Nacido en 1911, el célebre escritor argentino Ernesto Sábato ha desplegado una intensa y productiva actividad intelectual. Doctor en Física, llegó a trabajar como investigador en el Instituto Curie de París, y luego en el Tecnológico de Massachussets. Después de la Segunda Guerra Mundial, dejó la Física para dedicarse por completo a la literatura y el ensayo filosófico.
Sólo escribió tres novelas, El túnel, Sobre héroes y tumbas, y Abbadón el exterminador.
Sobre héroes y tumbas, publicada en 1961, contiene un extenso capítulo, ‘Informe sobre ciegos’ que causó sensación en su día.
Tiene, además, numerosos ensayos, como Uno y el universo, Héroes y engranajes, entre otros muchos.
El siguiente fragmento corresponde a uno de sus ensayos, que no hemos identificado:

INVENCIÓN Y DESCUBRIMIENTO
Podría decirse que cuando fue inventado el ajedrez quedaron dadas, potencialmente, todas las partidas: a través de los siglos, los jugadores descubrirían las partidas preexistentes, como en una selva. Pero dando un paso más atrás, se podría decir que el hombre no inventó el ajedrez, sino que lo descubrió. Considerando el Universo como dado, todas las creaciones e invenciones del hombre serían como partidas en este Gran Ajedrez, descubrimientos en una Gran Selva. Pero dando otro paso más atrás, podría decirse que quizá el Universo no ha sido creado sino descubierto en una selva de Universos Posibles, selva difícil, oscura, sublime, en que sólo un Dios puede aventurarse.
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