ajedrez, febrero 16, 2011

EL REY DE LOS GAMBITOS

Conclusión de ‘Historia y mitología del Gambito de Rey’
Del libro EL REY DE LOS GAMBITOS, A. Gude, Ediciones Tutor, 2009 (pp. 20-21)

…Nuestro entusiasmo se vuelve hacia el
legendario Gambito de Rey. ¿Por qué despierta
tanta admiración? Ninguna otra apertura ofrece
ofrece tantas posibilidades a la iniciativa creadora.
Ninguna otra apertura plantea, ya desde los
primeros momentos, tantos problemas difíciles.
Ningún otro planteamiento permite a ambos
contendientes aventurarse en la lucha abierta
y entablar combate a lo lo largo y ancho del
tablero. En muchas variantes del Gambito de
Rey ambos jugadores experimentan el deseo
de alcanzar la victoria no por la mera captura
de material, sino gracias al poder de su propia
imaginación.
DAVID BRONSTEIN
Aprendiz de brujo

El Gambito de Rey pervive.
Ha superado todas las pestes, maldiciones, conjuros y operaciones de acoso y derribo que, durante siglos, han salido a su paso.
No hablamos del Gambito de Rey romántico. Ese está muerto y sepultado.
Tampoco hablamos (exclusivamente) de su tratamiento posicional, un enfoque que en los años treinta comenzó a darse al Gambito de Rey, gracias, de modo especial, a las partidas del GM sueco Gösta Stoltz, quien, curiosamente, era un jugador de eminente estilo táctico.
La inmediata agresión al peón negro de e5 plantea problemas muy serios, que agudizan el juego para ambos bandos. De esa intensa lucha se derivan posiciones de difícil control, pero también sugestivas, que amplían la perspectiva del jugador, si es que su visión del ajedrez y su repercusión en el tablero competitivo le importan. A ese juego dinámico y complejo nos referimos.
Hablamos de estímulos, de creatividad, de ampliar horizontes, de búsqueda y de conquista de lo desconocido.
¿Demasiado riesgo?
No lo creo.
Entre los profesionales se habla mucho de la frontera del riesgo. Pero los límites de esa frontera son variables. Para unos, consistirá en no arriesgar la menor unidad material (un simple peón, la calidad). Para otros, en no permitirse realizar ni un solo movimiento imprevisto en la apertura. Para muchos otros, en cambio, esa frontera se amplía y permite sacrificios posicionales de calidad o peón, a fin de crear desequilibrios en la posición y asegurarse la iniciativa. O bien optar por planteos desestabilizadores.
Indudablemente, jugar el Gambito de Rey (lo mismo que jugar al ajedrez) supone un riesgo.
No puede erradicarse todo riesgo de una partida de ajedrez.
Me viene a la mente una declaración de intenciones del grandísimo Leonid Stein (inspirado en Tartakower): «Si arriesgas, puedes perder. Si no arriesgas, ya estás perdido.»
Pero digámoslo así: ¿Supone mayor riesgo jugar, con blancas, un Gambito de Rey que una Siciliana Dragón con negras? Sin embargo, la Dragón resurge una y otra vez y, recientemente, la están jugando grandes maestros del nivel de Radjabov o Carlsen. ¿Es que son unos insensatos?
La misma pregunta podría hacerse, en comparación con el Gambito de Rey, acerca del Gambito Budapest y algunas otras aperturas.
La profilaxis está bien: crear esa deseable coraza protectora en la posición, cuando ésta así lo requiere.
Pero rehuir el riesgo a toda costa, y en la fase inicial, es refugiarse en un insano puerto de inhibiciones.
¿Quiénes han jugado el Gambito de Rey?
Anderssen y Morphy, Steinitz y Zukertort. Chigorin, Charousek, Spielmann, Bronstein, Spassky…
¿Quiénes lo juegan ahora?
Morozevich (con reservas), Short, Jonny Hector, Heikki Westerinen, Yuri Shulman, Alexei Fedorov y Joe Gallagher. También, esporádicamente, Ivanchuk. Hay que decir que, en general, con buenos resultados prácticos.
¿Qué ofrece el Gambito de Rey?
Un juego duro, espinoso, intenso y táctico en ambos sentidos. Pero también satisfacciones mil, porque propicia situaciones insólitas, posiciones desequilibradas que obligan a ambos oponentes a aceptar la lucha cuerpo a cuerpo, o a caminar por la cuerda floja. Incluso a tener que sortear, a veces, un campo de minas.
El Gambito de Rey es para ajedrecistas emprendedores, audaces e imaginativos. Si usted no lo es o no le tienta, este libro le servirá de poco. Siempre puede optar por el Gambito de Dama y las aperturas con estructuras simétricas de peones.
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3 comentarios

  1. Diabb Zegpi 14:47, noviembre 16, 2013

    Qué bueno! no puedo esperar a las vacaciones para entrar de lleno en el combativo mundo del Gambito de Rey. Gracias maestro, me ha inspirado.

  2. Antonio Gude 21:58, febrero 16, 2011

    Gracias por tu comentario, amigo Luis. Seguiremos en la brecha, con la esperanza de escribir cosas que os interesen. Saludos.

  3. luis 21:54, febrero 16, 2011

    Estimado maestro, además de seguir sus impagables libros, ahora tengo la fortuna de leerle en este blog. Le mando un saludo y espero que nos siga entreteniendo a la par de que nos enseña.

    Un saludo.