El gran jugador norteamericano Harry Nelson Pillsbury (1872-1906) pasó a la historia como un genio del ataque y uno de los mejores ajedrecistas de su tiempo (ya a los veinte años venció, en Boston, al campeón del mundo, Steiniz 2-1). Pero también por sus espectaculares actuaciones de simultáneas a la ciega y de simultáneas simultáneas de ajedrez, damas y whist.
En 1899 explicó al ‘Washington Post’ las razones de su éxito en tales simultáneas y su método de juego (traducción de un servidor):
«No creo que el fumar afecte a mi juego. Algunos tipos dicen que daña la agudeza del propio intelecto y que estropea la memoria. No creo que sea así. He fumado desde que tenía 14 años y puedo jugar mejor cuando tengo un cigarro en los labios, sólo un cigarro, no necesito otra cosa. Cuando juego muchas partidas a la vez debo estar, por así decir, excitado por ellas. Practico lo que la gente llama autohipnotismo. Se trata de fuerza de voluntad. Comprende, es solamente eso. Cuando es mi turno de juego en uno de los tableros de ajedrez, mis poderes mentales se concentran en esa jugada. Todos los demás tableros de ajedrez, damas y whist quedan borrados de mi mente. Es como si nunca hubiese comenzado a jugar otras partidas. Parece como si no recordase nada de ellas. Tomo una decisión, realizo la jugada y vuelvo de nuevo a las cartas en mi mano. En ese momento, tan rápido como la luz, la partida desaparece de mi mente. Ahora ya no existe para mí sino el whist. Es como si nunca hubiera pensado en ninguna otra cosa que en las cartas. Juego una. Entonces paso a las damas. Estas transiciones mentales tienen lugar tan rápido que parezco estar jugando ajedrez, damas y whist al mismo tiempo, y estar pensando en todas las partidas a la vez. Pero es como explicaba. Lo único que realmente necesito para superar la prueba es mi cigarro.»
Que conste que esto no es una apología del tabaco…
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Antonio Gude 12:06, mayo 04, 2011
Sospecho que a Blackburne, tan buen bebedor como simultaneador y combinador, no le hubiese importado que los organizadores de esas simultáneas hubiesen adoptado, como norma general, esa costumbre, que le permitiría «repostar» en cada media vuelta. Tenía tanta vitalidad…
JAIRO TANGARIFE C. 18:33, mayo 03, 2011
“El comportamiento humano es el conjunto de comportamientos exhibidos por el ser humano e influenciados por la cultura, las actitudes, las emociones, los valores de la persona y los valores culturales, la ética, el ejercicio de la autoridad, la relación, la hipnosis, la persuasión, la coerción y/o la genética” Wikipedia. Recuerdo una anécdota atribuida a Blackburne:”En una simultanea realizada en la Universidad de Cambridge, sus alumnos, conocedores de su afición por el whisky, decidieron colocar dos botellas, con sus respectivos vasos, en la pasarela por donde debía transitar. Buscaban con ello que no pudiese terminar las partidas en el tiempo estipulado. Pero Blackburne no solo logro terminar sus partidas en un tiempo record, además, se bebió las dos botellas” “Que conste que esto no es una apologia del licor ni una invitación para ajedrecista alguno”
Antonio Gude 11:38, mayo 03, 2011
Sí, Luis, y afirmar que se juega bien al ajedrez suele ser bastante temerario, porque todos somos unos membrillos comparados con otros jugadores. ¡Cualquier gran maestro lo es también, en relación con Kasparov o Anand! Pero para Pillsbury sólo hay admiración: ¡un auténtico monstruo!
luis 11:31, mayo 03, 2011
…. para mí ya es un milagro jugar bien al ajedrez, como para encima hacer más cosas!!!