A juzgar por la descripción que los maestros árabes hacían de las fases de la partida, podríamos pensar que estamos ante un tratado moderno de ajedrez. En efecto, los maestros musulmanes dividían la partida en las mismas tres fases en que convencionalmente se divide hoy: apertura, medio juego y final.
Durante la apertura (awail ad-dusut), los jugadores movilizan sus piezas y toman las posiciones más apropiadas para el ataque y la defensa. Esta fase llega a su término cuando uno de los bandos emprende acciones de ataque. Surge entonces el medio juego (awsat ad-dusut), durante el cual las fuerzas entran en contacto y la batalla progresa. Aquí la estrategia es el principio dominante. Por último, cuando las fuerzas se reducen tanto en número que las líneas de juego son susceptibles de un cálculo matemático, se llega a la fase final (ajir ad-dusut).
Aunque en el ajedrez musulmán se había analizado con cierta profundidad el final, un caso muy distinto era el de la apertura, pues como en el ajedrez antiguo la fuerza de juego de la mayoría de las piezas era relativamente pobre, resultaba mucho más difícil definir o precisar las jugadas exactas en la fase inicial, en la que reinaba cierta confusión. Por otra parte, y precisamente por la escasa fuerza de las piezas en juego, la lentitud con que entraban en confrontación, el orden preciso de los movimientos iniciales carecía de gran importancia y lo que prevaleció, por razones pragmáticas, fue concebir una serie de esquemas más o menos eficientes, que llegaron a divulgarse y popularizarse. Así, los jugadores procuraban memorizar la posición final de apertura, el esquema o tabiya (en plural, tabiyat).
He aquí algunos de estos esquemas, casi todos citados tanto por al-Adli como por as-Suli:
Tabiya 1 – Raqu’iqi
8 jugadas
Tabiya 2 – ‘Ibt
(8 jugadas)
Tabiya 3 – Aja’iz
(9 jugadas)
Tabiya 4 – Mujannah
(12 jugadas)
(12 jugadas)
(16 jugadas)
(16 jugadas)
(17 jugadas)
Normalmente, en los manuscritos aparecen las respectivas posiciones (que suelen llamarse blancas y rojas), pero a efectos esquemáticos parece más apropiado reproducir una sola.
Como curiosidad, no está de más señalar que la influencia de estas posiciones (o, más precisamente, su designación general) han impregnado el ámbito de otros idiomas. Así, en el ajedrez ruso, por ejemplo, se sigue haciendo referencia, hoy día, a tabiyas de apertura.
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