70. LOS CAFÉS ENTRAN EN ESCENA
A principios del siglo XVIII comenzó a surgir en las capitales europeas un nuevo tipo de establecimiento público: el café.
Los jugadores de París y Londres adquirieron el hábito de frecuentar estos cafés y reunirse en algunos de ellos. Avanzado el siglo, no parecía haber un café más significado que otro en la capital francesa en el que se congregasen los ajedrecistas. Lo que sí parece cierto es que en muchos de ellos se jugaba al ajedrez. El jugador más destacado entonces era M. de Kermur, Sire de Légal (1702-1792), maestro de Philidor y autor de una curiosa forma de conceder ventaja en ajedrez. Así, sus contrincantes recibían, a veces, varios peones extra, que se situaban en la tercera fila (o incluso en la cuarta, pues el número de peones extra llegaba hasta nueve), o bien recibía él tres peones por una torre. Otros jugadores destacados de la época eran el Marqués de Grosminy y su hermano, quienes, hacia 1730, lograban vencer ocasionalmente a Légal con estas peculiares ventajas, el caballero du Son, autor de un libro sobre ajedrez, el Canciller Aguesseau, el presidente Nicolai, el Duque de Mirepox, el abate Chenard, el Duque de Montemart y los Sres. Foubert y Saint-Paul.
Finalmente, el café abierto por un siciliano llamado Procope pasó a aglutinar a la mayor parte de los jugadores parisinos, hasta que el espacio del café resultó insuficiente, y éstos descubrieron que los filósofos Voltaire y Rousseau eran grandes aficionados al juego rey, por lo que concibieron la idea de buscar un centro de reunión más apropiado. Así, se trasladaron al distinguido Café de la Régence, en la Plaza del Palais-Royal y que, salvo una breve interrupción, durante mucho tiempo se convirtió en el centro de la vida ajedrecística parisina.
En Londres, los jugadores solían frecuentar el Slaughter’s Coffee House (fundado por John Slaughter en 1692) y que más tarde se llamaría Old Slaughter, en St. Martin’s Lane, cuartel general del ajedrez inglés, entre 1700 y 1770. Allí acudían a jugar al ajedrez, en una dependencia privada, Cunningham, Lord Sunderland, el conde Francis de Godolphin, Alexander Lord Elibank, el Dr. Black, Sir Abraham Janssen, el Dr. Cowper, el capitán Bertin, Philip Stamma y Abraham de Moivre, el matemático que, durante treinta años, vivió exclusivamente de las pequeñas sumas que ganaba en el Café de Slaughter.
En 1735, cuando el capitán Joseph Bertin publicó su Noble Game of Chess…*, los ejemplares del mismo sólo podían adquirirse en Slaughter’s. El libro establece una serie de principios generales e incluye 26 partidas, pero, en general, no tiene mayor significación teórica para la historia del ajedrez.
El Café Salopian, en Charing Cross, relevó al Slaughter como nuevo cuartel general de los jugadores londinenses y, a consecuencia de la visita de Philidor, en 1772, se creó un Club de Ajedrez, con un número de miembros limitado a cien y una cuota de tres guineas, que hizo del Café Parsloe, en St. James Street, su sede social. El club superó con mucho el objetivo de ser un centro de reunión de ajedrecistas y adquirió tal popularidad que se convirtió en un lugar de moda, incluso entre las celebridades londinenses, que se peleaban por adherirse al mismo. En 1776 se contaban entre sus miembros personalidades como Charles James Fox, Gibbon, Elliott (el defensor de Gibraltar), Lord Mansfield, el Marqués de Rockingham y el general Burgoyne.
Siguiendo el ejemplo de la capital inglesa, los jugadores de París crearon también su propio club, en 1783, bajo el mecenazgo del Conde de Provenza (el futuro Luis XVIII), él mismo uno de los miembros, con una
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