Las simultáneas a la ciega son cada vez más raras, ya que el esfuerzo que realiza el simultaneador es considerable. Los tiempos cambian y las hazañas tienen otra dimensión. Philidor causaba estupor en su tiempo, al jugar dos partidas simultáneas a la ciega. Más tarde, Morphy disputó, también en París, ocho partidas contra rivales de una fuerza considerable: ganó seis y dos tablas. Un cronista de la época escribió entonces: «A Morphy puede considerársele superior a César, pues llegó, no vio y venció.» Harry Nelson Pillsbury estableció un récord que podríamos llamar cualitativo, al enfrentarse, en el Congreso de Hannover 1902, a 21 jugadores de muy alto nivel (participantes en los torneos de maestros), con el resultado de +3 =11 -7.
Algunos récords:
Nueva York, 1924. Alekhine contra 26.
París, 1925. Alekhine contra 28: +22 =3 -3.
Sao Paulo, 1925. Réti contra 29: +20 =7 -2.
Amberes, 1931. Koltanowski contra 30: +20 =10.
Edimburgo, 1937. Koltanowski contra 34: +24 =10.
Rosario, 1943. Najdorf contra 40.
Sao Paulo, 1947. Najdorf contra 45: +39 =4 -2. A efectos de marca mundial, se cuestiona el nivel de oposición de los contrincantes de Najdorf en estas dos últimas exhibiciones.
Budapest, 1960. Janos Flesch contra 52: +31 =18 -3. Récord mundial que sigue estando vigente.
San Francisco, 1960. Koltanowski contra 56: +50 =6.
El récord de España sigue en poder de Francisco José Pérez, que jugó 25 en Madrid el 25.3.1956 (décimo aniversario de la muerte de Alekhine), con el resultado de +20 =4 -1.
Habría que considerar con cierto distanciamiento el tema de los récords, pues imaginemos, por ejemplo, el caso extremo de que alguien realizase una exhibición contra 100 tableros y perdiese todas las partidas. ¿En qué consistiría su récord?
De DICCIONARIO DE AJEDREZ, A. Gude, Ediciones Tutor, 2005
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