Tras haberse reunido el congreso internacional de analistas de frases brillantes e históricas, se ha decidido conceder medallas y menciones especiales a las mejores frases jamás pronunciadas sobre ajedrez. Han sido distinguidas las siguientes:

Medalla de oro:
«Dicen que la vida es demasiado corta para jugar al ajedrez. Pero eso es culpa de la vida, no del ajedrez.»
WILLIAM E. NAPIER

Medalla de plata:
«El ajedrez es la sublimación de la lucha por excelencia.»
ANTHONY SAIDY

Medalla de bronce:
«Hay más aventuras en un tablero de ajedrez que en todos los mares del mundo.»
PIERRE McORLAN

1ª mención honorífica:
«Para mí, el peón pasado tiene alma como el hombre, deseos que yacen en él inexpresados y temores cuya existencia apenas barrunta.»
AARON NIMZOVICH

2ª mención honorífica:
«Hoy día son muchos los que conocen demasiado bien no sólo las tablas de multiplicar del ajedrez, sino también sus logaritmos. Por lo tanto, ha llegado la hora de demostrar que dos y dos son cinco.»

3ª mención honorífica:
«No hay tanto misterio en diez asesinatos como el que puede haber en una partida de ajedrez.»
ARTHUR CONAN DOYLE

4ª mención honorífica:
«Es un jugador del que se puede tener la seguridad de que arrancará una derrota de las fauces de una victoria.»
J. J. WALSH

Quien dijo lo que Napier refutó fue el escritor Henry James. Bien, Napier: gran servicio al rey de los juegos. Felicitaciones.
Si el también escritor (de novelas de aventuras) Pierre McOrlan nos ha honrado con su aforismo, lo cierto es que le resta fuerza moral su confesión de que jamás se ha puesto delante de un tablero. Así que o habla de oído o intuye…
Más halagador para nosotros es el comentario de toda una personalidad como el creador de Sherlock Holmes, Sir Arthur Conan Doyle, al admitir lo que admite.
La frase de Mijail Tal es muy conocida, pero no por eso menos aguda e ilustrativa de su forma de entender el ajedrez. También de su sentido del humor («hay dos tipos de sacrificios: los correctos y los míos»). Bienaventurados los que saben reírse de sí mismos porque ellos entrarán en el reino de los cielos… ¿O no era así?
También con el humor irónico entronca la frase de J. J. Walsh: ¿quién no conoce a jugadores de ese tipo en quienes confiar?
Por último, pero no lo menos importante, más que una frase y que un aforismo, la declaración de amor de Nimzovich al peón pasado es perfectamente poética y uno tiende a creer que ha dado en el clavo…
Hablando de creer, espero que no os creáis esto de los premios. Puro dislate.
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