Wilhelm Steinitz era un año mayor que Morphy, pero sus éxitos comenzaron después de los de éste.
La gira triunfal de Paul Morphy por Europa (1858), en la que venció a los mejores jugadores del momento, finalizó para él con la frustración de no haber podido enfrentarse al inglés Howard Staunton, quien lo rehuyó por activa y por pasiva. Después, su desilusión y sus fantasmas hicieron presa del maestro de Nueva Orleáns, quien se retiró del ajedrez de competición, disputando sólo algunas partidas ocasionales con amigos.
Años después comenzarían los años de gloria del checo Steinitz, considerado el primer gran teórico del ajedrez. Teórico, pero también jugador de enorme fuerza práctica. Hacia 1870 su estilo y su fuerza de juego estaban consolidados.
Supongamos que Morphy siguiese en activo e ilusionado con demostrar que era el mejor jugador del mundo hacia, digamos, 1865/1870. ¿En un match Morphy-Steinitz por el Campeonato Mundial, quién habría ganado?
En un reciente libro teórico sobre la Apertura Ruy López, el GM inglés Neil McDonald, al estudiar el centro restringido de las blancas (c3+d3+e4, idea, por cierto, de Steinitz), escribe el siguiente comentario, a propósito de la partida Steinitz-Blackburne (Londres 1876):
«Me permitiré una pequeña digresión. La confusión de Blackburne demuestra que no le hubiera resultado fácil a Paul Morphy vencer a Steinitz en un match, asumiendo que el primero no se hubiese retirado del ajedrez (recuérdese que Steinitz era un año mayor que Morphy).
Es probable que el americano hubiese podido explotar la ventaja de las piezas blancas, por cuanto Steinitz tenía una peligrosa tendencia a capturar peones dudosos, incurriendo en considerables riesgos, pero con negras se habría encontrado, sin duda, en muchas posiciones para él desconocidas por su carácter de cerradas. Un match así habría supuesto un extraordinario choque de estilos y métodos de juego. Que ese encuentro no se hubiese celebrado supuso para el ajedrez una pérdida mayor que el posible match Alekhine-Botvinnik en 1946 o Fischer-Kasparov en 1975.»
No le falta razón a McDonald, al sugerir que Morphy tendría problemas con el juego cerrado, pues todas (o casi todas) las partidas que perdió en su carrera fueron en aperturas o posiciones cerradas.
Personalmente, creo, sin embargo, que la mayor pérdida histórica para el ajedrez ha sido el match fantasma Fischer-Karpov, cuyo desenlace, caso de producirse, me resulta difícil imaginar. No podría pronosticar un resultado basándome en mis impresiones y conocimiento de sus respectivas partidas porque, si bien podemos conocer con bastante exactitud el estado de ánimo de Karpov, su preparación psicológica y técnica, no es el caso de Bobby Fischer, recluido entonces en sus cuarteles de invierno y rumiando quién sabe cuántas líneas teóricas o conspiraciones contra su persona.
La cuestión es: ¿qué opináis vosotros?
Lo que sí está claro es que Steinitz y Zukertort no disputaron el primer match por el Campeonato Mundial hasta que Morphy desapareció del mundo de los vivos. No se atrevieron.
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Antonio Gude 09:11, noviembre 29, 2011
Antonio MG. Spassky era un gran jugador. Pero también era… ¡Spassky! Su época de gloria fue 1965-72, pero incluso antes protagonizó numerosas y brillantes partidas de ataque. Creo que podría considerársele el mejor jugador de ataque de los sesenta y principios de los setenta. Tal creaba combinaciones má fantasiosas y originales, pero la energía con que Spassky conducía el ataque hace que podamos extraer 200 partidas modélicas de su producción. Sin embargo, y al margen de esas anécdotas, que citas, su talón de Aquiles era la indolencia. Efectivamente, le gustaba vivir bien y no le gustaba trabajar. Esa fue la razón por la que Bondarevsky dimitió como entrenador suyo en vísperas del match con Fischer: comprendió que no iba a prepararse como es debido. Y eso que Bondarevsky era para Spassky alguien muy apreciado (lo llamaba padre). Tienes razón en cuanto a que fue uno de los campeones menos valorados. Sin embargo, incluso después de desahuciado por todo su país, ganó brillantemente el Cto Soviético del 73, con algunas partidas maravillosas, que hasta al niño Carlsen le parecen modélicas.
Antonio MG 22:19, noviembre 28, 2011
Perdona Antonio, quizás no quedó claro, también me refería al de 1975. Mi tesis es que Kárpov en todo momento, ya sea en 1975 y posteriores, quería jugar con Fischer, se «había preparado»/»lo habían preparado» desde muy joven para ser su antídoto. Pero, ciertamente, cada vez que se distanciaba esa fecha menos interés tenía el match.
En cualquier caso, ¿qué opinión te merece Spassky? Yo pienso que dentro de los campeones mundiales está muy infravalorado. Tiene una bibliografía cortita. Es el contrapunto a Fischer, el megalómano, comparado al «bon vibant» de Spassky, más equilibrado.
Apuntando a lo que escribí en el anterior comentario, respecto a la preparación del match del 72 es gracioso el apunte del libro «Bobby Fischer se fue a la guerra» de Edmonds (Ramdon House Mondadori, 2006). Aunque lo habrás leído, lo cito para otros seguidores del blog que no hayan tenido oportunidad. Después de ser elegido Averbaj Presidente de la Federación de Ajedrez, como primer cometido va donde está concentrado Spassky: «Estaba sentado con Geller y Krogius… Sobre la mesa había cartas y fichas de dominó, y cuando llegó la hora de comer, Spassky sacó una botella de whisky. Me di cuenta de todo al instante». Si es realmente cierto, algo comenzaba a oler a podrido…
David Henríquez 21:11, noviembre 28, 2011
Personalmente, ahora que miro el ajedrez desde muchas perspectivas: jugador, expectador, aprendiz de monitor,etc…me hubiera gustado que el match fischer-karpov se hubiera disputado. Hubiera sido la prueba de fuego para ver el verdadero fischer, es decir, ver si hubiera podido con un témpano de hielo como demostraba karpov en el tablero, cosa que no pasaba con spassky, el cual tenía otras inquietudes aparte de las 64 casillas…
Antonio Gude 19:23, noviembre 28, 2011
Antonio MG. Cuando hablamos del match Fischer-Karpov, al menos yo, nos referimos al fantasma de 1975. Después de eso, con visión retrospectiva, es casi imposible imaginar que pudiera llegar a celebrarse y además el glamour y el interés del mundo del ajedrez se había desvanecido bastante, porque Fischer no daba señales de vida, y las que daba eran más bien de un «muerto viviente», dicho sea con todo mi cariño por él. Hay muchos otros datos. Tmbién una entrevista con Luis REntero, de RIA, en la que habla de contactos entre Campomanes, Fischer y Karpov. Pero a esas alturas de la película, supongo que era casi imposible ponerse de acuerdo con Fischer, cuya paranoia había sobrepasado todos los límites.
Antonio MG 19:12, noviembre 28, 2011
Respecto al caso hipotético Fischer-Kárpov, estareis conmigo de acuerdo en que ya a estas alturas ha quedado claro la voluntad irrenunciable de Kárpov de jugar el match en su momento sea como sea. Por ejemplo, sus declaraciones en OchoxOcho nº13 de abril de 1983: «cuando he tenido contactos con Fischer, y esto ha sido en varias ocasiones, tuve la impresión de que no podríamos llegar a un acuerdo». Como en política, el que plantea el debate normalmente es al que más le beneficia. Creo que los soviéticos, esta vez sí, sabían que podían jugar de tú a tú al genio norteamericano. Lo de Spassky, simplificándolo mucho, fue un cachondeo de preparación. Es un poco triste ser campeón de esa manera, lo que tampoco dejaba en buen lugar a Kárpov.
Antonio Gude 16:31, noviembre 28, 2011
Gracias por tu interesante aportación, Jairo.
1) el tema de llevar el contrario «al redil» es, en realidad, un tema capital en ajedrez. Tratar de inducir posiciones que te gustan o que disgusten al adversario. Conseguirlo o no es otro cantar.
2) Respecto a la entrega de los profesionales del ajedrez, soy bastante escéptico. Muchos de ellos lo son e intachables. Pero muchos otros distan de serlo. Por ejemplo: hay buen número de grandes maestros que escriben libros y a quienes no se les pasa siquiera por la cabeza que su editor pueda pedirles que asistan a una firma (sin cobrar), cuando autores mucho más famosos sí lo hacen y sin rechistar.
3) Tienes razón más que sobrada en cuanto a la dedicación o entrega de algunos jugadores de elite en los torneos. Si Anand o Gelfand querían reservarse, ¿por qué muestran al mundo esa mezquindad o esa carencia de entrega? El caso Nakamura está empezado a estar claro: él mismo comentó en su blog un día que perdíó («menos mal que hoy es viernes y en la noche moscovita esperan muchas chicas»). Con esa actitud (nada parecida a la de su entrenador) nunca llegará a nada. O divertirse o ambicionar: ambas cosas son irreconciliables.
Anonymous 15:58, noviembre 28, 2011
Interesante tésis, sobre las dificultades de Morphy para enfrengtar aperturas cerradas. Mi pregunta es:¿Puede un jugador conducir a su contrario a sus terrenos de dominio? Entiendo que tanto Anand como Gelfand, se estan estudiando para evadirse mutuamente, procurando entrar en terrenos de menos dominio en ambos. Respeto a lo que plantea Luis sobre el Memorial TAL, me surge al respecto, la siguiente reflexion:
Me surgen muchas inquietudes sobre el desempeño de algunos de los participantes en este torneo. La principal, está relacionada con la respuesta que reciben los patrocinadores. ¿Hay reciprocidad de esfuerzos? La categoría de los jugadores los pone como “Líderes de Opinión” y es ello lo que configura la invitación, pues lo mínimo que se espera, es un digno espectáculo, acorde con su ELO. Todos son profesionales del ajedrez y sus ingresos, son fruto de sus resultados. Quienes captan el fervor de los fanáticos en cualquier deporte, se deben a ellos y la mejor forma de corresponderles es ganando. Si ellos no colman las expectativas, recibirán como pago el rechazo. Eso ocurre en beisbol, baloncesto, fútbol, tenis, etc. En este tributo a TAL, CARLSEN respondió, ganándolo. Pero si hubiese sido segundo, su prestigio seguiría intacto si el triunfo hubiera correspondido a ANAND. Pero la realidad es que en el torneo se armó un tremendo berenjenal en las posiciones. Es necesario dejar claro que ninguno de los participantes es un “aparecido”. Por el contrario, ellos hacen parte de esa “súper élite” de ajedrecistas, que rayan lo genial. Y es este calificativo el que los obliga a una correspondencia en sus resultados. Es a estos niveles, donde no pueden existir “paños tibios”. El respeto se lo ganan los toreros, dejando “sangre” en la arena y los ajedrecistas, entregando todo su repertorio. ANAND, quién regenta el título de “Campeón Mundial”, con 9 tablas, terminó invicto en el séptimo lugar con 4.5 puntos, a uno del ganador. ¿¿¿??? Y lo que es peor, GELFAND, quien funge como su retador, culminó su presentación en el noveno lugar, con 3.5 puntos. De ellos, puede concluirse, que su presencia en el torneo fue más de “nombres” que de competidores. ¿Por qué no se quedaron en casa, preparando sus “laboratorios” con miras a su confrontación? KRAMNIK, el cuarto ELO del mundo (2800), obtuvo 3.5 puntos, fue octavo, perdió 2 partidas y su presentación puede calificarse como la mas “desteñida”. KARJAKIN Y NEPOMNIACHTCHI, ambos con 5.0 puntos, fueron la mejor “sorpresa” del torneo, demostrando brillantemente su entereza. IVANCHUK, nunca pierde su égida de luchador nato: obtuvo 5:0 y fue tercero. Los jugadores restantes, ARONIAN y SVIDLER, respondieron con altura, pero el desastre total lo escenificó NAKAMURA, a quién de nada le sirvieron las lecciones de KASPAROV. Parece que finalmente, terminará jugando en LAS VEGAS.
Jairo
luis 15:15, noviembre 28, 2011
Es cierto, y triste lo que dices (me refiero a lo último de Steinitz y Zukertort). Cuando empiezas a jugar al ajedrez, y a investigar en la materia, te sumerges en libros con partidas que son auténticas aventuras, y conoces a los genios del pasado, pero concretamente, las partidas de Morphy siempre producen una especial impresión (sobre todo si eres primerizo). No sé, pero siempre que surgen este tipo de cuestiones, me entra un rayo de melancolía de pensar lo que pudo haber sido y no fue.
Por cierto, ¿dónde están los que auguraban que Carlsen no iba a ganar el Memorial Tal? Lo de este chiquillo no es moco de pavo….