Los fragmentos que siguen corresponden al libro de espionaje Salade de Têtes (Ensalada de cerebros), de Georges Langelaan, publicado por Robert Laffont (Francia):
«Grenat no respondió. Ellos (los agentes secretos soviéticos) habían previsto a la perfección no sólo sus acciones, sino también los móviles que le habían hecho actuar. Tenían muchos puntos débiles, pero, en tanto que jugadores de ajedrez natos, poseían el don natural, la ventaja de adivinar, de prever no una, sino varias jugadas de antemano» (p. 133).
«Grenat se había sentido parecido al jugador de ajedrez que acaba de poner en marcha una combinación ganadora, cuyo último movimiento, aparentemente inofensivo, deja al contrario indeciso, confuso, tratando de descifrar si se trata de una jugada torpe o de una trampa maquiavélica.» (p. 176).
+
¿Quieres comentar algo?