Fragmento del epílogo al libro PRÁCTICA DE MI SISTEMA, de A. Nimzovich, Ed. La Casa del Ajedrez, 2006, por A. Gude.
(…)
La influencia de Nimzovich en el ajedrez posterior
La contribución de Nimzovich a la teoría
del juego posicional fue enorme. Su libro
Mi sistema se convirtió en un manual
imprescindible para muchas generaciones
de jugadores.
GARY KASPAROV
Las ideas de Nimzovich ejercieron una gran influencia en el ajedrez de su tiempo y décadas inmediatamente posteriores (1920-1940), pero sus ideas y temas seguirían vigentes, y de su huella hay clara constancia en el juego de muchos grandes maestros.
¿Dónde se sitúa el comienzo de un nuevo ajedrez, de un ajedrez moderno? John Watson, autor de Secretos de la estrategia moderna, lo sitúa arbitrariamente en 1935. ¿Cuándo estaba pasando o pasó algo realmente distinto en ajedrez? En la década de los treinta y con el distanciamiento suficiente, parece que las ideas de Nimzovich se habían asimilado ya por completo. Ese momento podría vislumbrarse, por supuesto, en 1935-1936, años en que se celebraron el segundo y tercer torneos internacionales de Moscú. También puede que el verdadero hito fuese 1938, cuando el gran torneo AVRO de Holanda puso de manifiesto que los campeones de la vieja generación (Capablanca, Alekhine) no podían ya con las estrellas de la nueva generación*, como refleja claramente el desenlace del torneo (que ganaron Keres y Fine), lo que significa un eviente punto de inflexión.
Pero entonces estalló la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), y luego «estalló la paz», en la que los seres humanos tuvieron que recomponer las lesiones de su cuerpo y las fracturas de su espíritu. Así pues, tal vez el primer gran evento de la posguerra (Groninga 1946)** fuese un punto de inflexión más significativo. Allí se impuso Botvinnik, seguido de Euwe y Smyslov, Najdorf, Szabo, Boleslavsky y Flohr. Como puede verse, junto a nombres nuevos, se confirmaban otros (Botvinnik).
O tal vez el Mundial de 1948 que, junto con el Interzonal de ese mismo año (celebrado unos meses después), conformaría claramente no sólo el mapa estelar del momento, sino también la tendencia o el nuevo enfoque del tablero profesional. Los ases soviéticos (Botvinnik, Keres, Smyslov, Bronstein, Boleslavsky), pese a sus diferentes estilos y personalidades, mostraban un rasgo común en la interpretación del juego: un profundo conocimiento teórico de las aperturas (incluidas las más modernas y, en particular, un tratamiento sorprendentemente agresivo de ciertos esquemas con negras), junto con un marcado énfasis en el análisis concreto de la posición, en perjuicio de los principios o nociones generales que solían predominar en el criterio de los maestros de las primeras décadas del siglo.
Entre los temas que ejercieron mayor influencia, están sin duda el tratamiento insuperable de los peones pasados y el bloqueo de los mismos. Por otro lado, sus grandes temas capitales, los que giran en torno a la profilaxis (con la superprotección como aspecto más destacado), la restricción y el bloqueo, la centralización, y, en particular, dos temas relacionados con la estructura de peones: la cadena de peones y la masa de peones móviles.
En el caso de los peones móviles centrales (dos, al menos), su efectividad y peligro no son actualmente menores que la consideración que le merecían a Nimzovich en su tiempo. Hay numerosas partidas en las que los mejores ajedrecistas actuales siguen buscando y explotando esa movilidad, o temiéndola cuando juegan contra ella. No viene a cuento mencionar partidas concretas, por ser demasiado numerosas. De cualquier modo, sí procede señalar que en el caso de las grandes masas centrales móviles (como el Ataque de los Cuatro Peones contra la India de Rey, o el Ataque Austríaco contra la Pirc) han perdido buena partede su prestigio de décadas atrás, pero eso parece poder imputarse al dinamismo del ajedrez contemporáneo, que difícilmente permite inversiones de tiempo dudosas en la apertura. Una masa central de peones móviles, al amparo de un desarrollo equilibrado, sigue siendo una fuerza temible en el medio juego.
Pero pasemos a las acciones del tablero, con algunos ejemplos de la competición.
Reshevsky-Petrosian
Torneo de Candidatos 1953
(…)
Una concepción totalmente nimzovichiana: restricción, bloqueo, juego sobre un complejo de casillas de un mismo color… Lo más revelador es que Petrosian –como nos recuerda Kasparov– se formó absolutamente con los libros de Nimzovich.
Es indiscutible que el concepto de profilaxis, de consolidación y refuerzo de la propia posición no podían estar más presentes en el gran campeón armenio.
Petrosian nunca ocultó que se había formado con los libros de Nimzovich, cuyas concepciones acerca de la profilaxis, superprotección, bloqueo, etc., son perfectamente detectables en el ajedrez de aquél. Otros campeones muy influidos por Nimzovich son Anatoli Karpov y Vladimir Kramnik, en particular en los temas de profilaxis y centralización. De otros grandes jugadores, el que más estudió y asimiló (al margen de Petrosian) las ideas de Nimzovich, fue Bent Larsen, quien, pese a su personalísimo estilo, tenía un juego profundamente imbuido de las enseñanzas del maestro letón. Cuando alguien lo comparaba con otros grandes exponentes del juego táctico, Larsen se desmarcaba, diciendo: «¡Pero a mí me gustan las buenas posiciones!».
Una de las ideas de apertura características del hipermodernismo (puesto que no puede apartarse más de la idea clásica) es jugar varias veces en la apertura una misma pieza. En la Defensa Benoni se produce en innumerables ocasiones la maniobra de las blancas Cf3-d2-c4, conocida, de hecho, como pirueta de Nimzovich. Veamos una de sus primeras versiones, partida Gligoric-Petrosian (Zurich 1953, Candidatos).
(…)
Naturalmente, para detectar la influencia de Nimzovich en el ajedrez actual no es imprescindible que alguien lo mencione por su nombre. Constatar que sus ideas impregnan la lucha ajedrecística de hoy es más que suficiente para percibirlo. Si, por ejemplo, el GM John Nunn comenta la magnífica partida Kasparov-Shirov (Horgen 1994), bajo el título Complejo de casillas débiles de un color, está haciéndose eco, conscientemente o no, de la influencia de Nimzovich. Si un autor tan competente como el GM Drazen Marovic, en sus libros sobre estructuras y juegos de peones***, se refiere, una y otra vez, a partidas o ideas de los hipermodernos (con inclusiones de juegos de Réti y Nimzovich) es porque considera que su influencia sobre el juego actual es importante.
+
(continuará)
¿Quieres comentar algo?