Estamos de enhorabuena porque en esta Semana Santa la galería de películas de romanos, crucifixiones y demás se ha enriquecido notablemente, lo cual nos deja a los espectadores televisivos menos sometidos al corsé de todos los años: la carrera de cuadrigas de ‘Ben-Hur’, ‘Barrabás’, ‘Quo Vadis’ (hoy, 15.30), ‘La caída del Imperio Romano’ (dos muescas para Stephen Boyd, una de bueno y otra de malo) y ‘Espartaco’.
Porque ahora algunas de estas películas tienen varias versiones y eso nos permite discutir acerca de si el ‘Atila’ de ésta o la otra es mejor o peor que el de la otra o ésta. Y lo mismo la incuestionable ‘Espartaco’ de Kubrick y Cía., se ve ahora rivalizando con series de TV de alto presupuesto.
Si al menos estas películas fuesen instructivas… Pero, por lo general, son confusas, están llenas de datos erróneos y carecen por completo de rigor. Por otro lado, y como muy bien dijo Fernando Arrabal (que a veces, sólo a veces, no dice chorradas), «las películas históricas cuentan cómo murió María Antonieta a millones de personas que ni siquiera saben que nació.»
Pero habiendo tantas películas y tanto cine, ¿por qué no nos cambian, por dios, la programación? ¿Es que no hay más películas? Por ejemplo: ‘El Evangelio según San Mateo’, de Passolini. Pero claro Passolini era un apestado. Pobre hombre. En su polémica con el poeta Eugenio Montale, lo dijo todo en una sola línea: «Yo no tengo amigos, Montale.»
Semana Santa, en fin. Para devotos y amantes de salir disparados, indiscriminadamente y en unas peligrosas latas móviles, en todas las direcciones.
Buen fin de semana (lluvioso, ventoso, semanasantoso).
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