En esta primera novela de Germán Bielefeldt, el ajedrez es un marco que sirve de pretexto para trasladarnos a la realidad de Chile, en torno a los trágicos sucesos de septiembre, en 1973, que culminaron en el derrocamiento del presidente Salvador Allende y la legalidad democrática, arrojando al país en un caos sociopolítico, que dio paso a un estado de sitio, por no decir de instauración del terror.
Creía que iba a encontrarme con una trama de serie negra y me encuentro con una serie de personajes, vinculados de un modo u otro al ajedrez, y con su acontecer cotidiano, sus problemas, sus ansiedades, las relaciones de algunos de ellos con la acción o la actividad política.
La Federación Chilena debate en Santiago el problema de cómo conciliar el Campeonato Nacional con el toque de queda impuesto por la Junta Militar. Deciden celebrarlo durante varios fines de semana. Algunos de los detalles o problemas burocráticos tienen un lado cómico y, a la vez, dramático, como la solicitud de permiso para la celebración del evento al Ministerio de Defensa, y la solemnidad del comunicado con que éste lo autoriza, imponiendo la presencia en la sala de juego de cuatro soldados, un elemento kafkiano. El torneo, el Campeonato de Chile, tendrá un inesperado desenlace.
Si no es una historia de serie negra, el diálogo me lo recuerda a veces. Diálogos cortantes, a veces secos como fustazos. Me ha gustado el tratamiento que el autor da a su escrito. Tiene una absoluta coherencia en hechos y forma de transmitirlos. Las descripciones son mínimas, pero más que suficientes.
Así, personajes ficticios, junto a otros reales (como el MI René Letelier, insigne campeón chileno en numerosas ocasiones). Hechos ficticios, junto a otros reales o que podrían haberlo sido, nos sumergen de lleno en esa atmósfera opresiva y angustiosa, y pronto llegamos a empatizar con el protagonista, algunos actores secundarios y sus respectivos destinos.
Buen trabajo de creación y de recreación ambiental y humana.
Felicito a Bielefeldt y, tratándose de un autor que sólo escribe sobre temática ajedrecística, no podemos sino felicitarnos a nosotros mismos, puesto que tenemos la oportunidad de convertirnos en espectadores privilegiados de su obra.
El libro fue escrito entre 2004 y 2005.
Tengo otros dos novelas suyas en la lista de espera: DEUDA SALDADA y SECRETO MORTAL. Estoy impaciente por leerlas.
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Antonio Gude 20:06, octubre 17, 2014
Gracias por tu comentario. «Sucumbió a Pinochet» lo tomo como un eufemismo, porque todos sabemos cómo fue la cosa. Saludos.
Anonymous 14:55, octubre 17, 2014
Con todos mis respetos, sr. Gude, el caos sociopolítico ya existía en época de Allende. No hagamos de él un mártir sólo por el hecho de que sucumbió a Pinochet, un exterminador al uso como Videla y Cía. – nunca mejor dicho – en Argentina. Por lo demás, gracias por la reseña; en cuanto pueda, pienso comprarlo. Un saludo, Armando.