El ser humano
Arrogante y con gran sentido del humor, por su comportamiento asoma un complejo de nacimiento: Tal tenía sólo tres dedos en la mano derecha, que sobre todo utilizaba para sostener el cigarrillo. Cuando no fumaba, esa mano la ocultaba o la disimulaba y eso parece sugerir un complejo no superado. Algún que otro autor ha utilizado esa imagen de los ocho dedos totales para esgrimir –dudoso humor negro– teorías cabalísticas y mágicas.
La falta de esos dos dedos en la mano derecha no impidió que Tal tocase el piano, y lo hiciese razonablemente bien. Le gustaban, sobre todo, Chopin, Chaikovsky y Rachmaninov. Mantenía una estrecha amistad con la famosa pianista Bella Davidovich, y cuando se encontraba disputando el Mundial con Botvinnik, le preguntó a Bella si la Elegía de Rachmaninov formaba parte de su repertorio. Como no era así, le pidió que por favor le incluyera, porque cuando ganase el título, le pediría que la interpretase en el concierto de clausura. (Por entonces, en la URSS era costumbre incorporar un pequeño concierto a la ceremonia de clausura de un gran evento social o deportivo.)
Fumador y bebedor empedernido, bohemio, enamoradizo, toda su vida fue excesiva para una salud deficiente.
Korchnoi declaró en una ocasión que «Tal había ahogado en vodka su talento.» No sólo bebía vodka. No le gustaban el vino ni la cerveza. Pero sí las bebidas fuertes: whisky, coñac, ron…
Odiaba los artilugios tecnológicos. ¿Un reloj de pulsera? «Algo que hace vibrar tu muñeca con un ruidito…» Ni siquiera se afeitaba. Su hermano era el encargado de hacerlo, cuando estaba en Riga. Fuera de su ciudad, el barbero. Sólo en la madurez adquirió una maquinilla eléctrica. Nunca tuvo billetera. Llevaba monedas y billetes en el bolsillo del pantalón. A veces se sorprendía al encontrar un billete de mucho valor arrugado, en cualquier otro bolsillo.
Tampoco sabía hacerse el nudo de la corbata y huelga decir que sólo se la ponía cuando las circunstancias lo obligaban.
Cuando ganó el título mundial, las autoridades deportivas soviéticas le regalaron un automóvil Volga, el modelo más prestigioso de la URSS. Como no tenía la menor intención de aprender a conducir, se lo regaló a su hermano.
En su vida perdió innumerables vuelos, trenes, pasaportes y documentos de todo tipo. Esas cuestiones nunca llegaron a preocuparle lo bastante como para prestarles la atención que requerían.
Simpático, apasionado, expresivo, generoso, trasnochador. Muy amigo de sus amigos y amante de la vida, en particular de las cosas que le hacían daño: tabaco, alcohol, comidas picantes y excesos de todo tipo. «Tenía talento para la amistad y sabía hacer feliz a la gente,» recuerda el GM Yuri Averbaj.
Ya en la década de los setenta estaba prematuramente envejecido: las fotos de la época muestran a un hombre que rondaba los cuarenta con el aspecto de un sexagenario con problemas de salud. Había perdido mucho pelo, pero el que le quedaba, a ambos lados de la calva, lo dejaba crecer, lo que le daba un aspecto espectral. Todavía conservaba una intensa mirada, pero no era ya la mirada penetrante y enérgica de su juventud. Ahora era, más bien, la de un iluminado. Poco a poco, esa mirada se fue apagando y, a fines de los ochenta, Tal ofrecía una imagen lastimosa: estaba irreconocible.
¿El deportista?
Ante el recuerdo que de él guardamos, las imágenes que evocamos de los setenta en adelante, es difícil imaginar a Misha Tal en camiseta y pantalón de deporte, listo para afrontar un partido del tipo que sea. Sin embargo, en sus tiempos de la Universidad, jugó al fútbol, un deporte que siempre le interesó, aunque luego, naturalmente, como espectador. Su puesto era el de portero y, según nos cuenta Sosonko, cuando éste lo visitaba en Riga y hacía buen tiempo, a menudo acababan yendo al apartamento que Tal tenía en la playa para practicar. ¿Portero? Cualquiera hubiese imaginado que alguien tan amante como él del ataque, habría preferido jugar de delantero, pero no es así: su puesto estaba en la portería, listo para atajar los chuts de los contrarios.
No practicaba ningún deporte: más bien los rehuía. Una vez más, cuenta Sosonko que, durante el Interzonal de Subotica (1987), en el que Bagirov era segundo de Tal y aquél de Alburt, al ser un torneo largo, había numerosos días libres y jornadas destinadas a la reanudación de partidas aplazadas. Así que, casi a diario, Sosonko y Bagirov iban a nadar a una piscina, no lejos del hotel. En vano intentaban que Tal les acompañase, y para convencerlo le hablaban de los beneficios del aire libre y la naturaleza. Las réplicas de Tal eran de este orden: «¿La naturaleza? ¿No es ahí donde hay granjas con pollos y los despluman?». Tras haber agotado todos los argumentos para convencerlo, encontraron el definitivo: «Sabes, Misha, no se trata sólo de nadar, sino que en esa piscina hay aguas termales de azufre, que serían muy buenas para tu salud.» «¿Azufre, eh? Bueno, en lo que a mí respecta, el infierno puede esperar.»
Cuestión de estilo
Si, como dice Truman Capote, «estilo es lo que somos», una forma de ser tan arraigada, tan peculiar hacía de Misha Tal alguien con verdadera personalidad, con estilo.
Está, por un lado, el estilo del ajedrecista: arrollador, imaginativo, audaz, incontenible, pirotécnico… Más que capacidad de cálculo (que la tenía), por su forma de intuir variantes e ideas combinativas, puede considerársele un visionario.
En el libro del torneo de Montreal 1979 dio esta respuesta acerca de su estilo de entonces: «Hoy las casillas d5, f5 y e6 (mis tarjetas de visita, por así decir) están cubiertas. Trata de hurgar en ellas y verás que tienen cuatro defensores… No, no tiene nada que ver conmigo: ¡se trata de mis oponentes! Mi estilo es el mismo. Pero me he hecho un poco más viejo y, tal vez, pienso un poco más por cuenta de mis oponentes y un poco menos por la mía propia.» ¡Más viejo…! Tal distaba de ser un veterano: sólo tenía 43 años.
Por otro lado, está el personaje Tal, casi tan brillante en la vida como en la obra. Lo que nos recuerda el aforismo de Oscar Wilde: «puse el talento en mi obra, pero el genio sólo en mi vida.»
A Tal siempre le fascinó el lenguaje y le gustaba expresarse con ingenio: podía hacerlo, era algo natural en él. Esto supone humor, ironía, incluso la sutil burla de sí mismo. El aforismo, la frase inteligente y oportuna dan fe de un ingenio muy sui generis, emparentado con la vivacidad del esprit francés.
En Yugoslavia, por ejemplo, firmó varios autógrafos como Bobby Fischer porque, explicó a los fans, «le he ganado tantas veces, que tengo derecho a firmar con su nombre.» En el prólogo a un libro de Karpov escribió: «Karpov es un gran deportista, pues no sólo juega al ajedrez, sino también al billar y al dominó.»
Algunos de sus brillantes comentarios:
«Hay dos tipos de sacrificios: los correctos y los míos.»
«Si esperas que la suerte aparezca, la vida se vuelve muy aburrida.»
«En 1960 tuve suerte, porque al ser año bisiesto, pude ser campeón un día más. Pero eso no me preocupa porque el título de campeón es provisional, mientras que el de excampeón es eterno.»
Cuando, en 1980, perdió su match de Candidatos con Polugaievsky, dijo: «¡Ahora soy Polutal! (es decir, un semi Tal, pues polu = semi).
«Si prohibiesen el ajedrez, me haría contrabandista.»
Punto final
Entre 1960 y 1970 dirigió la revista letona Sahs y, aunque fue uno de los articulistas de ajedrez más activos de la URSS y colaboró en la redacción de algunos libros, sólo escribió realmente uno: el ya citado Práctica de ajedrez magistral, sobre su match de 1960 con Botvinnik.
Aunque, en determinado contexto, Petrosian habló del supuesto «carácter estereotipado» de los ataques de Tal, más de una vez admitió que lo consideraba un genio, el único genio contemporáneo suyo: «Un genio del ajedrez es alguien adelantado a su tiempo, pero esto sólo puede verse luego, mirando atrás. Desde este punto de vista, pocos pueden ser calificados de genios. Morphy, Steinitz… Quizá Tal. El gran maestro de Riga introdujo en el ajedrez algo que no fue plenamente entendido por sus contemporáneos. Lamentablemente, hemos tenido demasiado pronto la oportunidad de mirar atrás con admiración, de contemplar el extraordinario juego de Tal en su plenitud.»
Otro apunte sobre la nobleza y sentido del fairplay de Tal. En la citada entrevista con Nana Alexandria, dice qué es lo que no le agrada del ajedrez actual:
«¡Que hay poco ajedrez! Las publicaciones ajedrecísticas están llenas de problemas extraajedrecísticos. La prensa, de cuando en cuando, arroja tierra sobre la ropa blanca. Por otra parte, quisiera decir que el ajedrez sigue siendo, antes que nada, un juego de caballeros. Me gustaría que, además del tradicional apretón de manos al comienzo de la partida, supiésemos preservar entre todos el verdadero espíritu caballeresco.»
Sosonko nos recuerda: «Todo su aspecto, especialmente en su juventud, irradiaba una especie de aura.»
El veteranísimo Samuel Reshevsky pronunció una frase memorable: «Sólo hay un Mijail Tal en el mundo.» Sentencia vigente, además de certera, pues precisamente por el carácter único de su ajedrez y de su personalidad, Tal pervive entre nosotros.
Mijail Nejemevich Tal. Riga, 9.11.1936 — Moscú, 28.6.1992.
+
Del libro MIJAIL TAL (A. Gude, Ed. La Casa del Ajedrez, 2011, pp. 30-32).
Antonio Gude 21:57, agosto 28, 2011
Sin duda, Jairo. Tienes razón en todo. La derrota de Lékó es sorprendente, y también las tablas que citas, sobre todo las de Svidler y Morozevich. Parece que el ajedrez ruso está en decadencia…
Anonymous 20:00, agosto 28, 2011
Saludos,Antonio:
Sobre la primera ronda del mundial, creo que la sorpresa mayúscula, fue la derrota de Leko frente al norteamericano Shankland. Para destacar, las sorpresivas tablas de :
1-Svidler-Darcy Lima
2-Vitiugov-Besgodov
3-Vachier-Lagrave- Rahman
4-Moisenko- Esen y,
5-Morozevich-Halkias
Jairo
Anonymous 16:19, agosto 28, 2011
«El mago de Riga»-4
¿Tiene Usted algo en común con las preferencias de su padre?
“Aparte de los libros del colegio que deben ser casi iguales para todos los niños, he leído y profundizado aquellos libros para adultos, que se encontraban en una estantería en lo alto del sofá en nuestro salón. Cuando mi padre regresó a casa después de varios meses de ausencia, una amiga mía y yo tuvimos que desplazarnos a Correos para recoger un montón de periódicos y revistas, que habían reportado sobre los torneos y las partidas de mi padre. En sí, mi padre no se interesó por el arte, mientras a mí me entusiasmaban las pinturas de Magritte y Turner, que me fomentaron por las frecuentes visitas que llevé a cabo a las exposiciones de cuadros. Referente a los músicos preferidos, mi padre y yo compartimos nuestra afición por Rachmaninov y Chopin, que posteriormente ampliaron a los músicos románticos como Tchaikovski, Scriabin y Schumann.”
Ahora nos permitimos preguntarle por sus colores preferidos.
“En este caso, he cambiado muchas veces mis gustos. En principio fueren los colores pastel y después fue incorporando colores expresivos y luminosos.
Otro comentario respecto a mi padre.
Con sinceridad le diré que le agobiaba ser reconocido y molestado en público.
Por este motivo, apenas acudíamos a ningún restaurante para cenar a causa de las largas colas que se formaban, por lo cual no le gustaba que le permitieran colarse al ser reconocido. En este aspecto fue muy tímido.
¿Porqué desea Usted volver a Letonia?
“Es mi patria. Allí viví mis mejores años conjuntamente con mi padre.”
Por favor, nos podría decir algunas palabras sobre su vida en Alemania. ¿Porqué Usted no intenta aclimatarse?
“Esto tiene su origen en los problemas diarios y el hecho, que es muy difícil encontrar un adecuado circulo de amistades.
Nuestros amigos más íntimos, con los que tenemos más contacto, viven en Riga y no están aquí. Los alemanes tienen otra mentalidad. Uno empieza a entenderles, si se vive por mucho tiempo aquí. Ellos tienen distintos pareceres sobre los valores y lo más importante es: “My home es my castle”. (“Mi casa es mi castillo”)
¿Y un nuevo círculo de amistades no lo ha formado todavía?
“Algo inicié durante los últimos dos o tres años. Por supuesto, mi madre ha creado nuevas relaciones durante su estancia aquí. A pesar de todo, quiero recalcar, que los verdaderos amigos los he dejado en Riga.”
“Es mi patria. Allí viví mis mejores años conjuntamente con mi padre.”
Por favor, nos podría decir algunas palabras sobre su vida en Alemania. ¿Porqué Usted no intenta aclimatarse?
“Esto tiene su origen en los problemas diarios y el hecho, que es muy difícil encontrar un adecuado circulo de amistades.
Nuestros amigos más íntimos, con los que tenemos más contacto, viven en Riga y no están aquí. Los alemanes tienen otra mentalidad. Uno empieza a entenderles, si se vive por mucho tiempo aquí. Ellos tienen distintos pareceres sobre los valores y lo más importante es: “My home es my castle”. (“Mi casa es mi castillo”)
¿Y un nuevo círculo de amistades no lo ha formado todavía?
“Algo inicié durante los últimos dos o tres años. Por supuesto, mi madre ha creado nuevas relaciones durante su estancia aquí. A pesar de todo, quiero recalcar, que los verdaderos amigos los he dejado en Riga.”
Jairo
Anonymous 16:17, agosto 28, 2011
«El mago de Riga»-3
Ahora nos permitimos preguntarle por sus colores preferidos.
“En este caso, he cambiado muchas veces mis gustos. En principio fueren los colores pastel y después fue incorporando colores expresivos y luminosos.
Otro comentario respecto a mi padre.
Con sinceridad le diré que le agobiaba ser reconocido y molestado en público.
Por este motivo, apenas acudíamos a ningún restaurante para cenar a causa de las largas colas que se formaban, por lo cual no le gustaba que le permitieran colarse al ser reconocido. En este aspecto fue muy tímido.
¿Porqué desea Usted volver a Letonia? Diario”Telegraph” de Riga. Entrevisa del periodista A. Kentler a la hija de Tal
¿Qué significa para Usted ser la hija de Mikhail Tal?
¿Qué predomina: El orgullo por su padre o los inconvenientes por su popularidad?
“Por supuesto, siempre he estado orgullosa, pero las dificultades fueron superiores. Recuerdo, cuando cursaba el primer curso del colegio, mi madre fue llamada para entrevistarse con el director del instituto, porque una alumna había visto las siete series de la televisión sobre nuestra familia y le molestaba una escena, en la cual mi familia se encontraba en el baño.
Por supuesto, fuimos reprendidos dadas las opiniones burguesas de la antigua Unión Soviética…Cuando algunos años más tarde ingresé en la escuela superior de música, unos compañeros de clase confirmaron, que a mí me darían siempre buenas notas y la posibilidad de ofrecer conciertos gracias a la fama de mi padre. Qué tuviera que trabajar durante 5 o 6 horas diarias para conseguir estos rendimientos, a nadie le entraba en la cabeza. Por otra parte tengo que admitir, que siempre me sentí expuesta a una presión pública por partir de la base, ya que con un padre de esta categoría, tenía que conseguir los mismos altos rendimientos. Para una adolescente como yo, en aquellos años, fue muy difícil comprender aquella situación.”
¿Ocurría que su padre en acontecimientos festivos tenía que apersonarse en el colegio?
“Raras veces. En todos mis años de colegio solamente nos visitó dos veces. Una vez tuvo que jugar unas simultáneas y en otra ocasión mantener un discurso.”
¿Cómo fue, que Usted recibió una especie de medalla de oro al terminar sus estudios?
“A raíz de mis excelentes notas para la promoción, me otorgaron este premio. Incluso me fue posible no acudir a algunos cursos para seguir trabajando en mis deberes y obligaciones en la escuela superior de música; a pesar de la falta de asistencia, obtuvo excelentes notas en los exámenes. Además me resultó fácil aprobar los distintos exámenes en menos tiempo que el obligatorio.”
¿Usted ha intentado alguna vez conseguir un puesto de profesora en una escuela de Riga?
“¡No, por mudarnos con anterioridad!” Las preferencias de un niño dependen con frecuencia de sus padres.
Queremos saber algo más sobre sus aficiones por la literatura, arte y música.
¿Tiene Usted algo en común con las preferencias de su padre?
Jairo
Anonymous 16:15, agosto 28, 2011
«El mago de Riga».2
Diario”Telegraph” de Riga. Entrevisa del periodista A. Kentler a la hija de Tal
¿Qué significa para Usted ser la hija de Mikhail Tal?
¿Qué predomina: El orgullo por su padre o los inconvenientes por su popularidad?
“Por supuesto, siempre he estado orgullosa, pero las dificultades fueron superiores. Recuerdo, cuando cursaba el primer curso del colegio, mi madre fue llamada para entrevistarse con el director del instituto, porque una alumna había visto las siete series de la televisión sobre nuestra familia y le molestaba una escena, en la cual mi familia se encontraba en el baño.
Por supuesto, fuimos reprendidos dadas las opiniones burguesas de la antigua Unión Soviética…Cuando algunos años más tarde ingresé en la escuela superior de música, unos compañeros de clase confirmaron, que a mí me darían siempre buenas notas y la posibilidad de ofrecer conciertos gracias a la fama de mi padre. Qué tuviera que trabajar durante 5 o 6 horas diarias para conseguir estos rendimientos, a nadie le entraba en la cabeza. Por otra parte tengo que admitir, que siempre me sentí expuesta a una presión pública por partir de la base, ya que con un padre de esta categoría, tenía que conseguir los mismos altos rendimientos. Para una adolescente como yo, en aquellos años, fue muy difícil comprender aquella situación.”
¿Ocurría que su padre en acontecimientos festivos tenía que apersonarse en el colegio?
“Raras veces. En todos mis años de colegio solamente nos visitó dos veces. Una vez tuvo que jugar unas simultáneas y en otra ocasión mantener un discurso.”
¿Cómo fue, que Usted recibió una especie de medalla de oro al terminar sus estudios?
“A raíz de mis excelentes notas para la promoción, me otorgaron este premio. Incluso me fue posible no acudir a algunos cursos para seguir trabajando en mis deberes y obligaciones en la escuela superior de música; a pesar de la falta de asistencia, obtuvo excelentes notas en los exámenes. Además me resultó fácil aprobar los distintos exámenes en menos tiempo que el obligatorio.”
¿Usted ha intentado alguna vez conseguir un puesto de profesora en una escuela de Riga?
“¡No, por mudarnos con anterioridad!” Las preferencias de un niño dependen con frecuencia de sus padres.
Queremos saber algo más sobre sus aficiones por la literatura, arte y música.
¿Tiene Usted algo en común con las preferencias de su padre?
“Aparte de los libros del colegio que deben ser casi iguales para todos los niños, he leído y profundizado aquellos libros para adultos, que se encontraban en una estantería en lo alto del sofá en nuestro salón. Cuando mi padre regresó a casa después de varios meses de ausencia, una amiga mía y yo tuvimos que desplazarnos a Correos para recoger un montón de periódicos y revistas, que habían reportado sobre los torneos y las partidas de mi padre. En sí, mi padre no se interesó por el arte, mientras a mí me entusiasmaban las pinturas de Magritte y Turner, que me fomentaron por las frecuentes visitas que llevé a cabo a las exposiciones de cuadros. Referente a los músicos preferidos, mi padre y yo compartimos nuestra afición por Rachmaninov y Chopin, que posteriormente ampliaron a los músicos románticos como Tchaikovski, Scriabin y Schumann.”
Jairo
Anonymous 16:08, agosto 28, 2011
Saludos,Antonio:Te adjunto mas material, extraido de internet sobre «El mago de Riga»-1
Entrevista de Lakov Damsky
“¿Le vienen a la mente ideas que no tengan nada que ver con el ajedrez?”
Tal: “¡Continuamente! Nunca olvidaré, por citar un ejemplo, mi encuentro con el maestro Eugenio Vasiukov (Kiev, 1964), durante uno de los campeonatos de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas o Bloque Soviético, por entonces vigente).La posición en el tablero era muy compleja y pensaba sacrificar un caballo. No era una variante muy clara, puesto que existían muchas posibilidades. Comencé a calcular y me horrorizó la idea de que el sacrificio fuera falso. Las ideas se me amontonaban en la cabeza: una respuesta correcta del contrario en determinada situación la traspasaba a otra variante y allí, naturalmente, aquel movimiento era inoportuno por completo. Lo concreto es que en mi mente se formaba un montón caótico de movimientos, a veces incluso sin ninguna relación entre sí. El «árbol del análisis», tan recomendado por los entrenadores, comenzó a crecer de manera monstruosa. No sé por qué, pero en aquel instante recordé la célebre poesía infantil de Korney Chukovski: «¡Oh, qué difícil debe ser el trabajo de sacar a un hipopótamo del pantano!» Recuerdo que en mi cabeza se amontonaban cabrestantes, palancas, helicópteros e incluso, una escalera de cuerda: Después de numerosos intentos no encontré ningún método aceptable para sacarle del pantano, y pensé con amargura: «¡Pues que se ahogue!»
Y así el hipopótamo desapareció del tablero y me encontré con que la posición era más clara de lo que creía y, por supuesto, sacrifiqué el caballo.
Extraoficialmente fue conocido como “La llama”, “el mago de Riga“, “Gangster del tablero” o “El jugador más agresivo de la Historia”; de hecho su fama de kamikaze del tablero le llegó ya desde el principio de su carrera. Sus partidas siempre daban espectáculo y eran las preferidas no sólo por los aficionados, también por los jueces y especialistas que solían adjudicarles muy a menudo el premio a la partida más bella.
Jairo