ajedrez, mayo 31, 2013

BOTVINNIK INAUGURA SU ERA (1)

HISTORIA DEL CAMPEONATO DE LA URSS

VII CAMPEONATO. Moscú, 10 octubre – 11 noviembre 1931
(EXTRACTO)


Antonio Gude

Mientras Stalin consolidaba su política y su poder en el mundo soviético, desde el exilio, Trotsky lanzaba serias advertencias sobre el ascenso del nazismo en Alemania. En Occidente se tomaba buena nota de sus palabras, pues se le consideraba una eminente figura política que tal vez podría llegar a recuperar su protagonismo en la URSS. Pero la indecisión de los partidos de izquierdas y sindicatos alemanes convirtieron en mera ilusión la idea de que un frente unido de trabajadores pudiese contener el avance del fascismo en Europa. Después de todo, el control del poder, su ejercicio, siempre ha sido bastante más efectivo que la palabra y la voluntad de movilización.
El año anterior, Vladimir Maiakovski, el poeta de Revolución, se había suicidado, dejando unos últimos versos amargos y desesperanzados: «La barca del amor encalló en la vida cotidiana.»
 
EL SÉPTIMO CAMPEONATO
En esta edición se batió el récord de participación en la fase clasificatoria, en la que tomaron parte cerca de 500 ajedrecistas.
Como Krylenko seguía dándole vueltas a las cuestiones organizativas y de formato, fue la primera vez en que no se cursaron invitaciones personales, en base a méritos anteriores: todo aquél que quisiera participar en el Campeonato, debía someterse a la fase preliminar. De esa primera criba quedaron 80 jugadores, que competirían en ocho semifinales, de las cuales se clasificarían para la final los dos primeros de cada una de ellas. El ciclo selectivo fue tan duro que entre los que no lograron clasificarse había figuras como Sergei Freyman, Nikolai Grigoriev, Fiodor Duz Jotimirsky, Veniamin Blumenfeld y Arvid Kubbel. El propio Botvinnik (que perdió ante Kasparian) sólo pudo ser segundo en su semifinal.
Sin embargo, poco antes de iniciarse el Campeonato, la Sección de Ajedrez informó de que dos de los jugadores que se habían ganado el derecho a participar quedaban fuera de la competición. Se trataba de los veteranos Piotr Romanovsky y Solomon Gotthilf. La razón para la expulsión del segundo era que «había cometido un acto antibolchevique», a saber, había expresado públicamente su deseo de vivir en un apartamento independiente y no en una habitación, dentro de un piso comunitario. Esto significaba «insolidaridad con el grupo». En cuanto a Romanovsky, en un primer momento declaró ambiguamente que había renunciado a jugar por principios, aunque no estaba claro cuáles eran esos principios, ni qué los había puesto en tela de juicio. Más tarde, explicó que había mostrado su disconformidad por la inclusión de un jugador que no había participado en la fase clasificatoria, y esa «rebeldía» le costó la expulsión del torneo. Romanovsky no realizó más declaraciones inconformistas, pero no dejó de sugerir la indefensión que, a sus ojos, sufría el ajedrecista soviético, al recordar, irónicamente, un viejo proverbio ruso: «¡Trata de demostrar que no eres un camello!». El sospechoso advenedizo, incorporado a última hora, era, precisamente, Nikolai Rjumin, en una apuesta personal del mismísimo Krylenko.
Hay que decir que, paralelamente al Campeonato, se disputaron otros eventos, como el primer Campeonato nacional femenino (que ganó Olga Rubtsova) y un torneo de los sindicatos, en el que participaron 39 equipos (de seis jugadores) y que ganaron los ajedrecistas de Leningrado. En esta primera experiencia masiva de las finales del Campeonato nacional, la Casa de los Sindicatos y el Museo Politécnico de Moscú fueron las sedes de los distintos torneos.
 
LA FIGURA EMERGENTE: NIKOLAI RJUMIN
No mucho antes había aparecido una nueva estrella en los círculos ajedrecísticos moscovitas. Al margen de otros maestros consolidados, si algún rival se presentaba como serio aspirante al título era Nikolai Nikolaevich Rjumin (nacido en 1908), algo mayor que Botvinnik.
Su primer éxito se había producido un par de años atrás, al proclamarse subcampeón de Moscú, y poco después reemplazó a Ilya Kan y Vassili Panov en las preferencias de los aficionados capitalinos, que lo convirtieron en su ídolo. En 1929 había sido cuarto en un grupo clasificatorio del campeonato nacional.
Alto y de anchos hombros, cabello negro intenso y rasgos mongólicos, Rjumin tenía, según Alexander Kotov, un fuerte parecido con el escritor Maxim Gorki (seudónimo de Alexei Peshkov). Además de sus peculiaridades fisionómicas, Rjumin era una figura atípica.
Ese mismo año disputó un match con Grigoriev que le valió el título de maestro y pudo apreciarse el fuerte contraste que ofrecía con el veterano maestro, que vestía pulcramente, tenía maneras rebuscadas, y ejecutaba sus jugadas con un ademán pedantesco y teatral. La indumentaria de Rjumin era informal, sus gestos nerviosos y expresivos, realizaba sus mejores jugadas con timidez y ante el tablero solía meter las manos en ambos bolsillos de su chaqueta, tal vez como recurso ante la ansiedad. Rjumin destrozó a su rival en el match: 6-1 y unas tablas. Shajmaty URSS diría entonces: «Indudablemente, Rjumin es el jugador más fuerte de Moscú.»
(continuará)
+       


.

¿Quieres comentar algo?