
RUSIA VENCE A UCRANIA
Curiosamente, el match estelar de la cuarta jornada, Rusia-Ucrania, fue el primero en terminar, y el resultado del primer tablero (Ivanchuk-Svidler 0-1) encauzaría el desenlace final del match. Sendas tablas en las partidas Eljanov-Grischuk y Kryvoruchko-Tomashevsky, dejaron que el veredicto se pronunciase en el cuarto tablero, en el que Nepomniachy venció a Areshchenko.
España venció claramente a Suiza. Antón e Ibarra ganaron buenas partidas, mientras que Vázquez, con clara ventaja en el final, no logró imponerla. Tampoco Vallejo, que con un juego muy vistoso llegó a un final de torres con dos peones de ventaja (los dos de torre) pero no consiguió anotarse el punto entero: 3-1.
Azerbayán no dio opción a Turquía, despachando a sus rivales con un contundente 3,5-05. Sólo Solak resistió en el primer tablero a Mamedyarov.
Muy interesante resultó el match Inglaterra-Armenia. Adams ganó a Aronian en una Berlinesa, en la que las blancas desdoblaron los peones negros, incluso permitiendo un peón pasado en d4, para llegar a un final en el que sus piezas resultaron mucho más efectivas. Gawain Jones conseguiría la segunda victoria inglesa, mientras que Sargissian y Melkumyan se imponían a Howell y Short, respectivamente: 2-2. Para quienes crean que Armenia era teórico favorito, puedo decir que el promedio Elo de los jugadores británicos, en este match, era de 2684,5, mientras que el de los armenios, 2679,5.
Un encuentro muy disputado fue Polonia-Hungría, en el que Berkes se impuso a Gajewski, reportando así la victoria a los magiares, al producirse tablas en los tableros restantes.
Francia y Serbia empataron. El match parecía ponérseles de cara a los galos, tras la victoria de Vachier-Lagrave en el primer tablero, pero Perunovic, en el segundo, igualó los tantos y tras las tablas de las otras dos partidas (Bacrot-Marcus y Sedlak-Tkachiev), el 2-2 fue inapelable.
La República Checa ganó (2,5-1,5) a Montenegro, gracias a la victoria de Laznicka sobre Blagojevic.
Dinamarca perdió ante Noruega, y no precisamente por culpa de Carlsen, que sólo hizo tablas son Sune Berg Hansen. Fue una partida de poder a poder, en la que el danés jugó valientemente, y el juego acabó desembocando en un final de alfiles de diferente color con el mismo número de peones.
Van Wely consiguió desatascar el match Grecia-Holanda, al imponerse a Mastrovasilis en el tercer tablero.
Alemania se impuso a Suecia por la mínima (2,5-1,5), lo mismo que Eslovenia a Moldavia, y en los dos casos fue su cuarto tablero el que decidió la contienda (Wagner para los germanos; Skoberne para los eslovenos).
En la competición femenina, el duelo entre divas Dganidze-Kosteniuk finalizó en tablas, con lo que el match Georgia-Rusia se resolvió con una aplastante victoria del equipo ruso: 0,5-3,5. Se diría que el tiempo en que las georgianas eran implacables dominadoras del tablero ha tocado a su fin.
España fue implacable también con Lituania, venciendo por idéntico resultado. Ganaron Sabrina, Yudania y Mónica Calzetta, con tablas de Matnadze.
Otros resultados:
Francia-Hungría 3-1
Alemania-Rumanía 1,5-2,5
Italia-Ucrania 0,5-3,5
Letonia-Polonia 1,5-2,5
Austria-Serbia 1,5-2,5
Holanda-Turquía 3-1
Inglaterra-Armenia 1-3
Suiza-Grecia 2-2.
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