HISTORIA DEL CAMPEONATO DE LA URSS
III CAMPEONATO (continuación)
UNA BOMBA: BOGOLJUBOV DESERTA
Doble campeón nacional y vencedor del I torneo internacional de Moscú, aunque germanizado, Bogoljubov estaba considerado un semidiós en su país. A fines de 1926, consiguió permiso para visitar Triberg. Tras ganar un pequeño torneo en Berlín, envió un telegrama a Krylenko (el 6.12.1926), en el que le explicaba que escribir el voluminoso libro del torneo de Moscú le había hecho perder muchos miles de rublos y que estaba fuertemente endeudado. El gobierno italiano no le había concedido visado para jugar en el torneo de Merano (1926) y no podía jugar en Europa como era su deseo y su necesidad profesional. Estos problemas, venía a decir, eran un obstáculo que podía ser ruinoso para su familia. Por otra parte, comprendía que no podía solicitar un subsidio a la Sección de Ajedrez, porque era consciente de que la URSS era un país pobre. Así que hacia votos «por el próspero florecimiento del ajedrez en la Unión Soviética» y adiós muy buenas. Había decidido quedarse en Alemania, con lo que seguía los pasos del «exiliado» Alekhine: el mejor jugador soviético había desertado. Inmediatamente, Efim Bogoljubov se convirtió en un «renegado», un «proscrito», un ser inexistente, puesto que desaparecería de los anales del ajedrez soviético. Su nombre fue borrado de las tablas de clasificación. Cuando, posteriormente, los cronistas se referían a los torneos o campeonatos que Bogoljubov había ganado, no mencionaban el nombre del vencedor, ni sus partidas. Lo mismo que sucedería con Bogatyrchuk después de su deserción, y volvería a suceder con Korchnoi, cuando éste desertó, en 1976. Si lo que queda escrito perdura, el primer mandamiento del fariseísmo oficial parecía ser: lo que no queda escrito no existe.
EL DEBUT DE BOTVINNIK
Nacido el 17 de agosto de 1911, Mijaíl Moiseevich Botvinnik, que incluso había debido falsear su fecha de nacimiento para poder inscribirse en el Club de Leningrado, tuvo el privilegio de debutar en un encuentro internacional a los 15 años, lo que da una idea de la confianza que su juego inspiraba ya.
Sucedió en el otoño de 1926, coincidiendo prácticamente con el noveno aniversario de la Revolución de Octubre. La Federación Sueca de Ajedrez propuso a sus vecinos soviéticos un match Estocolmo-Leningrado a doce tableros.
Las autoridades deportivas soviéticas sopesaron mucho la invitación, pues consideraban que existía el riesgo de «contaminación», y hay que tener en cuenta que, en los últimos años, sólo Ilya Rabinovich y Bogoljubov habían participado en competiciones extranjeras. Sin embargo, acabaron dando su bendición y, tras una serie de dificultades burocráticas con los pasaportes (para resolver las cuales incluso tuvo que intervenir el mismísimo Kírov, líder del PCUS en Leningrado), una selección de esta ciudad pudo viajar finalmente a Suecia, aunque sin sus dos mejores jugadores, Romanovsky y Loevenfish, mientras que el equipo de Estocolmo era virtualmente la selección sueca.
Botvinnik se enfrentó, en el quinto tablero, a Gösta Stoltz**** (de 22 años), imponiéndose por 1,5-0,5.
Tras un empate a 6 en la primera ronda, en la segunda y última el marcador señalaba un 6-5 a favor de Leningrado, a falta de una sola partida, Model-E.Jacobsen. Model ofreció tablas dos veces y fueron rechazadas, pero sacrificó su dama y forzó el empate, con lo que aseguró la victoria de su equipo por 12,5-11,5. Ludwig Collijn, presidente de la Federación Sueca, felicitó a los leningradenses y calificó a Botvinnik de «futuro Alekhine soviético».
En el V Campeonato Botvinnik debutaba, con 16 años, y su clasificación final puede considerarse una auténtica hazaña: el futuro le esperaba.
Otros dos nombres nuevos venían a incorporarse a la elite ajedrecística del país. Uno de ellos era el ucraniano Vsevolod Rauzer, destinado a convertirse en el mejor teórico del país. El otro, Vladimir Makogonov, era un profesor de matemáticas de Bakú, centro de los yacimientos petrolíferos y futura cuna de Gary Kasparov. Makogonov y Botvinnik se enfrentaron en la quinta ronda. Ambos compartirían el quinto puesto, con 12,5 puntos e idéntico resultado parcial: +9 =7 -4.
(continuará)
****Stoltz (1904-1963) llegaría a ser una auténtica figura. Gedeon Stahlberg, Erik Lundin y él fueron luego conocidos como los tres mosqueteros, a raíz de los éxitos de Suecia en las Olimpiadas de los años treinta. Tras ganar el fuerte torneo internacional de Múnich 1941, Alekhine dijo de él: «Stoltz tiene un instinto muy refinado para materializar ideas inverosímiles.»
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Anonymous 14:23, mayo 29, 2013
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