En julio de 1978, el periodista Lawrence Grobbel entrevistó durante diez días a Marlon Brando en su isla tahitiana (Tetiaroa, un conjunto de doce islas). Escribió:
«20 de junio, octavo día.
Por la noche, Brando y yo jugamos al ajedrez. Es un jugador audaz, gana todas las partidas.
«Nadie sabe qué es lo que te convierte en un buen jugador de ajedrez», dice. «No tiene nada que ver con la inteligencia, sino con el sentido del espacio. Los arquitectos suelen ser buenos jugadores».
(El País Semanal, 14.11.2004).
Hay varias pifias o signos que indican que entrevistador y entrevistado son petulantes y no saben muy bien de qué están hablando. El periodista, por ejemplo, dice que Brando «gana todas las partidas». Debería decir: «(Me) gana todas las partidas.» Brando tampoco está muy fino al afirmar que nadie sabe «lo que te convierte en un buen jugador de ajedrez». Sí, se sabe. Sí lo sabemos. Otra cosa es que tales cualidades estén a nuestro alcance. Por último, ¿cuántos arquitectos «buenos jugadores de ajedrez» ha conocido el gran actor?
Aquí, una vez más, los «famosos» tienen bula para decir tonterías, y la usan sin el menor recato, asumiendo que las virtudes que los han hecho famosos son igualmente válidas o extrapolables a otras disciplinas.
Por cierto, soy un admirador incondicional de Marlon Brando…
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Oslovet 05:33, marzo 29, 2014
Que maravilloso ejemplo!, sin olvidar que esto ocurría a finales de los setenta y Mr. Brando era, o había sido, un gran actor. Nos hemos perfeccionado y hoy en día son histriónicas casi analfabetas que venden miles de ejemplares y los balompedicos ídolos que nos iluminan con sus pensamientos. Al menos ya nadie espera que jueguen al ajedrez, menos mal!
Anonymous 22:39, noviembre 10, 2011
Nunca las gano todas, siempre aparece alguien mejor.
Porriflón 08:28, mayo 07, 2011
Gran verdad lo que dices, y también funciona al revés. Parece que si uno es una lumbrera en el ajedrez ha de serlo para todo, y no digo que no dé un poco de ventaja en algún aspecto de la vida, igual que un campeón de 100 metros lisos no tiene problemas para alcanzar el autobus cuando se le escapa, pero en general dominar el ajedrez solo vale para jugar al ajedrez.