MI RESPUESTA AL SUSPENSE
Con esta entrada no pretendo descubrir la pólvora ni que estas opiniones mías sean las válidas, pero algunos seguidores del blog pueden preguntarse qué opino al respecto, así que ahí van mis ideas e impresiones, forzosamente breves, aunque la mayoría de estos temas merecerían desarrollarse con mucha más extensión.
1. Bronstein vs Botvinnik
Este tema daría para más de un libro, así que lo excluyo.
2. Derrota de Tal en el match del ’61
Tal tenía 24 años, estaba en la cima del mundo y, con el optimismo propio de la juventud, estaba convencido de que había retirado a Botvinnik del tablero. Su entrenador, Koblents le advirtió de que Botvinnik se prepararía muy bien para el match-revancha y él le respondió: «¡Nunca!». Conclusión: no se preparó en absoluto, mientras que Botvinnik disponía ya de todo un arsenal de información acerca de Tal. Eso, sumado a su fuerza de voluntad y capacidad analítica, era todo lo que necesitaba.
3. Capablanca vs Alekhine, años treinta
No estoy convencido, como muchos, de que Capablanca fuese superior a Alekhine en la década de los treinta. Los éxitos y grandísimas partidas de Alekhine en esos años no dejan nada que desear. Pero sí parece indudable que Alekhine temía a Capablanca (no era lo mismo jugar contra el genio cubano que contra un Bogoljubov o un Euwe) y sabía que contra él podía perder. El título le había costado tanto que no estaba dispuesto a ponerlo en peligro.
4. ¿Tan superior era Fischer a Spassky?
Creo que la respuesta es sí. A partir de 1970 y, concretamente, del Interzonal de Mallorca, es como si Bobby Fischer hubiese liberado el volcán ajedrecístico que tenía en su interior. Era incontenible en el 71 y el 72. Aun así, creo que Spassky pecó de ingenuo al dejarse arrastrar por todo el tinglado de exigencias y el circo que montó el americano. En cualquier caso, en mi opinión, repito, ni Spassky ni nadie tenían nada que hacer con el Fischer de 1972.
5. ¿Era Botvinnik el mejor jugador de match?
Esto es muy curioso. Kasparov lo ha dicho y repetido, incluso escrito que Botvinnik era el mejor jugador de match de la historia. Si lo tomamos en un sentido literal (resultados, etc.) es fácil de demostrar que no es cierto. Si lo tomamos en un sentido más amplio, podemos interpretar las palabras de Kasparov como el jugador con mayor capacidad de asimilar los distintos estilos de sus rivales, adaptarse a ellos y sobrevivir (¿qué tenían en común Smyslov, Bronstein, Tal o Petrosian?). Mi respuesta, por tanto, es no lo creo. Fischer, incluso Petrosian y el propio Kasparov merecen más esa distinción.
6. ¿Era Petrosian el mejor entre 1963 y 1969?
Creo que sí. En el match con Botvinnik así lo demostró y también en el de 1966 contra Spassky. El único pero que yo le pondría es la posible deslegitimidad de su calificación como aspirante oficial, en virtud de los más que probables enjuagues y chanchullos que él y sus colegas Geller y Keres hicieron en el torneo de Candidatos de Curaçao. Hay dudas sobre Keres o la forma en que éste pudo colaborar, pero no me caben dudas acerca de la entente Geller-Petrosian, porque Geller era un viejo amigo entregado a la causa. Algunos incluso han calificado la influencia que Petrosian ejercía entonces sobre los círculos soviéticos del ajedrez como «la mafia armenia». Tanto pragmatismo, tantas tablas y tantos amaños resultaron más que sospechosos. Por otro lado, en Curaçao a Fischer le faltaba un hervor y a Tal le sobraba mala salud (como se recordará, tuvo que retirarse).
7. ¿Merecía Korchnoi haber sido campeón del mundo?
Tal vez lo merecía, pero no lo consiguió. Él mismo culpó a sus defectos de carácter no haber podido conquistar el título. Demasiada parasicología, gurúes, Ananda Marga, denuncias contra la maquinaria soviética. Todo eso Fischer se lo habría pasado por el aro.
8. ¿Por qué no es el número uno del ranking el campeón?
Creo que campeón significa el mejor. El número uno del ranking y el campeón del mundo deberían ser la misma persona. Pero las cosas no son tan simples. En el tenis y el golf, por ejemplo, no hay campeón del mundo y las grandes estrellas no parecen ser infelices.
Creo que la FIDE y también los caprichos de los grandes jugadores contribuyen mucho a crear confusión. Porque hay que decir que entre los profesionales de elite o no se ponen de acuerdo o carecen de la personalidad suficiente para manifestar sus opiniones, y cuando alguno lo hace los demás se muestran reticentes a aceptar sus propuestas.
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Leo 20:48, enero 27, 2012
Creo que Capablanca era superior y que por tanto el miedo de Alekhine era justificado.
Fischer era muy superior a Spassky pero quizá la pregunta interesante sería si era mejor que Karpov.
Paul Morphy Chess 07:38, enero 14, 2012
Totalmente de acuerdo Antonio sobre Capablanca y Alekhine, eran dos auténticos colosos, y nadie sabe lo que hubiera sucedido en un rematch entre ambos. Lo que parece muy claro es que Alekhine tenía miedo de Capablanca. Esto es un reflejo más de que el ajedrecista es, ante todo, un ser humano, con sus virtudes, defectos, miedos, etc. Un saludo.