ajedrez, junio 26, 2013

BOLESLAVSKY: EL GHETTO INTERIOR

ISAAK Efremovich BOLESLAVSKY (1919-1977) ganó tres campeonatos de Ucrania (en 1938, 1940 y 1941) y dos de Bielorrusia (1951 y 1964).

Obtuvo el título de gran maestro en 1950 (año en que compartió el primer puesto en el Torneo de Candidatos, con Bronstein). Fue entrenador jefe de la Escuela de ajedrez de Bielorrusia, entre 1966 y 1976. Era doctor en Filología rusa.
Una de las claves para entender su trayectoria ante el tablero radica en su salud: Boleslavsky era un hombre absolutamente sedentario y un tanto apagado. «Mi padre tenía miedo de la vida real y sus sorpresas», dice su hija Tatiana.
La realidad le había dado algún que otro motivo para ese temor. Por ejemplo: el hecho de que trabajase  durante años en una ambiciosa tesis doctoral sobre el escritor y crítico Shedrin y que, cuando la sometió a los académicos que debían valorarla, éstos le dijesen que «en la URSS no estaban bien vistos ese tipo de estudios, que no reflejaban los principios marxista-leninistas.» Si esto no inhibe a un investigador, ¿qué podría hacerlo?
Esta típica muestra de la opresiva atmósfera soviética sin duda ejerció un perverso efecto sobre su espíritu. A partir de ese momento, el «reservado, poco sociable y desconfiado» (Tatiana dixit) Boleslavsky se encontró (¿o se refugió?) exclusivamente en el ajedrez, pero incluso en nuestro juego (¡y aun siendo un gran maestro sobresaliente!) estaba mucho más dotado para el análisis teórico que para la competición.
Boleslavsky se dio a conocer a Occidente cuando ganó su minimatch con Fine del match por radio URSS-EEUU de 1945, así como por su sexto puesto en el Memorial Staunton de Groninga. Cuando, en 1948, se clasificó tercero en el Interzonal de Saltsjöbaden, el mundo del ajedrez ya sabía quién era.
Según Bronstein, Boleslavsky era tan fuerte en 1948 que es inconcebible que la FIDE no lo hubiese invitado (lo mismo que a Najdorf) a participar en el Mundial de ese año, que se disputó sólo unos meses después del Interzonal.
Kotov cree que, desde mediados de la década de los cincuenta, su enfoque del ajedrez se volvió muy sofisticado, pretendiendo extraer o demostrar aspectos demasiado sutiles de la posición, y que esa fue la razón de que sus resultados se deteriorasen.
Según la Enciclopedia Soviética (1990), su estilo «es una amalgama ideal de estrategia, táctica, lógica y fantasía.»
El Campeonato de Bielorrusia de 1971, en el que no se luce precisamente, pone punto final a su carrera de jugador.
«Mi padre murió a raíz de un trágico accidente. Un día resbaló en el hielo de una acera y se rompió una pierna. En el hospital le sobrevino una infección y no sobrevivió. Estoy convencida de que fue incompetencia médica y que debió haberse salvado. Tenía 58 años» (Tatiana Boleslavskaia).
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