bxc3 Ce7 7 Dg4 Dc7 8 Dxg7 Tg8 9 Dxh7) o en la Najdorf/Gotemburgo de la Siciliana (1 e4 c5 2 Cf3 d6 3 d4 cxd4 4 Cxd4 Cf6 5 Cc3 a6 6 Ag5 e6 7 f4 Db6 8 Dd2 Dxb2) han sido sometidas a un minucioso escrutinio y quien las juegue con blancas deberá recelar muy mucho de su oponente de turno, pues seguramente está armado hasta los dientes de conocimientos teóricos.
El concepto de desarrollo, por otra parte, y como han comentado algunos autores, ha cambiado mucho. Antes sólo se hablaba de retraso en desarrollo y de completar el desarrollo, es decir, de la cantidad de piezas desarrolladas por cada bando. Ahora, en cambio, se tiene muy en cuenta la calidad del desarrollo o, como diría Timman, la calidad de despliegue. No sólo la movilización pura y simple de las piezas, sino también su efectividad desde las casillas por las que han sido desarrolladas. Otros conceptos dinámicos se han incorporado al juego en la apertura, como esos avances de flanco (g2-g4) en la sexta o séptima jugada, que suelen plantear jugadores muy creativos, como Alexei Shirov o Alexander Shabalov.
Por otro lado, se concede mayor importancia que nunca a la interacción y coordinación de las piezas y se tiene muy en cuenta el grado de concentración de piezas propias y ajenas en los sectores críticos del tablero.
Los sacrificios de peón (o peones) por la iniciativa, el sacrificio posicional de calidad y otros sacrificios de material son ahora muy frecuentes. El jugador ha interiorizado todo tipo de maniobras y recursos técnicos y lo que antes era ideas innovadoras ahora han pasado a ser patrimonio de la técnica.
No sólo se han precipitado los momentos críticos, que, a veces, surgen en plena apertura, sino que también se ha acelerado lo que podríamos llamar concentración de la lucha en sectores críticos (ataque en un sector, rupturas centrales, tensiones varias), con jugadas muy enérgicas desde los primeros compases de la lucha. Las posiciones desequilibradas, con material heterogéneo (que los rusos suelen llamar irracionales, aunque personalmente prefiero el término caóticas) están hoy a la orden del día. En la segunda década del siglo xxi podemos comprobar que la esencia dinámica de la partida de ajedrez ejerce un justificado protagonismo.
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Del prólogo a DINAMISMO Y CÁLCULO EN AJEDREZ, A. Gude, Ediciones Tutor.
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