El MI brasileño Hélder Câmara publicó, en ‘Revista Internacional’ nº 71 (agosto 1993) un bonito artículo respecto a la actuación del GM Henrique Mecking en el Zonal de Brasilia de aquel año. Mecking, que había causado sensación en los años setenta, tuvo que dejar el ajedrez durante mucho tiempo, aquejado de una miastenia gravis. Luego parece que se hizo sacerdote. Luego, por fin, regresó al tablero…

El factor humano
Hélder Câmara

Lo que constituye un absurdo para unos puede significar algo absolutamente normal para otros. El fracaso ajedrecístico del GM Henrique da Costa Mecking, nuestro Mequinho, en el reciente Zonal Sudamericano de Brasilia, ya fuera previsto, aunque en otras formas y circunstancias, en el excelente libro de Graham Greene El factor humano. El héroe de la novela, «una autoridad en su profesión», tras un largo período de ociosidad, planea su retorno con un golpe de alto vuelo, minuciosamente elaborado y en el que no se omite el menor detalle… ¡si no existiera el factor humano! Porque proyecta su plan con la misma cabeza y la misma forma de actuar de sus tiempos de acción, olvidándose de que su cuerpo ya no responde como antes a las brillantes órdenes de la inteligencia privilegiada.
En el tango Volver el inspirado poeta y letrista Alfredo le Pera nos revela, en la voz de Gardel, «…sentir que es un soplo la vida / que veinte años no es nada…» y ya tenemos un ejemplo de doble interpretación: si bonito y sincero en los versos de un tango, el concepto pierde su verdad ante un tablero de ajedrez.
Ajedrecísticamente, para quienes, como Mequinho, pertenecieron un día a la superelite, ¡el paso de veinte años puede resultar un verdadero desastre!
La siguiente partida fue disputada en la tercera ronda del Zonal, exactamente el 16 de marzo de 1993:

Mecking-Lima
Gambito de Dama Aceptado (D20)

1 d4 d5 2 c4 dxc4 3 e4 c5 4 d5 Cf6 5 Cc3 e6 6 Axc4 exd5 7 Cxd5 Cxd5 8 Axd5 Ae7 9 Db3 0-0 10 Axb7??
10 … c4 11 Db5 a6 12 Dxc4 Axb7
y con pieza menos, las blancas abandonaron 17 jugadas después.
La revista argentina AJEDREZ (hoy, lamentablemente, desaparecida) trazaba, en su número de abril de 1966, un retrato del joven Mequinho, entonces con 14 años, con motivo de su brillante victoria en el torneo internacional de Sao Paulo. La revista, con la propiedad de quien entiende las cosas del ajedrez, aplaudía el extraordinario hecho de un futuro prometedor. En el mismo 1966 Mecking se proclamaba campeón sudamericano de ajedrez.
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