Concluyo diciendo que si los grados de destreza en jugar correspondiesen a los de entendimiento, los grandes jugadores de ajedrez serían los mayores ingenios del mundo, y aquel hombrecillo calabrés, llamado Joaquino Greco, que se hizo admirar por todas partes por su eminencia en el manejo de aquel laberinto de piezas de varios movimientos, sería por lo menos igual en discurso a los Leibnizes y a los Newtones. ¿Pero en qué otra cosa dio muestra de tener algún particular talento? La gran dificultad de este juego consiste únicamente en la multitud de combinaciones que es menester tener presentes para determinar el movimiento de tal o cual pieza; y esta presencia de multitud de combinaciones no pende del ingenio sino de la facultad que llamo atención extensiva, en la cual cabe mucho más y menos. Lo mismo, a proporción, sucede en el juego de las damas, aunque es la complicación de combinaciones mucho menor. Y bien lejos de pedir mucho ingenio este juego, puedo asegurar que el mayor jugador de damas que he conocido era y es de muy limitado discurso.
Cartas eruditas y curiosas. Tomo III, carta XI. Causa de la destreza en el juego de naipes.
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