PERFECCIONE SU AJEDREZ es un libro excelente de entrenamiento, por Volokitin y Grabinsky (Ed. La Casa del Ajedrez, 2009). A continuación transcribimos un extracto de la introducción:
El éxito depende más del trabajo duro
que del talento.
DEMÓCRITO
Es fácil explicar la popularidad del ajedrez. El juego es fácil de aprender, es interesante y, después de nuestras primeras victorias, podemos hacernos la ilusión de que, con un pequeño esfuerzo, no hay razón alguna para que no lleguemos a ser campeones del mundo. Cuando niños, todos nosotros pensamos que esto es realmente posible, si bien no sabemos exactamente cómo lograrlo. En consecuencia, buscamos un buen entrenador (dichoso el que pueda «buscar» un buen entrenador de niño ¡y encontrarlo!), alguien que pueda revelarnos los principales secretos, y luego todo irá bien… Pero en realidad, el elemento más importante en el camino hacia el progreso no se encuentra en otra parte, ¡sino en el propio jugador!
Es interesante comparar el ajedrez con otros deportes. Si buscamos las diferencias entre fútbol, patinaje, boxeo y ajedrez, inmediatamente comprendemos que cualquier deportista se propone la tarea de mejorar al máximo sus resultados, para poder superar así a sus rivales. Los métodos de entrenamiento para lograr ese fin son similares en todos los deportes. Un futbolista invierte la mayor parte de su tiempo de entrenamiento practicando carreras y tratando de dominar el balón, en halterofilia se entrena levantando pesas, etc. En otras palabras, cada uno trabaja en el desarrollo de las cualidades que le permitan lograr el éxito.
Detengámonos ahora en cómo se entrena un jugador de ajedrez y cómo emplea la mayor parte de su tiempo: buscando ventaja en ciertas variantes modernas de apertura, leyendo libros del autor A, los comentarios del autor B, y estudiando miles de partidas recientes en Internet, en busca de una nueva idea interesante. Más tarde, durante un torneo, cuando emplea su novedad y supera a su oponente, pero omite una variante ganadora o cae en algún tipo de trampa, considera esto una cuestión de mala suerte. Lamentablemente, muchos jugadores de ajedrez ignoran por completo la necesidad de trabajar regularmente en el desarrollo de su principal «herramienta», que no es otra que su cerebro. No estamos negando el valor de estudiar teoría de aperturas o partidas recientes, pero sugerimos que debemos pensar más acerca de la importancia relativa de estos y otros factores, y la correcta asignación de tiempo a cuestiones tan esenciales como el desarrollo de la visión combinativa, el cálculo de variantes y la propia imaginación.
Ahora discutiremos cómo puede afrontarse el trabajo de autosuperación en ajedrez, haciendo que resulte efectivo y, a la vez, interesante. Como han demostrado muchos años de experiencia, hasta las lecturas más inteligentes y selectas ejercen muy poco efecto, porque son rápidamente olvidadas. En consecuencia, y como dijo el segundo campeón mundial, Emanuel Lasker (un hombre, por cierto, muy cultivado e inteligente): «La memoria es un almacén demasiado valioso para ser atestado de bagatelas. De mis 68 años, he consagrado al menos 40 a olvidar gran parte de lo que había oído o leído, y al desprenderme de ese bagaje, he podido jugar con cierta facilidad, una facilidad que no deseo perder de ningún modo.» Ahora podemos entender que lo que le ayudó a mantenerse como campeón mundial durante 27 años fue su inteligencia para permanecer al margen de los dogmas. Las excepciones son más importantes que las reglas. En lugar de limitarnos a reproducir una colección de partidas, es mucho más efectivo tratar de adivinar las jugadas. En lugar de asistir a la conferencia de un jugador famoso, es mucho mejor tratar de analizar antes la partida y comparar las propias conclusiones con las del maestro.
Por consiguiente, en este libro no nos proponemos enseñarle a jugar un mejor ajedrez. Haremos algo más valioso para usted: le aportaremos material que le ayudará a desarrollar su pensamiento. Naturalmente, estamos dispuestos a admitir que no somos los inventores del método. El gran maestro Adrian Mijalchishin considera que «lo mismo que un pianista practica a diario ejercicios de digitación, el jugador de ajedrez debe entrenar, igualmente a diario, su visión táctica.» El prestigioso entrenador Mark Dvoretsky, en sus libros, siempre acompaña la exposición con una serie de ejercicios de entrenamiento sobre el tema en cuestión. El libro de Hort y Jansa La mejor jugada, contiene muchas posiciones interesantes con las que puede usted poner a prueba su nivel ajedrecístico. Pero aunque hemos estudiado ese libro, aquí nos proponemos plantear las cosas de modo diferente:
El libro se divide en tres partes:
1) Realice una jugada (posiciones en las que debe encontrar la mejor jugada). Esta sección está relacionada con la intuición y la imaginación en ajedrez.
2) Descubra la continuación ganadora (posiciones en las que debe encontrar una variante forzada que conduce a la victoria). Los ejemplos están concebidos para ejercitar la visión combinativa y el cálculo de variantes.
3) Responda una pregunta (la tarea del lector en este caso es descubrir la solución a un problema concreto). Resolver estos ejemplos le permitirá desarrollar su comprensión y la lógica posicional.
Indudablemente, es esencial entender que estas cosas se encuentran en la partida interconectadas, y no es nuestra intención separar la táctica de la estrategia.
(…)
El éxito de este método depende en gran medida de la meticulosidad con que se hayan elegido los ejemplos. Nos hemos propuesto seleccionar sólo los mejores, lo que significa posiciones que sean originales, con soluciones relativamente cortas, jugadas tranquilas, jugadas intermedias, contrajuego del rival, etc. Todos los ejemplos deben ser correctos y tener, como hemos dicho, una solución única.
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