ENTREVISTA CON MARK DVORETSKY
«Hay que optimizar las capacidades del jugador»
Revista Internacional de Ajedrez nº 58, julio 1992, pp. 24-26.
La visita del MI Mark Dvoretsky, indudablemente el entrenador de moda en el mundo, a la redacción de RIA, nos permitió una interesante charla, aunque condicionada por los apuros de reloj, porque Dvoretsky tenía intención de visitar el Museo del Prado y un avión esperándole a las tres de la tarde. De modo que charlamos durante una hora sobre las peculiaridades del match Timman-Yusupov y también sobre algunos aspectos del entrenamiento en ajedrez y sus mejores discípulos.
A su regreso de Linares, donde asistió al match Timman-Yusupov, en calidad de entrenador del segundo, Dvoretsky, camino de Moscú, tuvo la deferencia de visitarnos para comentar brevemente sus impresiones.
¿Cómo puede definirse el desenlace del match Timman-Yusupov?
En mi opinión, Timman jugó a su nivel habitual y, dentro de ese nivel, de forma equilibrada, sin grandes aciertos, pero también sin grandes errores.
¿Cuál fue la razón de la derrota de Yusupov?
En términos generales, sin duda falta de energía. En términos técnicos más precisos, su fracaso con la Defensa Petrov, con la que cosechó tres derrotas en cuatro partidas (+0 =1 -3).
Yusupov tiene sus propias ideas en aperturas y con la Petrov, por ejemplo, tiene una singular habilidad para captar novedades o manejarla con sus mejores recursos. Algunas situaciones resultaron reveladoras. Tomemos, por ejemplo, la cuarta partida, en la que Yusupov jugó francamente bien y se hizo con la iniciativa prácticamente en plena apertura. Después de 16 Tac1, las negras jugaron 16…Db8! (una excelente jugada; fallaba 16 … b5!? 17 Axb5 Cxd2 18 Cxd2 Af4 19 Dc3; ahora, en cambio, Yusupov consigue juego activo: tiene todas sus piezas magníficamente situadas, presión en el centro y flanco de rey, ninguna debilidad) 17 a4 (no serviría 17 Ad3, por 17 … Ae6 y 18 … Ad5) 17 … Te7! 18 Tcd1 f4?! (esto no está mal, pero de hecho significa que Yusupov está perdiendo pie; el plan lógico se basa en la maniobra …De8!, …f4 y …Cg5, pero para ello había que jugar primero 18 … b6!, a lo que podría seguir 19 Cc1 f4! 20 Cd3 De8 21 Ce5 Cg5, con ventaja decisiva de las negras) 19 Ad3 Af5 y ahora, después de 20 Cc5!, Timman consigue neutralizar la presión y, poco a poco, imponerse, como consecuencia de diversos errores de Yusupov.
Esta partida es muy significativa, porque nos muestra cómo Yusupov, a pesar de concebir el plan más brillante, dominar con negras la apertura, etc., no reúne la fuerza de espíritu suficiente para materializar en su favor las virtudes de su posición…
Peor aún es el caso de la séptima partida donde, para realizar un movimiento tan «cantado» como h3 ¡invirtió quince minutos! Incluso aquí llega a un final en el que, tras el cambio de alfiles, juega 35 Ta1?, cuando no sólo es que cualquier gran maestro sepa que debe jugar 35 Te4!, maniobrar y muy probablemente ganar, sino que él mismo había jugado ya un final similar contra Karpov, ganando. Puees bien, 35 Ta1? es un indicio más de que a Yusupov le fallaba el drenaje de energía…
Si interpreto sus palabras, Yusupov es maximalista en la búsqueda, pero no dosifica bien sus acciones…
Así es. Yusupov es ciertamente un maximalista que pretende obtener el máximo partido posible de sus posiciones. No se contenta con una buena jugada, sino que busca siempre la mejor, la demoledora. Ahora bien, con esa filosofía estética y deportiva, es preciso estar cargado de una enorme dosis de energía para conducir el juego con éxito. Algo que le faltó a Yusupov.
¿Y a qué se debe esa falta de energía? ¿No sabe él que debe cuidar ese aspecto?
Antes del Interzonal del 85 yo le recomendé encarecidamente que jugase diariamente al tenis… Me hizo caso y eso le vino muy bien. De hecho, por entonces me confesó que se encontraba estupendamente, en muy buena forma física. Naturalmente, no sólo el estado de su salud era importante, también lo era la forma ajedrecística. Lo cierto es que los resultados evidenciaron que 1985 fue uno de sus mejores años deportivos.
Luego sucedió esa historia de Moscú, cuando le dispararon en su casa. Yusupov debió sufrir un mayor shock del que admite y aún arrastra las consecuencias de tan lamentable incidente. Cuando fue a Holanda, cuatro días antes de comenzar su match con Dolmatov, resulta que prácticamente no podía moverse. Tenía fuertes dolores en la espalda y aun con calmantes y todo se movía como si fuera un viejo… Supongo que por una u otra razón, le cuesta recuperar un estado físico que respalde su sabiduría ajedrecística.
El sistema Dvoretsky
Usted ha recibido recientemente enormes alabanzas en la prensas técnica mundial por sus habilidades como entrenador, dándose el caso de que dos de sus pupilos (Yusupov y Dolmatov) lleguen a disputar entre sí un encuentro de Candidatos. Eso, sumado al éxito de muchos otros, debe significar algo. ¿En qué consiste su método de entrenamiento o, más exactamente, en qué difiere del de los demás?
Fundamentalmente, es algo muy sencillo, de cuyos resultados estoy muy satisfecho. En primer lugar, propugno el estudio exhaustivo de posiciones. No me gusta que alguien diga que jugó así «por intuición» o que la jugada obedece «a exigencias naturales» de la posición. Todo eso está muy bien, entiendo que la intuición juega un papel importante, pero siempre hay que verificar la jugada sobre el tablero y examinar las circunstancias concretas: he visto no pocas partidas de campeones malograrse por actitudes así de frívolas… En segundo lugar, considero imprescindible un entrenamiento intenso, se llame como se llame el ajedrecista: el conocimiento por sí solo no basta. Hay que desarrollarse con la práctica, con el entrenamiento, pero también hay que desarrollar una forma de pensar personal y concreta…
Por último, creo firmemente que cada jugador necesita que se estimulen al máximo sus propias capacidades, al tiempo que se minimicen sus defectos. Unas y otros subsistirán, pero hay que lograr la mejor versión de las primeras y la minimización de los segundos.
También estoy contra el estudio exagerado de la teoría de aperturas y no sólo estoy contra ella, sino que admito que no puedo ayudar a los grandes maestros en este terreno, y que si ellos quieren llevar a sus últimas consecuencias la preparación en este campo, deben hacerlo de forma personal… ¿Qué puedo enseñarle yo a un Yusupov, a un Dolmatov, en aperturas?
¿Algún ejemplo ilustrativo de cómo un jugador puede mejorar sus resultados, tras haberse preparado con usted?
Además de Dolmatov y Yusupov, con quienes he trabajado siempre, diría que Chernin… Chernin acudió a mí cuando tenía 21 o 22 años. Era muy fuerte, había empezado arrollador como juvenil, con éxitos importantes, pero él mismo se había dado cuenta de que algo fallaba, pues los éxitos se habían hecho más raros. Chernin tenía gran intuición para el ajedrez, pero yo me di cuenta de que sentía repugnancia por entrar en posiciones que requiriesen cálculos concretos y que siempre procuraba encauzar el juego hacia posiciones estratégicas, susceptibles de ser interpretadas con facilidad. Es decir, lo que le repugnaba era el esfuerzo, el trabajo duro ante el tablero. Para estimular su espíritu competitivo le recomendé tres cosas:
a) Deporte activo (¡y usted puede pensar que mi aspecto no es precisamente el de un deportista! pero debe entender que yo pueda y deba recomendar la práctica deportiva): footing, tenis, etc.
b) Estudio serio y constante de esquemas que condujesen a la búsqueda de la iniciativa en el medio juego.
c) Le propuse gran cantidad de ejercicios con posiciones complicadas, para estimular su capacidad de cálculo.
Los resultados de Chernin mejoraron de forma sustancial y se convirtió en el gran maestro consistente que hoy es. Aunque seguramente un cierto confort consigo mismo pueda tentarlo a volver a un estancamiento. Depende de él.
¿Algún otro caso interesante?
Es curioso el caso de Dreev. Dreev, fíjese, vino a mí cuando sólo tenía once años. En poco tiempo yo llegué a la conclusión de que tenía más fuerza potencial incluso que Kasparov y Karpov y de que, por tanto, podría llegar a campeón del mundo. Sigo creyendo que mi diagnóstico era exacto. Años después, y ya nos acercamos a la hora actual, me di cuenta de que podía obtener resultados bastante más espectaculares que los mejores ajedrecistas jóvenes de hoy, como Ivanchuk, Anand o Gelfand, pero cuando tenía 16 años dejé de trabajar con él…
¿Por qué razón?
Dreev tenía problemas humanos de cierta importancia. Y aquí debe usted saber que yo le concedo preferencia a los seres humanos «de buena pasta». No me gusta trabajar con gente como Kasparov, Karpov y otros especímenes… Volviendo a Dreev, vivía en un pueblo, su educación no era ni había sido buena, su familia dejaba mucho que desear… Eso le creaba conflictos personales. Yo me considero un entrenador con una importante capacidad de trabajo, pero como le decía, no me gusta sacrificarme profesionalmente por personas que no merezcan mi propio respeto. Dreev tuvo confrontaciones con su familia y no supo romper favorablemente sus propios conflictos. Entonces, más valía dejarlo. Ahora Dreev sigue siendo, por supuesto, un gran jugador, pero su ajedrez está empantanado y dudo mucho que suba más…
¿Cuáles son sus proyectos actuales?
Seguir mejorando mi escuela de Moscú con los talentos que acudan a ella y, en lo inmediato, estoy contratado para enseñar ajedrez durante dos meses en Nueva York…
Buena suerte.
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