Ayer, 22 de noviembre, el joven Carlsen, se proclamó nuevo rey del ajedrez mundial. Magnus I, que aún no ha cumplido 23 años estuvo a punto de ser aplastado por periodistas y fotógrafos al finalizar en tablas la décima partida, con lo que el match quedaba saldado con un 6,5-3,5 a su favor.
En la partida, por cierto, consiguió (con blancas) una notable ventaja posicional en una Variante Moscú de la Siciliana, con una estructura tipo Formación Maróczy, y después de 29 … Ce8, se llegó a la posición del diagrama.
Aquí Carlsen jugó 30 exd6?!, notablemente mala, aunque sólo sea porque las hay mejores, mucho mejores, como 30 Cc3, con la amenaza e4, y con todas sus piezas tan activas, la dama negra puede tener serios problemas, e incluso es posible un ataque directo al enroque.
Dicho esto, de lo que no hay duda es de la clara superioridad del joven campeón en todos los aspectos: técnica, psicológica, de autoexigencia y, desde luego, su tesón y pericia en finales.
Los diarios cantan hoy las excelencias del nuevo rey del ajedrez mundial. Algunos lo llaman ya ‘superstar’ y algún periodista incluso aclara que no es «superstar del ajedrez, sino superstar a secas’.
Leontxo empieza así su crónica (que titula CARLSEN, UN COCODRILO CON CHIP): «Si Magnus Carlsen fuera un animal sería un cocodrilo: Toma el sol tranquilamente hasta que avista una presa una presa, y nadie le ataca. El noruego es un genio, pero hay estrellas del ajedrez geniales que no lograron ser campeones. Para llegar a lo más alto de la pirámide del deporte mental en el siglo XXI, con sólo 22 años, como él, se requiere más: nervios de acero, constancia, equilibrio psíquico, resistencia física, confianza en sí mismo… y la precisión de una computadora.»
Según su padre, «A los cinco años memorizó la superficie, población y capitales de todos los países».
Siempre según Leontxo, se emocionó con la victoria del Madrid (es un madridista declarado) en el Camp Nou, aunque lo celebró en el hotel, y se entrena con una supercomputadora a la que accede desde su portátil, allí donde esté. «Todo indica», concluye su artículo, «que el reinado de esta fiera va a ser largo.»
David Llada (en ‘El Mundo’ de hoy; pero David, media página, no página y media) titula a su crónica EL TABLERO DEL MÚSCULO y, entre otras cosas, escribe: «Carlsen es el ajedrecista de mayor nivel que ha existido. Su puntuación Elo, que mide su fuerza teórica, está ahora mismo en 2871 puntos y subiendo; el récord anterior, establecido por Kasparov, era de 2851. Hay algo sobre Carlsen que no pueden explicar ni los datos ni las estadísticas: su enorme carisma. Ingresa aproximadamente un millón de euros anuales procedentes de patrocinios y publicidad. Es, junto a la modelo Liv Tyler, la imagen de una marca de ropa, que hace su foto a tamaño gigante en sus tiendas por todo el mundo, desde Shanghai a Nueva York.»
(…)
«Time lo incluyó en su lista de ‘las 100 personas más influyentes’ de este año, y Carlsen se permite el lujo de rechazar un cameo en la nueva entrega de ‘Star Trek’ porque el rodaje ‘no encajaba con su agenda’.»
«Es un filón para la publicidad y la moda, lo que ha convertido al joven noruego en un auténtico fenómeno global. Lo mejor que le podía pasar al ajedrez.»
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Anonymous 06:36, noviembre 24, 2013
Lo que quiero decir es que Magnus no parece estar obsesionado con el ajedrez. Desde luego, todo lo que es el gracias a este juego. Pero no lo convierte en un fin en si mismo, como hacía Fischer. O un medio para cimentar su fama, como Kasparov. Magnus no necesita nada de eso. Una vez que el ajedrez le hizo famoso, hubiese podido abandonarlo, y dedicarse en exclusiva a ser modelo; e incluso, tal vez tenga abiertas ya todas las puertas de Hollywood, para ser actor.
Por tanto, tal vez me quedé corto, y su retirada se produzca incluso antes de lo que dije en mi anterior intervención. Desde luego, la FIDE no le da demasiadas facilidades; hoy me he enterado que el próximo match por el título tendrá lugar dentro de un año, más o menos. Esto es una verguenza, y una falta de respeto al nuevo campeón. ¿Es que no comprende la FIDE que estamos ante un campeón extraordinario.?. Antiguamente, los campeonatos tenían lugar cada tres años. Lo que hoy nos parece excesivo. Pero dos años, es el intervalo justo. Hacer jugar a Magnus cada año para defender su corona, repito que es vergonzoso. Yo que él consideraría seriamente dejar el ajedrez dentro de pocos años, como esto siga así.
Antonio Miguel.
Anonymous 23:04, noviembre 23, 2013
El tiempo de los profetas ha empezado.
Anonymous 17:28, noviembre 23, 2013
eso último que ha dicho Antonio Miguel es lo llevo destacando desde hace años, todos sabemos que a los periodistas y a la opinion pública siempre les ha encantado la precocidad, para qué tanta precocidad si luego te retiras antes que los demás? no sé si llegará realmente a ocurrir eso que dices, pero si por ejemplo Carlsen,Karjakin, Negi o Wei Yi se retirasen antes de cumplir los 40, lo mejor habría sido que disfrutarán más de sus infancias/adolescencia (que no deja de ser la mejor étapa de nuestras vidas). Es importante saber que una carrera demasiado meteórica sin la suficiente madurez en su entrenamiento puede llegar facilmente al estancamiento prolongado, ahi tenemos los casos de Salgado, Ponomariov o Radjabov. Un ascenso lento pero constante como Svidler,Grishuk o Aronian les convierten en jugadores con mucho más futuro.
Anonymous 12:16, noviembre 23, 2013
Efectivamente, el 22 de Noviembre de 2013, va a pasar a la historia como uno de los días más importantes de la historia del ajedrez. Estos momentos me recuerdan aquel primero de Septiembre de 1972, cuando Bobby Fischer ganó finalmente a Spassky, y todos los medios de comunicación del planeta se hicieron eco de la noticia. Fischer tenía el mundo a sus pies. Y parecía que se iniciaba una era dorada. Pero, por desgracia, se produjo la mayor decepción de la historia ajedrecística.
Afortunadamente, Carlsen va a seguir jugando. Y es un jugador de una categoría excepcional. Quizá no de los que surgen «cada cien años», como Morphy (siglo XIX), o bien Fischer (siglo XX). Pero, muy probablemente sí de los «de cincuenta años». Como Capablanca, el jugador de 1901-50; y ahora Magnus, que bien podría ser el más destacado entre 2001-50.
Creo que va a ser campeón durante diez años, sino más. Pero pienso que él no va a acabar como Anand, cometiendo errores de bulto. Más bien seguirá la línea de Kasparov, que se retiró a los 41 años, antes de que su declive se hiciese demasiado patente. Magnus probablemente lo haga antes. Me arriesgo a pronosticar que mediada la treintena.
Antonio Miguel.