cine, enero 4, 2012

TRENES EN EL CINE

¿Alguien se ha fijado en la cantidad de películas en cuyo título aparece la palabra tren o trenes?
No me refiero a cintas con secuencias en trenes o cierto protagonismo de éstos, porque esta entrada no pretende ser un homenaje a la Renfe.
Me refiero a películas, repito, en las que tren (o trenes) aparece(n) ya en el título, es decir, es el tema central o, al menos, así se sugiere.
Para empezar, el cine nació con el tren, pues una de las primeras películas en que Louis Lumière mostró públicamente su invento, se titulaba L’arrivée d’un train en gare de La Ciotat (1895, La llegada de un tren a la estación de la ciudad).
Desde entonces ha proliferado la presencia protagonista del tren en el cine.
Claro que, para empezar, un tren es puro movimiento, como el cine.
Veamos.

Asalto y robo de un tren (Edwin S. Porter, 1903)
Extraños en un tren (Alfred Hitchcock, 1951)
El tren de las 3.10 (Delmer Daves, 1957, y un reciente remake)
Tren de noche (Jerzy Kawalerowicz, 1959)
El último tren de Gun Hill (John Sturges, 1959)
El tren (John Frankenheimer, 1964)
Trenes rigurosamente vigilados (Jiri Menzel, 1966)

Y con (apenas) alguna licencia, pues expreso es sinónimo de tren:

El expreso azul (Ilya Trauberg, 1929)
El expreso de Shanghai (Josep von Sternberg, 1932)
Alarma en el expreso (Alfred Hitchcock, 1938)
El expreso de medianoche (Alan Parker, 1978)

Claro que si pensamos en otras palabras corrientes, como «día» o «noche» o «diario» o «crimen», nos encontramos con otros tantos títulos. Y si pensamos en «hombre» o «mujer», entonces con toda una barbaridad de títulos.
Curioso que el cine, que nació sin palabras, las necesite ahora para ilustrar a sus imágenes, en ese reino de las sombras luminosas que tanto placer y enseñanzas nos ha reportado.
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7 comentarios

  1. Antonio Gude 14:23, enero 05, 2012

    Elez. Sí, eso parece, pero no dejan de ser iniciativas artificiales. No hay nada que iguale a un trayecto de tren real, en el que te podías bajar en algunas estaciones…

  2. elez 13:21, enero 05, 2012

    creo que en la costa cantabrica existe un tren asi , tipo Orient expres , para pasar unos dias de vacaciones en tren.

  3. Antonio Gude 09:22, enero 05, 2012

    ReinaBlanca y Crockett. Si es una pregunta, en mi caso digo que sí y mucho. Podías ver el paisaje, tomarte algo en la cafetería, charlar con tus vecinos de compartimiento, leer, otro paseíto a la cafetería, tal vez conocer a alguien… Ahora, un viaje en tren (como no sea el transiberiano o el Shanghai Express, si es que todavía existen) eso se limita a tomarte un café o una cerveza y volver rápidamente a tu asiento porque el Ave ya está llegando…

  4. ReinaBlanca 09:19, enero 05, 2012

    ¿No añorais los trenes de antaño, tan elegantes, tan románticos, con aquellos vagones impresionantes?

  5. Antonio Gude 17:18, enero 04, 2012

    Antonio MG. Cierto y muy bien Glenn Ford y Broderick Crawford, sobre la novela de Zola.

  6. Crockett 16:27, enero 04, 2012

    El tren es mi medio de transporte preferido, tan melancólico, mágico y evocador. Aquí van algunos ejemplos más de los trenes en el cine:
    – «El tren del infierno» Trepidante película con John Voight como presidiario fugado.
    – «Asesinato en el Orient Express» Reparto de lujo para esta gran obra de Agatha Christie.
    – «Pánico en el Transiberiano» Christopher Lee y Peter Cushing en esta producción española de 1972.

  7. Antonio MG 15:27, enero 04, 2012

    Aunque se aparta un poco del tema, una película espléndida que se mueve en ambiente ferroviario es «Deseos humanos» de Fritz Lang. Gloria Grahame está para comérsela.