ajedrez, diciembre 15, 2016

Historia del ajedrez (14): Primeras censuras eclesiásticas

Primeras censuras eclesiásticas

La inclinación del emperador Alejo por el ajedrez puede haber sido la causa de que el juego despertase una amarga hostilidad en las autoridades religiosas. Desde luego, es curioso que la primera denuncia del ajedrez, por parte de la Iglesia bizantina, fuese encarnada en Juan Zonares, quien, tras haber ocupado el puesto de jefe de la guardia personal del emperador, se retiró como monje en el monte Athos, donde murió en 1118. Fue durante su retiro cuando escribió su comentario sobre los cánones de la Iglesia Ortodoxa.

Es sabido que la iglesia medieval veía el uso de los dados con fuerte desconfianza, de ahí sus consecuentes tentativas por suprimir su práctica mediante legislación expresa. La primera lista de reglas, conocida como Cánones Apostólicos, exige que tanto clero como laicos abandonen la práctica de los dados. He aquí algunas las reglas específicas:

  1. El obispo, sacerdote o diácono que sea adicto a los dados deberá abandonarlos, pues de no ser así será depuesto en sus funciones.
  2. El subdiácono, lector o cantor adicto a dicha práctica, deberá abandonarla, so pena de ser depuesto en su cargo. Lo mismo debe aplicarse a los laicos.

El monje Zonares escribió una nota, comentando precisamente estos dos puntos:

Debido a que algunos obispos y clérigos se apartan de la virtud, jugando al ajedrez (zatrikion) o a los dados y beben en exceso, la regla ordena que cesen en tal práctica, y si no lo hacen deben ser depuestos; y si un obispo, o un diácono o un subdiácono o un lector o un cantor no cesara de hacerlo, debe ser expulsado, y lo mismo debe hacerse con los laicos que jueguen al ajedrez o beban en exceso…

Hay que imaginar de qué forma una persona laica podía ser castigada o depuesta de sus funciones, pero está claro que la Iglesia ejercía una fuerte autoridad sobre sus fieles, y no sólo moral.

Las reglas fueron adoptadas por el Tercer Sínodo de Constantinopla, en 680, y desde entonces se han considerado canónicas para la Iglesia Ortodoxa. Era natural que, con el transcurso del tiempo, se realizasen tentativas para explicar la prohibición de los kuboi o alea (dados o juegos de dados), y definir con exactitud los juegos incluidos en esos términos. No sólo fue una tarea que llevó a cabo la Iglesia Ortodoxa, pues la palabra latina alea llegó a confundir a los expertos en derecho canónico de la Iglesia Romana y así, vemos que el Cardenal Damiani argumenta, en una carta de 1061, que la prohibición de los alea debía extenderse al ajedrez, recomendación que la Iglesia Católica adoptó durante un tiempo considerable.

El término kuboi puede verse más tarde, y durante mucho tiempo, en los documentos de la Iglesia Ortodoxa rusa y es muy probable, por tanto, que la pobreza de información y referencias al ajedrez en el Imperio Bizantino se deban, en gran parte, a la intolerancia de la Iglesia.

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