ajedrez, enero 25, 2011

DINAMISMO Y CÁLCULO EN AJEDREZ (y 2)

Del libro del mismo título.
Antonio Gude, Ediciones Tutor, 2011

(…)

Cálculo

Creo que el factor más importante, que
distingue a un jugador experto de otro,
es la capacidad de calcular bien, y en la
que incluyo su capacidad para visualizar
y evaluar correctamente las posiciones.
JOHN WATSON
Secretos de la estrategia moderna en ajedrez

En una ocasión, el GM Juan Mario Gómez (campeón de España en 1980 y 1992) escribió: «La estrategia no existe. Sólo existe el cálculo.» Naturalmente, esta declaración no hay que tomarla al pie de la letra, pero contiene sin duda una gran dosis de verdad.
Resulta evidente que las partidas modernas de ajedrez están impregnadas de cálculo, mucho más que en las primeras décadas del siglo XX, cuando prevalecía el juego guiado por principios generales, y bastante más que en el resto del siglo pasado. Hoy nadie confía en los planes monolíticos a largo plazo, e incluso en aquellas aperturas en las que tales planes estratégicos son más factibles suelen producirse rápidamente refriegas que imprimen un carácter dinámico a la posición. Una vez que ésta carece de las características simétricas de muchas partidas del pasado, resulta difícil prescindir ya del cálculo.
El cálculo y el análisis concreto de la posición fueron una premisa de los maestros soviéticos, elevada a categoría fundamental por el famoso entrenador Mark Dvoretsky, con quien comparte muchas de sus tesis Gary Kasparov (o así, al menos, lo afirma éste en el prólogo a uno de los libros de Dvoretsky).
Hoy día la mayor parte del ajedrez de competición da lugar a luchas muy intensas, en las que el cálculo es una de las herramientas fundamentales para conducir la partida. La visión estratégica y los planes de conjunto se dan por supuestos, pero cada posición, cada situación exigen del jugador un cálculo preciso y minucioso.

Dinamismo
¿Qué es el dinamismo en ajedrez? No se trata del juego de ataque, ni de juego combinativo. Cierto que una combinación o un ataque suelen ser dinámicos por definición. Sin embargo, existen ataques tranquilos y combinaciones posicionales, que no pueden considerarse dinámicos.
Entendemos por dinamismo en ajedrez un juego que trata de explotar las opciones más enérgicas y agresivas que la posición ofrece o contiene. Esa actitud por parte de un jugador responde, por tanto, a una filosofía que llamamos dinámica. Por otra parte, un jugador puede ser dinámico y no tratarse necesariamente de un jugador de estilo atacante. Korchnoi es un jugador dinámico y difícilmente podría considerársele un jugador ofensivo, porque en su estilo coexisten planes estratégicos y defensas activas, junto con contraataques y maniobras activas de todo tipo. Pero sin duda es un jugador enérgico, porque rara vez opta por planes lentos o acciones pasivas.
Hay muchas cosas que han contribuido a esa búsqueda del desequilibrio en la posición. Por un lado, las investigaciones y análisis personales se han visto muy reforzados por la garantía que ofrecen los módulos y programas de ordenador. La densidad de información permite ahora extraer conclusiones mucho más fiables.
En este libro he tratado de llevar a cabo un estudio del ajedrez dinámico, partiendo de los primeros maestros significados que lo adoptaron como filosofía de juego. Descarté Anderssen y otros maestros anteriores por considerar que su juego era demasiado azaroso y carente de una sistematización mínima. He procurado que el contenido de la obra fuese de carácter práctico, prescindiendo de teorizaciones: las partidas, sus protagonistas y los comentarios debían hablar por sí solos, ser lo suficientemente expresivos.
Tras un estudio de la enorme figura de Alekhine (segundo capítulo), se pasa revista, en el tercer capítulo, a una primera revolución conceptual en ajedrez, con la explosión del ajedrez soviético, y luego la década prodigiosa de los años sesenta (capítulo cuarto).
Era obligado detenerse luego en la poderosa influencia que Kasparov ejerció sobre el ajedrez mundial durante las dos décadas de su reinado, que dieron un golpe de timón al juego predominante, marcado por su predecesor en el trono, Anatoly Karpov.
Alexander Morozevich es un caso único, extraordinario para el ajedrez actual, de ahí que le haya consagrado el sexto capítulo.
En el séptimo veremos el impacto del estilo y su importancia en la práctica de un ajedrez dinámico. La forma en que Tal o Spassky ejecutaban sus peculiares ataques, sus interpretaciones agresivas de la lucha en el tablero. Pero también las grandes concepciones de Geller, Fischer o Stein, un jugador éste injustamente olvidado, dada su gran valía, su originalidad y sus inolvidables creaciones.
Por fin, llegamos al octavo y último capítulo, en el que, en esencia, se estudia el juego y partidas de los jóvenes fenómenos dinámicos durante la primera década del siglo veintiuno. Me he centrado en los diez que considero mejores: Paco Vallejo, Alexander Grischuk, Vugar Gashimov, Teimour Radjabov, Hikaru Nakamura, Sergei Karjakin, Fabiano Caruana, Le Quang Liem, el jovencísimo prodigio holandés Anish Giri y, naturalmente, el número uno del mundo, Magnus Carlsen.

Ajedrez tercer milenio
Una última cosa que ha modificado la vida del circuito internacional han sido los campeonatos nacionales por equipos que, desde hace algunos años, han incorporado a numerosos jugadores extranjeros, los mejores de los cuales participan en tres o cuatro ligas diferentes. Esto ha contribuido a mejorar el estatus de los jugadores profesionales, aunque también les ha impuesto un ritmo de vida frenético en comparación con sus colegas de antaño.
Los sistemas de juego y las variantes e ideas de apertura son mucho más versátiles y, a menudo, responden a varios objetivos. Proliferan las partidas con enroques de distinto signo, lo que concede un carácter más agudo a la lucha. Por otro lado, creo que se ha acentuado la interpretación psicológica del juego y se valora más que nunca la iniciativa, lo que significa que ninguno de los contendientes quiere ceder protagonismo en la partida, ni siquiera en la primera fase de la misma.
Otra cuestión que antes se consideraba tabú, las excursiones de dama para capturar un peón en plena apertura, están hoy a la orden del día, siempre respaldadas por los correspondientes análisis de ordenador. De modo que el grado de riesgo, la frontera de riesgo permisible se ha ampliado en buena medida, porque, en realidad, el jugador ha podido determinar de antemano ese riesgo. Así, líneas conocidas como del peón envenenado, en la Francesa Winawer (1 e4 e6 2 d4 d5 3 Cc3 Ab4 4 e5 c5 5 a3 Axc3+ 6 bxc3 Ce7 7 Dg4 Dc7 8 Dxg7 Tg8 9 Dxh7) o en la Najdorf/Gotemburgo de la Siciliana (1 e4 c5 2 Cf3 d6 3 d4 cxd4 4 Cxd4 Cf6 5 Cc3 a6 6 Ag5 e6 7 f4 Db6) han sido sometidas a un minucioso escrutinio y quien las juegue (con negras, en el primer caso; con blancas, en el segundo) deberá recelar muy mucho de su oponente de turno, pues seguramente está armado hasta los dientes de conocimientos teóricos.
El concepto de desarrollo, por otra parte, y como han comentado algunos autores, ha cambiado mucho. Antes sólo se hablaba de retraso en desarrollo y de completar el desarrollo, es decir, de la cantidad de piezas desarrolladas por uno u otro bando. Ahora, en cambio, se tiene muy en cuenta la calidad del desarrollo o, como diría Timman, la calidad de despliegue. No sólo la movilización pura y simple de las piezas, sino también su efectividad desde las casillas por las que han sido desarrolladas. Otros conceptos dinámicos se han incorporado al juego en la apertura, como esos avances de flanco (g2-g4) en la sexta o séptima jugadas, que suelen plantear jugadores muy creativos, como Alexei Shirov o Alexander Shabalov.
Por otro lado, se concede mayor importancia que nunca a la interacción y coordinación de las piezas y se tiene muy en cuenta el grado de concentración de piezas propias y ajenas en los sectores críticos del tablero.
Los sacrificios de peón (o peones) en la apertura por la iniciativa, el sacrificio posicional de calidad y otros sacrificios de material son ahora muy frecuentes. El jugador ha interiorizado todo tipo de maniobras y recursos técnicos y lo que antes eran ideas innovadoras ahora han pasado a ser patrimonio de la técnica.
No sólo se han precipitado los momentos críticos que, a veces, surgen en plena apertura, sino que también se ha acelerado lo que podríamos llamar concentración de la lucha en sectores críticos (ataque en un sector, rupturas centrales, tensiones varias), con jugadas muy enérgicas desde los primeros compases de la lucha. Las posiciones desequilibradas, con material heterogéneo (que los rusos suelen llamar irracionales, aunque personalmente prefiero el término caóticas) están hoy a la orden del día. En la segunda década del siglo veintiuno podemos comprobar que la esencia dinámica de la partida de ajedrez ejerce un justificado protagonismo.
+

¿Quieres comentar algo?