2. LOS EEUU Y LAS OLIMPIADAS DE 1931, 1933, 1935 Y 1937
«Antes de la Segunda Guerra Mundial, EEUU disponía de un equipo campeón mundial. A lo largo de cuatro Olimpiadas consecutivas (Praga 1931, Folkestone 1933, Varsovia 1935 y Estocolmo 1937), los EEUU conquistaron el primer premio. Es cierto que los soviéticos no participaron en aquellas competiciones, debido a que, en aquella época, se negaban a reconocer la existencia de naciones, pero difícilmente su intervención hubiera tenido alguna influencia en el resultado, ya que el único GM soviético sobresaliente antes de la SGM, era Botvinnik.»
(Capítulo 1, págs. 4 y 5)
El dominio de los EEUU durante los años treinta parece, asimismo, indudable a muchos comentaristas, evidencia que –mea culpa– no comparto. Y cuando digo que muchos comentaristas o historiadores concuerdan igualmente en la supuesta superioridad de los norteamericanos, quiero decir que casi todos ellos asumen implícitamente la posibilidad de una participación soviética como un peligro inexistente para aquella supremacía.
Veamos el cuadro de honor de aquellas Olimpiadas:
Praga 1931
1, EEUU 48 puntos; 2, Polonia 47; 3, Checoslovaquia 46,5.
Folkestone 1933
1, EEUU 39; 2, Checoslovaquia 37,5; 3-5, Suecia, Polonia y Hungría 34.
Varsovia 1935
1, EEUU 54; 2, Suecia 52,5; 3, Polonia 52.
Estocolmo 1937
1, EEUU 54,5; 2, Hungría 48,5; 3-4, Polonia y Argentina 47.
El equipo norteamericano presentó estas alineaciones:
1931: Kashdan, Marshall, Dake, Horowitz y H. Steiner.
1933: Kashdan, Marshall, Fine, Dake y Simonson.
1935: Fine, Marshall, Kupchik, Dake y Horowitz.
1937: Reshevsky, Fine, Kashdan, Marshall y Horowitz.
Ahora bien, si exceptuamos la Olimpiada de Estocolmo, donde EEUU se impuso con claridad, en las demás el margen fue estrecho, lo que traducido al lenguaje crítico quiere decir que la superioridad americana, si existió, fue mínima. En las cuatro Olimpiadas el éxito del equipo se debió, sobre todo, al excelente rendimiento de los dos últimos tableros. Así, cabe puntualizar que incluso en Estocolmo el notable refuerzo de Reshevsky no significó mucho en cuanto a resultados, ya que su 59,4% de la puntuación fue superado por media docena de primeros tableros.
Por otro lado, el propio Fine hace referencia al particular encierro en que se desenvolvía la URSS, en sus relaciones ajedrecísticas con los demás países, lo que no facilitaba mucho que digamos el conocimiento de sus ajedrecistas destacados, aparte de Botvinnik, sobradamente conocido. Tampoco eran superfiguras Dake, Simonson y Horowitz, y sin embargo obtenían puntuaciones excepcionales.
Seamos claros. No pretendo afirmar que de haber participado la URSS hubiera conquistado la medalla de oro. Lo que sí digo eso hubiese sido perfectamente posible, si equipos como el checo, el polaco o el sueco no fueron desbordados por EEUU. En todo caso, no está claro para mí lo que parece obvio para Fine y otros historiadores. Bien, me dirán ustedes, ¿qué equipo hubiera podido presentar la URSS entonces? Se lo diré, pero sólo pargtiendo de la salvedad de que nos encontramos en plena especulación y que, por tanto, la composición hipotética del equipo ruso no tiene por qué tener más seriedad que la que se desprende de la tajante afirmación de Fine. Así pues, a mis ojos, la URSS hubiera podido presentar los siguientes equipos:
1931: Botvinnik, Loevenfish, Rjumin, Alatorzev y Lisitsin.
1933: El mismo.
1935: Botvinnik, Loevenfish, Rjumin, Alatorzev y Ragozin.
1937: Botvinnik, Loevenfish, Ragozin, Makogonov y Bondarevsky.
(continuará)
+
Anitra 03:13, agosto 24, 2016
In general, girls are expected to be able to relate to boys better than boys are expected to relate to girls. I have heard it theorized that because girls tend to be more skilled at empathy than boys, it is easier for girls to put thleemevss in boys shoes than vice versa. So really, the male of the species is at fault, not Pixar.