En enero de 1980 el famoso pianista Friedrich Gulda tenía programado un concierto en Viena, quizá el mayor centro musical del orbe. Pero Gulda dejó plantados a sus 2.000 espectadores de elite y se fue a Velden, donde estaba disputándose el match de candidatos al título mundial de ajedrez entre Viktor Korchnoi y Tigran Petrosian.
«Siempre quise conocer personalmente al excepcional maestro Korchnoi», fue su explicación. Pagó la multa preceptiva de 5.000 marcos y dejó atrás a un público vociferante.
Es curioso que al célebre concertista sólo le interesara Korchnoi y no un excampeón del mundo tan extraordinario como Petrosian.
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Anonymous 11:19, noviembre 06, 2014
En mi opinión, la personalidad de Korchnoi es mucho más interesante que la de Petrosian. Y su historia ajedrecística, también. Aun cuando Korchnoi no consiguiese el título mundial.
Antonio Miguel.