En mi opinión el problema de Karpov era psicológico. Aunque ajedrecisticamente eran mas o menos iguales en cuanto a fuerza a Karpov le faltaba convicción y confianza. Tal vez nunca se repuso de haber perdido el trono. He leido de más de un autor que por lo general ya nunca vuelven a jugar igual (los ex-campeones), pero esto es solo mi opinión.
Recuerdo aquella partida. Los días 18 y 19 de Diciembre de 1987, cuando televisión española la retransmitió en directo. A Karpov le bastaban las tablas, y recuperaría el título mundial. Y nada menos que hasta, al menos, 1990. Siempre he pensado que a Anatoly le faltó la suerte, frente a Kasparov. Y debió haber ganado al menos uno de los cinco campeonatos mundiales desde 1984 a 1990. Pero, la verdad, es que también fue él, quién causó su propia desgracia: en 1984/85, debió jugar a ganar con blancas, digamos, a partir de la partida quince. En 1987, en Sevilla, no debió haber gastado tanto tiempo en la partida 24, ni plantearla, como lo hizó, para hacer tablas por todos los medios, cediendo terreno a su adversario. Por último, en 1990, en Nueva York y Lion, se notó que flaqueaba en el terreno de la teoría de aperturas, resultado, creo, de su actividad extrajedrecística, que le impedía concentrar todos sus esfuerzos en el ajedrez.
En aquella última partida, que recibió una gran cobertura televisiva, Kasparov tuvo el gran acierto de jugar pausadamente. Todo el mundo esperaba que, fiel a su estilo y a las necesidades del marcador, saliese en tromba, y sin embargo, fue preparando gradualmente su ataque en el flanco de rey y, en una posición sin grandes perspectivas, consiguió que Karpov se equivocase. También nos impresionó a todos la entereza de Karpov analizando inmediatamente y en directo, ante las cámaras, sin malos gestos ni señales de estar abatido.
Emocionante encuentro porque la partida 23 la ganó Karpov y lo único que le permitía a Kasparov retener el título, era que ganara el 24 y último juego, como en realidad ocurrió. Jugando una apertura Reti, Kasparov inició con c4 y Karpov respondió con e6. Con tablas, Karpov recuperaba el título. En la jugada 18, Karpov ya ha liquidado sus alfiles pero la partida sigue igualada. De Fischer se decía que una ventaja milimétrica le era suficiente para inclinar una partida a su favor. Dicen los expertos, que en la jugada 31, las negras están mejor. Solo Kasparov sabe lo que ronda en su cabeza. Llega la jugada 45 que es calificada como un error de Karpov quién ya solo puede aspirar a tablas. En la jugada 60, no está muy claro el triunfo de Kasparov, no obstante, en la 64, Karpov entra en zugzwang y Kasparov con el triunfo, retiene su título. Jairo
Antonio Cebrian Mesa 15:41, marzo 22, 2012
En mi opinión el problema de Karpov era psicológico. Aunque ajedrecisticamente eran mas o menos iguales en cuanto a fuerza a Karpov le faltaba convicción y confianza. Tal vez nunca se repuso de haber perdido el trono. He leido de más de un autor que por lo general ya nunca vuelven a jugar igual (los ex-campeones), pero esto es solo mi opinión.
Antonio Gude 20:48, marzo 20, 2012
Buen comentario, Antonio Miguel. Bien visto todo lo que dices. Saludos.
Anonymous 14:57, marzo 20, 2012
Recuerdo aquella partida. Los días 18 y 19 de Diciembre de 1987, cuando televisión española la retransmitió en directo. A Karpov le bastaban las tablas, y recuperaría el título mundial. Y nada menos que hasta, al menos, 1990. Siempre he pensado que a Anatoly le faltó la suerte, frente a Kasparov. Y debió haber ganado al menos uno de los cinco campeonatos mundiales desde 1984 a 1990. Pero, la verdad, es que también fue él, quién causó su propia desgracia: en 1984/85, debió jugar a ganar con blancas, digamos, a partir de la partida quince. En 1987, en Sevilla, no debió haber gastado tanto tiempo en la partida 24, ni plantearla, como lo hizó, para hacer tablas por todos los medios, cediendo terreno a su adversario. Por último, en 1990, en Nueva York y Lion, se notó que flaqueaba en el terreno de la teoría de aperturas, resultado, creo, de su actividad extrajedrecística, que le impedía concentrar todos sus esfuerzos en el ajedrez.
Antonio Miguel.
Antonio Gude 07:33, marzo 20, 2012
En aquella última partida, que recibió una gran cobertura televisiva, Kasparov tuvo el gran acierto de jugar pausadamente. Todo el mundo esperaba que, fiel a su estilo y a las necesidades del marcador, saliese en tromba, y sin embargo, fue preparando gradualmente su ataque en el flanco de rey y, en una posición sin grandes perspectivas, consiguió que Karpov se equivocase. También nos impresionó a todos la entereza de Karpov analizando inmediatamente y en directo, ante las cámaras, sin malos gestos ni señales de estar abatido.
Anonymous 20:26, marzo 19, 2012
Emocionante encuentro porque la partida 23 la ganó Karpov y lo único que le permitía a Kasparov retener el título, era que ganara el 24 y último juego, como en realidad ocurrió. Jugando una apertura Reti, Kasparov inició con c4 y Karpov respondió con e6. Con tablas, Karpov recuperaba el título. En la jugada 18, Karpov ya ha liquidado sus alfiles pero la partida sigue igualada. De Fischer se decía que una ventaja milimétrica le era suficiente para inclinar una partida a su favor. Dicen los expertos, que en la jugada 31, las negras están mejor. Solo Kasparov sabe lo que ronda en su cabeza. Llega la jugada 45 que es calificada como un error de Karpov quién ya solo puede aspirar a tablas. En la jugada 60, no está muy claro el triunfo de Kasparov, no obstante, en la 64, Karpov entra en zugzwang y Kasparov con el triunfo, retiene su título. Jairo