931. PERÍODO ENTREGUERRAS. LA ERA DE LOS BALNEARIOS
LA ESCUELA HIPERMODERNA
Después de la Primera Guerra Mundial salieron a la luz unas ideas revolucionarias sobre estrategia ajedrecística. Esas ideas se habían estado fraguando incluso antes de la contienda, y algunas hasta se habían publicado en revistas técnicas, pero tuvieron una escasa difusión y, por tanto, no habían sido divulgadas.
Los hipermodernos (inicialmente llamados neorrománticos por Alekhine) surgieron como una reacción contra las ideas clásicas de Steinitz y Tarrasch. Sus principales impulsores eran el trío Aaron Nimzovich (1886-1935), Gyula Breyer (1893-1921) y Richard Réti (1889-1929), además de un cualificado simpatizante, que adoptó sus ideas pero no aportó nada de su cosecha propia, Savielly Tartakower (1887-1956).
Breyer tuvo una vida muy corta. En 1912 se proclamó campeón de Hungría y en 1920 ganó un fuerte torneo en Berlín, delante de Bogoljubov, Tartakower y Réti, lo que hacía presagiar una brillante carrera. al año siguiente estableció un récord mundial de simultáneas a la ciega, jugando 25 partidas. Dirigía una revista de juegos intelectuales y de ingenio, Szellemi Sport y también compuso algunos brillantes estudios. Se le atribuye la frase «1.e4 y el juego blanco está en las últimas.»
Réti tuvo considerable éxito como jugador, conquistando primeros puestos en Kosice 1918, Gotemburgo 1920, Teplice-Sanov 1922, y ganó el Campeonato de Checoslovaquia en 1925, país que defendió en la Olimpiada de 1927, con el mejor resultado individual en el primer tablero: +9 =5 -1. En 1920 derrotó en sendos matches a Euwe y Breyer. Como Breyer, era también un gran simultaneador a la ciega, batiendo el récord de aquél en Sao Paulo 1925, enfrentándose a 29 oponentes. Excelente compositor de estudios, su obra teórica consta, fundamentalmente, de dos libros: Las nuevas ideas en ajedrez (1922) y Los grandes maestros del tablero, publicada a título póstumo.
Con todo, el más importante como jugador fue Nimzovich quien, según Gari Kasparov, era uno de los cinco mejores del mundo entre 1925 y 1931. Según otros autores,* en sus años de plenitud se encontraba entre los tres mejores. Tomó parte en 41 torneos, consiguiendo 14 primeros puestos, siendo los más importantes el torneo Panruso de 1914 (empatado con Alekhine), Marienbad 1925 (empatado con Tartakower), Berlín 1928 (delante de Bogoljubov, Tartakower y Réti) y, sobre todo, Carlsbad 1929, un macrotorneo de 22 jugadores, en el que superó a Capablanca, Spielmann, Rubinstein, Vidmar y Euwe, entre otros destacados maestros.
Nimzovich publicó Mi sistema en 1925, un libro que ha pasado a ser canónico para la teoría y práctica del ajedrez. Desde entonces, nadie ha podido escribir un libro sobre estrategia sin referirse al mismo. En ese mismo año vio la luz El bloqueo, y en 1929 apareció La práctica de mi sistema, tan valioso o más a efectos prácticos que Mi sistema, aunque nunca igualó a éste en popularidad.
Estos pioneros de las nuevas ideas eran inquietos investigadores del juego, jugadores sofisticados a quienes no convencían el cómputo lineal de tiempos ni los conceptos estereotipados que generalmente se aceptaban. Sus postulados eran incluso paradójicos y afectaban no sólo a la estrategia en general, sino incluso a la misma apertura. Así, se mostraban tan preocupados como Tarrasch por los avances de peón en la fase inicial, pero a diferencia de él, no sentían la necesidad de ocupar las casillas centrales con peones, sino que recomendaban dominar el centro a distancia con piezas. Nimzovich incluso enfatizó: el centro del tablero es un lugar geométrico, compuesto de casillas, no de peones. De esta idea fundamental del hipermodernismo consideraron pionero algunos autores a Réti, por haberla expuesto en su libro Las nuevas ideas en ajedrez, pero lo cierto es que Ninmzovich ya las había formulado en un artículo de 1912.
Otras ideas hipermodernas eran la centralización, que no se refería a una pieza aislada, sino a la idea general de un juego centralizado; el bloqueo (control de casillas esenciales y avances de peones, tanto pasados como rupturas peligrosas), la profilaxis y la sobredefensa, conceptos todos que desarrolló Nimzovich. Por profilaxis Nimzovich entendía, sobre todo, el control y neutralización de aquellas rupturas que pudiesen reportar contrajuego al rival, o liberar su posición. En el caso de la sobredefensa, se refería a puntos esenciales de la posición, pues al reforzar la defensa de los mismos se concedía a todas las piezas una mayor libertad de movimientos y, además, esa energía concentrada en una casilla podía liberarse en un momento dado con gran efecto. Por último, puesto que ya Steinitz había dicho que todo avance de peón supone un debilitamiento posicional y la práctica lo había corroborado, la nueva escuela no sólo asumía el concepto, sino que lo refinaba, creando la idea de provocar avances de peón en la apertura, para luego atacarlos y minar la estructura. Surgieron así la Defensa Alekhine (1 e4 Cf6) y la Defensa Grünfeld (1 d4 Cf6 2 c4 g6 3 Cc3 d5), obra de dos grandes maestros de ese nombre, también adscritos al movimiento hipermoderno, aunque en realidad sólo ocasionalmente y en algunos aspectos podría considerárseles miembros del mismo: Alexander Alekhine y Ernst Grünfeld.
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HISTORIA DEL AJEDREZ, por A. Gude.
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