literatura, abril 6, 2011

JULIO CAMBA

Julio Camba (1882-1963), conocido como ‘el solitario del Palace’, por ocupar durante años una de las habitaciones de este hotel madrileño, fue un destacado autor y periodista, que cuenta con una obra de calidad. Entre sus libros más conocidos se cuentan ‘La casa de Lúculo, o el arte de comer’ y ‘Aventuras de una peseta’. El articulito que sigue fue publicado en ABC, en fecha no determinada:

LA REFORMA DEL AJEDREZ (De Salomón a Ruy López)

«De no haber sobrevenido la guerra, es muy posible que a estas horas el juego del ajedrez hubiera sido objeto de una profunda reforma constitucional, pero Lord Brabazon, que era el principal propulsor de esta reforma, se ha quedado prácticamente solo en su ‘Chess Club’ londinense, y el ajedrez continúa jugándose hoy, si no como en los buenos tiempos del Rey Salomón –quien, al parecer, obtuvo el campeonato internacional de su época–, por lo menos como en los mucho más próximos de nuestro gran Ruy López.

La verdad es que, dados los enormes progresos que se han realizado en el arte de la guerra, no se concibe cómo los ajedrecistas pueden seguir todavía riñendo sus batallas sin tanques, sin aviación, sin acorazados, sin submarinos y sin otras armas, en fin, más que las archisuperadas ya de la infantería, la caballería y una artillería del año de la Nana. ¿Se imaginan ustedes la animación que introduciría en cualquier partida de ajedrez un grupo de paracaidistas que aterrizan subrepticiamente en el campo enemigo y atacasen de flanco una de sus torres? ¿Y un submarino que torpedease la reina del contrario cuando éste estuviese más próximo al triunfo, no haría, a su vez, cambiar todo el curso de los acontecimientos?

Extraño juego éste del ajedrez, en el que nunca se cruza dinero ni cosa que lo valga y por el que, sin embargo, han abandonado tantos hombres en este mundo sus hogares y sus negocios. En el siglo XI, el califa de Egipto Al-Haken Biamri decidió castigar con la pena de muerte a todos los que lo jugasen, pero al cabo de un año y viendo la rapidez con que se iban despoblanco sus dominios, no tuvo más remedio que levantar tan severa –aunque quizá no completamente injusta– prohibición. Hipócrates y Galeno le atribuían al ajedrez las mayores virtudes curativas, sobre todo en los casos de erisipela, y los persas, en cambio, creían que daba origen a toda suerte de trastornos gástricos.

Punible o laudable, sin embargo, y dotado o no de propiedades terapéuticas contra ciertas y determinadas afecciones de la piel, lo que nos interesa ahora es averiguar si el ajedrez debe renovarse, como quiere Lord Brabazon, o si, a despecho de los adelantos logrados en el arte de la guerra, debe continuar a ser jugado con sólo sus piezas tradicionales. Y no me digan ustedes que lo uno –el ajedrez– no tiene nada que ver con lo otro –la guerra– porque, el día en que esa falta de relación quedase demostrada de un modo palmario, yo no afirmo, ni muchísimo menos, que los hombres dejasen de guerrear, pero sí temo que en su gran mayoría, no pudiendo ya sentirse genios de la estrategia ni adoptar ante el tablero actitudes napoleónicas, renunciasen al ajedrez de un modo definitivo.»

Se diría que el artículo debió publicarse entre 1942 y 1945, dado el contexto de la Segunda Guerra Mundial, y puesto que Camba era entonces corresponsal de ABC en Londres.

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2 comentarios

  1. Antonio Gude 15:39, abril 06, 2011

    Siempre certero, Jairo. Gracias por el dato, aunaue el artículo se publicó antes en ABC. Tengo una fotocopia del mismo, pero no la fecha.

  2. JAIRO TANGARIFE C. 15:14, abril 06, 2011

    Saludos, Antonio:
    El artículo en mención del Gallego Julio Camba andreu,lo encuentras en su libro:»Esto, lo otro y lo de mas alla», publicado en 1945.
    Jairo