Pifia monumental

Nadie está salvo de cometer errores.
Pero algunas pifias parecen cósmicas. 
Al director de una prestigiosa revista técnica le presentaron al historiador inglés Edward Winter, autor de varios libros sobre el juego rey y, sobre todo, de las Chess Notes, que ha venido publicando por su cuenta y en distintos medios, desde hace décadas.
El periodista especializado recordó entonces una antigua partida, Winter-Capablanca, y, ni corto ni perezoso, preguntó al historiador:
«¿Es usted el mismo Winter que hizo tablas con Capablanca en Hastings 1929?»
Edward Winter había nacido el año en que murió William Winter (1898-1955, el rival de Capablanca), y la respuesta del historiador estuvo a la altura:
«No», le dijo, «para entonces ya me había retirado.»
¿No fue Tartakower quien dijo «los errores está ahí, agazapados, esperando a que alguien los cometa»?
Insidiosos, nos acosan y, cuando los cometemos, siempre hay alguien dispuesto a señalar con su dedo acusador.
Quien esté libre de culpa que arroje la primera piedra.
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