ajedrez, enero 24, 2011

DINAMISMO Y CÁLCULO EN AJEDREZ (1)

Del libro del mismo título (en preparación).
Antonio Gude, Ediciones Tutor (2011)

INTRODUCCIÓN

Masificación en la aldea global
Actualmente, la organización deportiva del ajedrez permite el acceso a competiciones de todos los niveles a millares de jugadores jovencísimos, que participan en campeonatos nacionales, mundiales y continentales de diversas categorías de edad y sexo (infantiles, cadetes, juveniles, masculinos, femeninos, etc.). Esta masificación ha sido una bendición para el ajedrez, porque muchos de esos chicos llegan a la adolescencia como jugadores verdaderamente curtidos y porque, además, en la mayoría de los casos, están bien dirigidos por entrenadores e instructores, aunque, al menos en nuestro país, siga existiendo, en el plano profesional, un considerable déficit de esa figura. Un entrenamiento bien orientado, con la correspondiente supervisión psicológica (no conviene presionar en exceso a estos jóvenes gladiadores, pues el estrés competitivo puede resultar pernicioso para su equilibrio emocional) dota a los nuevos ajedrecistas de un aplomo absolutamente inédito en otras épocas. Un par de décadas atrás, los chicos no tenían posibilidad alguna de competir, no ya a esos niveles, sino ni siquiera en competiciones escolares más o menos organizadas, si exceptuamos aquellos países donde el ajedrez estaba más arraigado.
Otra cosa que ha modificado considerablemente el actual ajedrez de competición es la coexistencia de diversas modalidades de juego. En tiempos pasados, el único ajedrez serio de torneo era el que se jugaba con cadencia clásica (nunca menos de hora y medio por jugador y partida), mientras que las partidas de Blitz (cinco minutos) únicamente solían disputarse a nivel de club o local. Hoy se juegan torneos a todos los niveles, con partidas de tres y cinco minutos por jugador, 10, 20, 30 o una hora para toda la partida. Todo esto ha contribuido a modificar el panorama del ajedrez de competición y también ha aumentado las posibilidades de los jugadores.

Tecnología, informática, Internet
La proliferación de programas de juego y bases de datos ha permitido, desde los años noventa en adelante, dar un enorme salto cualitativo. Hoy la preparación de aperturas no depende tanto de los manuales y las biblias teóricas (como la Enciclopedia de Aperturas Informator, las Modern Chess Openings, o los artículos más prestigiosos de las revistas técnicas) como de Internet y las bases de datos. El jugador puede prepararse a conciencia estudiando las partidas que se están jugando en cada variante, en muchos casos con comentarios y, cuando no es así, puede recurrir a los módulos de análisis incorporados a la base, que le permiten indagar en tal o cual dirección. Por si eso fuera poco, Internet ofrece a diario retransmisiones en directo de los torneos más importantes que se están disputando.
La aparición de Internet ha sido otra grandísima noticia para el ajedrez, porque gracias a la Red tenemos acceso a una fantástica plataforma de juego, en la que diariamente participan muchos miles de jugadores sin necesidad de moverse de casa. Esto ha facilitado mucho la puesta a punto del jugador, quien no tiene ya que perder más tiempo que el que le cueste conectarse con una central de juego y el que disponga, sin tener que perderlo en desplazamientos ni en la búsqueda de contrincantes ocasionales. Allí se lo sirven todo en bandeja y puede jugar tanto Blitz, como partidas rápidas o semilentas, a discreción.
Además de los libros y revistas técnicas, abundan los DVD tutoriales, con cursos y programas de entrenamiento. Hoy nadie tiene excusa para no acceder a la información o para no estar bien preparado, como no sea la falta de tiempo por sus ocupaciones profesionales o estudios.

La evaluación de posiciones

El ajedrez es infinito y los ajedrecistas, a fin
de no perderse en su inmensidad, se guían
en la evaluación de posiciones y elección
de planes por ciertos signos clave (…) Hay
que decir, sin embargo, que esos signos son
difíciles de interpretar en posiciones en las
que existen ciertos desequilibrios. En cualquier
caso, hay muchas partidas cuyo desarrollo
debe basarse en la intuición y el cálculo ante
el tablero, y éstas son las partidas más difíciles.
DAVID BRONSTEIN
El ajedrez de torneo

Todo jugador conoce cuáles son los factores que intervienen en la evaluación de posiciones: espacio, casillas fuertes y débiles, estructura de peones, líneas abiertas, actividad de piezas, seguridad del rey, etc. No obstante, los problemas a la hora de evaluarlas son varios. Para empezar, el análisis independiente de cada uno de estos factores no conduce necesariamente a un dictamen preciso. En este caso, la suma de las partes no nos rinde una visión satisfactoria del conjunto.
Otro problema es que, al tratar de valorar debidamente una posición, nuestra subjetividad interfiere con la necesaria objetividad y aunque nuestro sentido autocrítico pretenda imponerse, nuestras preferencias y gustos inevitablemente se interponen para dificultar nuestro propósito.
Si no existiera el rey, el ajedrez sería un juego de estrategia mucho más sencillo, en el que la distribución de las fuerzas en el tablero y la captura del material ajeno sería el único propósito de las acciones. Pero la influencia que ambos reyes ejercen sobre la partida es enorme, puesto que de su seguridad o inseguridad depende en gran parte la suerte de la lucha. ¿Cómo integrar este poderoso factor en la lucha general por la captura de material y la creación de concesiones en la posición contraria? He ahí el dilema.
Lo mismo que, hace décadas, los autores concluían que el medio juego era inseparable de la apertura, hoy muchos jugadores tienen claro que tampoco el final puede separarse del medio juego, lo que hace que enfoquen la apertura ya con vistas a un medio juego, que a su vez se proyecta sobre un posible final. El GM Lev Polugaievsky escribió en su día una serie de interesantes artículos bajo el sugestivo título Siluetas del final, y Mijail Shereshevsky publicó un par de títulos notables sobre la planificación del final.
Ahora bien, la certera evaluación posicional y un juego en consonancia son el arte mayor del ajedrez, la clave hacia la maestría ajedrecística. Nuestro esfuerzo, por tanto, debe dirigirse en dos direcciones esenciales: 1) ejercitarse en la valoración de los distintos temas, a fin de lograr una comprensión lo más ajustada posible de la posición; y 2) adquirir los conocimientos técnicos necesarios para ejecutar el juego preciso, en virtud de nuestras conclusiones.

La influencia del estilo
Es importante conocer nuestra filosofía de juego, es decir, si afrontamos la partida con objetividad, en función de las posiciones que se producen en el tablero, o si tenemos en cuenta al oponente con quien nos enfrentamos.
Y es importante para jugar y elegir determinadas aperturas en función de nuestro estilo. Pero si decidimos esto, tal decisión presupone que conocemos cuál es nuestro estilo, cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles, nuestras preferencias y nuestro rechazo por determinado tipo de posiciones.
También supone asumir que el oponente tiene su estilo. Esto, naturalmente, no siempre es posible, por la sencilla razón de que a veces no lo conocemos, ni conocemos ninguna de sus partidas.
Ya he alabado las grandes ventajas de las herramientas tecnológicas. Pero hay que decir también que el estudio con programas de juego (incluso jugando a menudo contra ellos) ha contribuido mucho a la inhibición del elemento personal.: hoy todo el mundo juega de forma parecida. Hace años decía el GM Mark Taimanov que esa uniformidad en la manera de jugar le impedía distinguir ya las partidas de un Lékó, de las de un Kramnik o un Bacrot. Años después, esa tendencia se ha acentuado. Por supuesto que sigue habiendo concepciones geniales y jugadas extraordinarias e imprevisibles, pero en general, el juego dominante es muy similar, porque la preparación y las fuentes de información son las mismas.
¿Significa esto que el estilo, la interpretación personal se encuentra en horas bajas? En cierto modo. Algunos jugadores geniales arrinconan con su praxis los augurios de monotonía, pero es cierto también que son quijotes luchando contra molinos, que son gigantes. La práctica competitiva global asume características similares y la aparición esporádica de novedades teóricas y secuencias originales no puede cambiar esa conclusión.
(continuará)
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