Simbólicas tablas con un servidor.
El día nefasto en que el Milán venció al Barcelona por 4-0 en la Final de la Champions, en Atenas, el GM David Bronstein presenció el partido en mi casa de Madrid.
Estas imágenes corresponden a ese día, 18 de mayo de 1994.
Diálogo previo al partido.
Bronstein: «El ajedrez es muy fácil…»
Amigo: «No, no…»
Bronstein: «Sí, es muy fácil.»
Amigo: «No lo creo. El ajedrez es complicado.»
Bronstein: «Bueno, tal vez sea difícil para usted.»
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Antonio Gude 20:19, enero 02, 2012
José Luis. Gracias por tu comentario. Respecto a Marisa Cuevas, supongo que la FEDA o la Federación Madrileña deberían poder facilitarte datos de su palmarés. Saludos.
José Luis 20:05, enero 02, 2012
Que impresionante poder decir (¡y demostrar!) que ha estado Bronstein en nuestra casa…
Hola Antonio, soy un seguidor de su blog y de sus libros desde hace un par de años y he de decirle que siempre tiene cosas interesantes que transmitir para aquellos que aman el ajedrez, es de admirar.
Yo tengo un pequeño blog -en el que por cierto, y perdon por la licencia, he puesto un enlace al suyo- donde ahora estoy presentando algunos articulitos sobre los campeones y campeonas de España, y sinceramente me estoy llevando ingratas sorpresas sobre el poco reconocimiento que rendimos a nuestros campeones.
He intentado hacer un articulo sobre María Luisa Cuevas, siete veces campeona nacional, y no encuentro un misero dato sobre ella, solo se que es madrileña…y nada más, ni una foto siquiera…
¿Como es posible, que no se sepa nada de una heptacampeona? ¿Tan subvalorado está el ajedrez femenino, el ajedrez español en general? Que triste.
En fin, gracias por difundir nuestro querido juego.
Antonio Gude 20:03, enero 02, 2012
Sin duda, amigo Crockett. Guardo un gran recuerdo de los ratos compartidos con Bronstein y, desde luego, lo considero un honor para mí. Además, era un hombre de una conversación muy interesante, no sólo sobre ajedrez, sino sobre los temas más variados.
Crockett 19:59, enero 02, 2012
Toda una experiencia y, a buen seguro, un gran orgullo el haber hospedado a una leyenda como Bronstein y haber compartido una amistad y tantos momentos impagables. No todos los días la vida ofrece estos premios. Enhorabuena.