En el gran torneo internacional de Linares 1994, Judit Polgár (blancas) y Kasparov se enfrentaron en la quinta ronda. Después de la jugada 36 de las blancas, las negras tenían una gran ventaja, que podían haber acentuado con 36 … Dg4. Pero Gary Kasparov llevó su caballo de d7 a c5 (36 … Cc5), como puede apreciarse por la foto, en la que se ve cómo su mano derecha abre los dedos que sostienen la pieza y la dejan en c5. Esto le habría costado calidad (37 Ac6), de modo que rectificó su jugada en décimas de segundo, haciendo válida (¿?) finalmente 36 … Cf8, e imponiéndose en la jugada 46, tras cinco horas y seis minutos de juego.
Juan Carlos 12:12, junio 24, 2013
A mí me encanta la cara de alucine de Judit, como si estuviera viendo a un marciano… ¡Póbrecilla! No puede creerse lo que ve ¡El mejor jugador del Mundo haciendo roñicas… jajaja. Y luego se volvió a sus padres con la misma cara de susto :-)
La verdad es que la presion competitiva les hace ser hasta tramposos, a veces. Recuerdo la anécdota de Tigran Petrosian cuando cogió su Torre, entonces se dió cuenta de que perdía la partida… y metió la pieza en el café con leche para que pareciera que la había confundido con el bizcocho.
Antonio Gude 19:04, enero 11, 2012
Sí, de ahí el título, que fue también el de un editorial de ‘Revista Internacional de Ajedrez’, que molestó mucho a Kasparov, pero las cosas ‘moco’ son, digo como son…
Anonymous 18:38, enero 11, 2012
Para movimientos de mano, nadie como Maradona.
Jairo