Como estoy publicando una Historia del Campeonato de la URSS en la revista Jaque, algunos jugadores inexpertos (o no familiarizados con la historia del ajedrez en el siglo XX) me preguntan si realmente era tan importante ese Campeonato. Mi respuesta, invariablemente, es: sí, lo era.
Considero pertinentes algunas aclaraciones a los interesados, que tal vez puedan despejarles sus dudas.
Entre 1920 y 1991 se celebraron 58 ediciones del Campeonato.
Tras algunos experimentos y formatos en las primeras ediciones, pronto quedó estructurada la competición, normalmente en una Liga de 18 o 20 jugadores, que se disputaba anualmente en distintas ciudades soviéticas.
Una vez consolidada esa estructura, para llegar a la final (o Campeonato propiamente dicho) había que superar una criba tremendamente dura, con una fase previa de campeonatos regionales o de repúblicas, seguida de cuatro semifinales, en las que solían quedarse apeados muchos jugadores destacados e incluso figuras. Así pues, alcanzar la final era ya, en sí mismo, todo un éxito.
Desde 1945, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, quedó claro en el mapa estelar del ajedrez que la URSS era la primera potencia del mundo, como pusieron de manifiesto, entre otros eventos, el match por radio EEUU-URSS (1945), el torneo de Groninga (1946), que ganó Botvinnik, el Mundial de 1948, en el que se proclamó campeón el mismo Botvinnik, y el Interzonal de ese año en Saltsjöbaden, dominado por los jugadores soviéticos.
Cuando el torneo no era Zonal (en cuyo caso la restricción del número de plazas para el Interzonal obligaba a limitar la frontera del riesgo), el juego solía ser muy creativo. Los jugadores jóvenes o debutantes no tenían nada que perder y sí mucho que ganar si exhibían su inventiva y su capacidad, frente a figuras consagradas, mientras que éstas estaban obligadas a una continua renovación teórica y competitiva, si no querían quedarse rezagadas.
Pero en cuanto a nivel de juego, a su importancia, el Campeonato de la URSS (al menos, desde los años cuarenta en adelante) no sólo era, con diferencia, el campeonato nacional más fuerte del mundo, sino que también era más fuerte que el 90% o el 95% de los torneos internacionales.
Veamos por qué lo digo.
Fijémonos en algunos como muestra.
El 19º (Moscú, 1951), por ejemplo, fue un torneo clave, porque definiría la selección soviética que participaría por primera vez en la Olimpiada (Helsinki, 1952). Lo ganó Paul Keres, seguido de Geller, Petrosian, Smyslov, Botvinnik (¿cuándo podía quedar Botvinnik quinto en un torneo?) Averbaj, Bronstein, Taimanov, Aronin, Flohr, Bondarevsky, Kotov, Simagin… ¡Vaya nombres!
En el 24º (Moscú, 1957) triunfó una nueva estrella, Mijail Tal, superando en medio punto a Bronstein y Keres. Además jugaban Spassky, Tolush, Jolmov, Korchnoi, Petrosian, Boleslavsky y Taimanov, entre otros. Tres de ellos serían campeones del mundo (Tal, Petrosian, Spassky), mientras que otros tres o habían sido segundos (Bronstein, en 1951) o lo serían (Keres, Korchnoi).
En el 27º (Leningrado, 1960) venció Korchnoi, delante de Geller y Petrosian. Averbaj fue 6º, Smyslov 7º, Spassky 10º, Bronstein 12º. Otro campeón mundial más, Smyslov, y un eterno aspirante, Geller.
El 41er. (Moscú, 1973) lo ganó brillantemente el «desahuciado» (por su derrota ante Fischer) Spassky, dejando atrás a esta nómina: Karpov, Petrosian, Polugaievsky, Korchnoi, Kuzmin, Geller, Grigorian, Keres, Savon, Taimanov, Tal, Tukmakov, Rashkovsky, Smyslov, Averkin, Sveshnikov y Beliavsky.
En el 44º (Moscú, 1976), se proclamó campeón Karpov, que ya lo era del mundo. Después de él, había otros excampeones mundiales en la tabla: Petrosian (3º), Smyslov (6º). Uno de los mejores del momento, Polugaievsky fue 4º. Geller sólo pudo finalizar 8º, y un grandísimo jugador como Taimanov, sólo 15º.
Si nos acercamos al final, el 55º (Moscú, 1988) fue histórico, porque participaron Kasparov y Karpov, que compartieron el primer puesto, seguidos de Yusupov, Salov, Ivanchuk, Beliavsky, Smyslov, Andrei Sokolov. Jalifman fue 14º…
Otro apunte, por cierto, que dice no poco acerca de la dureza del Campeonato es que Gari Kasparov nunca pudo ganarlo en solitario. De sus cuatro participaciones, fue 9º en su debut (1978), 2º en 1979, y empató en el primer puesto con Lev Psajis en 1981, además del ya citado de 1988, con Karpov.
En los últimos años se adoptó un «doble»Campeonato, Primera Liga y Liga Superior, siendo ésta la auténtica Final y ese formato subsiste en el actual Campeonato de Rusia, si bien la, digamos, ‘Primera Liga’ se está jugando actualmente por sistema suizo. El de este año, por ejemplo, lo ganó Alexander Morozevich.
La URSS desapareció en 1992 y también su Campeonato. Recuperar su memoria y, sobre todo, su contenido, no es cuestión nostálgica, sino rescate de un ajedrez de altísimo nivel, por su creatividad, contenido teórico y espíritu de lucha.
Dado que mi columna en Jaque se publica en números alternativos, calculo que me llevará algunos años completar esta historia, en la que he estado trabajando toda mi vida.
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