No hay mayor error que abandonar en una posición que dista de estar perdida. Sin embargo, sucede, y con mayor frecuencia de lo que se pudiera creer.
A la posición del diagrama se llegó después de la jugada 30 de las negras, en la partida entre Boris Avrukh y Alon Greenfeld (Haifa 2000, torneo Wydra de ajedrez rápido). Las blancas jugaron 31 Ta6 y las negras, con tan sólo unos segundos en su reloj, optaron por abandonar, considerando que su caballo no tenía defensa.
Sin embargo, con 31 … Te5! Greenfeld se habría liberado, quedando incluso un poco mejor, pues si, por ejemplo, 32 Ta7 (o 32 Ta8+ Ce8 33 Cc6 Te2). 32 … Ac8 33 Tc7 Ab7 34 Cxb5 Axd5, etc.
En este caso, el tiempo fue, sin duda, el culpable de la obcecación, aunque quizá más que el tiempo en sí, la fatal sensación que experimenta el jugador, de estar perdido a causa de la falta de tiempo.
(continuará)
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