Se llama ajedrez viviente a las partidas de exhibición, con figuras humanas, que se realizan como espectáculo, normalmente con una partida predeterminada. Los teóricos conductores de las piezas suelen ser personajes públicos, relacionados o no con el ajedrez. En ocasiones, jugadores famosos han protagonizado una partida viviente sin guión. En otras, el juego ha sido amañado, con el atenuante de que lo ha sido «para mayor diversión del público», aunque en tales casos no siempre (o casi nunca) se ha aclarado que así había sido. Por ejemplo, la famosa partida que Capablanca y Herman Steiner disputaron, en Los Angeles, el 11 de abril de 1933:

Apertura Cuatro Caballos (C49)
1 e4 e5 2 Cf3 Cc6 3 Cc3 Cf6 4 Ab5 Ab4 5 0-0 0-0 6 d3 d6 7 Ag5 Axc3 8 bxc3 Ce7 9 Ch4 c6 10 Ac4 Ae6? (10 … d5) 11 Axf6! gxf6 12 Axe6 fxe6 13 Dg4+ Rf7 14 f4! Tg8 15 Dh5+ Rg7 16 fxe5 dxe5

17 Txf6! Rxf6 18 Tf1+ Cf5 (18 … Rg7 19 Tf7+ Rh8 20 Dxh7++) 19 Cxf5! exf5 20 Txf5+ Re7 21 Df7+ Rd6 22 Tf6+ Rc5 23 Dxb7! Db6 24 Txc6+! Dxc6 25 Db4++
Muy bonito, pero más que probablemente un juego amañado. Steiner, en cualquier caso, así lo afirmó, en ese mismo año, 1933.
Se cree que la partida más antigua de ajedrez viviente se exhibió en Granada, en 1408.
Se dice que Don Juan de Austria disponía en su palacio de una sala damasquinada, en la que se llevaban a cabo manifestaciones de este tipo.
En los siglos XIX y XX se llevaron a cabo numerosas demostraciones de ajedrez viviente, y algunas de las más famosas fueron, por ejemplo, la efectuada en Praga (1895), una exhibición grandiosa, con un cuadrado de doscientos metros de lado, en el que se representó una batalla ajedrecística, siguiendo un guión, en el que el problemista M. Dobrusky escenificó la derrota del rey húngaro Corvino, a manos del rey bohemio Podebrad.
Otra impactante exhibición se celebró en 1934, en el estado de la fábrica de automóviles Stalin, de Moscú, en la que se enfrentaron el campeón soviético, Botvinnik, y el campeón de la capital, Nikolai Rjumin, una estrella en alza. Las figuras estaban encarnadas por atletas de ambos sexos. La partida finalizó en la jugada 36.
El mismo Mijail Botvinnik, campeón mundial vigente, se enfrentó, en 1962, a Vassili Smyslov, en otra importante demostración de ajedrez viviente, en el Palacio de Deportes moscovita, interpretando bailarines el papel de las diversas piezas.
Las representaciones más tradicionales son las que se celebran, desde 1954, en la ciudad italiana de Marostica, a modo de homenaje a la leyenda local (que data de cinco siglos atrás), según la cual Rinaldo de Angarano y Vieri de Vallonara se disputaron la mano de una hermosa joven en una partida de ajedrez. En Marostica suele reproducirse la partida Fleissig-Schlechter, que le valió a su vencedor el premio de belleza, en el torneo de Viena 1895.
En Jávea (Alicante), y a iniciativa de un activo aficionado, el Dr. Rafael Andarias, comenzó a representarse, en la década de los noventa, una exhibición que ya ha pasado a ser tradicional. El diseño y la partida son distintos cada año, lo mismo que los jugadores (siempre personajes famosos), lo que enriquece considerablemente el atractivo del espectáculo.
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De Diccionario de Ajedrez, A. Gude, Ed. tutor (2005).
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