ajedrez, diciembre 27, 2016

Historia del ajedrez (26): Interviene la Iglesia. ¿Ajedrez con dados?

Según Murray, «después de las voluntades de la Marca Hispánica, la siguiente referencia al ajedrez a la que podemos asignar una fecha exacta se produce en la Italia central, en una carta al Papa electo Alejandro II, en la que Petrus Damiani (1007-1072), Cardenal de Ostia, solicita permiso para retirarse a un monasterio. La carta no está fechada, pero puesto que se dirige al Papa (sólo) electo, y no entronizado, debe haber sido escrita entre la elección (1 de octubre de 1061) y la entronización, a comienzos de 1062. En el curso de la carta, Damiani escribe, en términos fuertes, del pecado cometido por el clero que participa en deportes y diversiones malsanas.»

Para darle relevancia al contenido de la carta, su autor menciona una reciente polémica que había sostenido con el Obispo de Florencia, a quien habría visto jugar profusamente al ajedrez. Los argumentos del Cardenal Damiani son confusos y alude a la «locura de los dados o el ajedrez» y se refiere, más de una vez, a los términos alea y aleatores. Por alea sólo puede entenderse juegos de azar, y por aleatores jugadores de azar y, más concretamente, de dados, sobre los cuales regía una prohibición canónica. Ahora bien, ¿qué tienen que ver los dados con el ajedrez? Y esta es la cuestión principal que suscita el debate entre ambos dignatarios eclesiásticos. Para Murray «sólo hay una conclusión posible para explicar el debate, y hacer que el argumento del Cardenal sea digno de un dialéctico, además de justificar la sumisión final del Obispo, y es que ambos sabían que el ajedrez era un juego que a menudo se practicaba con ayuda de dados. La hipótesis de que el Obispo hubiese jugado con la mediación de apuestas no sirve de ayuda, ya que Damiani enfatiza en el pecado de practicar un juego prohibido y, por tanto, condena, no las acciones accesorias, sino el juego en sí. Si Damiani y el Obispo de Florencia hubiesen visto ajedrez con dados, todo el pasaje se hace inteligible, y podemos justificar la posición de ambos interlocutores. El Obispo arguye que si jugaba al ajedrez sin dados se mantendría dentro de la ley canónica, pero Damiani replica: ‘No: el juego es un juego con dados, y excluir los dados es mero subterfugio o evasión. Los cánones prohíben no sólo los dados, sino también el juego.’ Y el Obispo, finalmente, acata la advertencia (que es plausible para cualquiera que hubiese visto ajedrez jugado con dados, y que no conociese nada de la historia del ajedrez) y reconoce su falta.»

Aunque los árabes no parecen haber empleado dados en el ajedrez ordinario, sabemos que los utilizaban en una variante del mismo, hacia el siglo IX. También hay evidencias de que el ajedrez con dados se jugaba en Europa, no mucho después del tiempo de Damiani. En un glosario alemán del siglo XI aparece el término «alea = scähzabel«, y la misma palabra, alea, vuelve a aparecer en un poema alemán, en latín, de 1160. Pero hay otras referencias, en el famoso manuscrito de Alfonso X el Sabio, Libro del Acedrex (1283) se habla de la popularidad de los problemas, en contraste con el cansancio que, por su extensión, experimentan los jugadores al disputar las partidas normales, y se explica que, por esta razón, se han incorporado los dados al juego, a fin de darle mayor vivacidad.

Por último, en el romance francés Huon de Bordeaux (del siglo XIII) se compara la variedad del ajedrez con dados con el ordinario, en la historia de la partida del héroe con la hija de Ivoryn:

«Señora,» dice Huon, «¿qué partida queréis jugar? ¿Deseáis jugar con jugadas o con dados?» «Que sea con jugadas,» dice la dama con voz clara.

La apasionada denuncia de Damiani del clero, por su afición al ajedrez, desembocó en una serie de decretos eclesiásticos que situaron al ajedrez entre los juegos prohibidos para el clero, pero a diferencia de los de la Iglesia Ortodoxa, estos decretos de la Iglesia Católica no eran aplicables a los laicos y, en cualquier caso, esa persecución del ajedrez cesó hacia 1.400, sin duda como resultado del renacimiento intelectual experimentado en Lombardía en el siglo XII, que, a su vez, supuso una renovación del estudio del Derecho Romano.

La tentativa, por otra parte, de extender la prohibición del ajedrez a las numerosas órdenes caballerescas, iniciadas por San Bernardo de Clairvaux con la regla para los Caballeros del Temple, fue abandonada por Werner von Orseln, el gran maestre de la Orden Teutónica, en el siglo XV, por estimar que el ajedrez era una diversión apropiada para un caballero.

petrus-damiani

Petrus Damiani

El argumento de Damiani volvió a salir a la luz, a raíz del Código de Justiniano, pero los legisladores llegaron a una conclusión diferente, a saber, que la prohibición del tabula no debía extenderse al ajedrez, ya que éste se juega por los medios de la inteligencia natural del hombre, y en modo alguno depende del azar. Suspender la prohibición fue una sabia decisión de la Iglesia, pues estaba claro que aquélla era papel mojado, como da fe el hecho de que gran parte de la temprana literatura europea sobre ajedrez era obra, precisamente, de miembros de órdenes monásticas o predicadoras.

 

2 comentarios

  1. Juan Reyes 05:19, noviembre 04, 2023

    ¿El ajedrez fue también prohibido por Inocencio III?

  2. oscar cuasnicu 00:22, diciembre 28, 2016

    excelente información, felicitaciones