¿Jugar sin ver el tablero? Así podría definirse esta modalidad que fascina a tantos espectadores. Pero no tener acceso visual al tablero no significa que quienes jueguen a la ciega no vean las jugadas, la evolución de la partida: las visualizan mentalmente, que viene a ser una forma superior de visión.
Si rastreamos la historia del ajedrez, podemos constatar que ya en el siglo XIII, y tal vez antes, hubo jugadores que exhibían su habilidad a la ciega.
La primera exhibición parece haber sido la que dio un tal Buzecca en Florencia, en 1266, cuando jugó una partida viendo el tablero y dos sin verlo. Hizo tablas en una y ganó las otras dos.
La extravagancia o esa exhibición de habilidad parece haberse congelado en el tiempo, y hasta el siglo XVII no se hallan datos de nuevas demostraciones. El clérigo italiano Giovanni Girolamo Saccheri (1667-1733) parece haber jugado en varias ocasiones dos o tres partidas simultáneas de ese modo. Sin embargo, cuando Philidor se enfrentó a dos oponentes simultáneos, en 1744, el hecho se consideró un acontecimiento sin precedentes. Más tarde, el gran André-François dio otra simultánea en Berlín, frente a tres oponentes, y a lo largo de su vida volvería a hacerlo en múltiples ocasiones.
Durante su gira por Europa, Paul Morphy dio en París (noviembre de 1858) una exhibición que asombró a público y expertos, enfrentándose, en el famoso Café de la Régence, a ocho contrincantes. Un periodista encabezó así su crónica:
A Morphy puede considerársele superior a César, pues llegó, NO vio y venció
Un acontecimiento de especial relieve fue la demostración que hizo Harry Nelson Pillsbury en Hannover 1902, cuando se enfrentó, en el día libre del torneo, a 21 adversarios. Su resultado final, +3 =11 -7, puede parecer decepcionante y, sin embargo, es todo lo contrario: asombroso, pues todos los rivales de Pillsbury era participantes en el Hauptturnier, es decir, el segundo en importancia tras el magistral. Y no sólo la fuerza de juego de los contrarios realza el resultado, sino también que el simultaneador les permitió consultar entre ellos e incluso realizar jugadas analíticas en el tablero.
Las proezas de Réti, Alekhine y Najdorf dieron lugar a celebrados espectáculos en el siglo XX. Hay que decir que no existe reglamentación alguna acerca de estos eventos y el registro de estos récords se tiñe de ambigüedad. Los dos factores que deberían considerarse prioritarios son el nivel de juego de la oposición y el resultado global, pues está claro que si alguien da una “exhibición” en la que, por reducirlo al absurdo, pierde todas las partidas, consignarlo como récord sería irrisorio. En cuanto a la fuerza media de los simultaneados, éste es también un factor de peso y por esa razón se ha puesto en tela de juicio, por parte de muchos expertos, el récord de Najdorf en 1947.
Un récord ignorado
En el historial de las exhibiciones de simultáneas a la ciega, hay un pequeño misterio. Nadie menciona que el maestro internacional húngaro Janos Flesch dio en Budapest, en 1960, una exhibición de 52 partidas (lo que constituiría un récord mundial todavía hoy), con el resultado de 31 ganadas, 18 tablas y 3 perdidas, después de doce horas de juego. Gran hazaña, sin duda, pero al parecer, la razón de que este récord no fuese finalmente homologado se debe a que Flesch puso como condición poder ver las planillas de las partidas. Esto, ciertamente, parece atentar contra el espíritu de estas exhibiciones, aunque personalmente considero que no le resta mucho mérito al simultaneador.
Gestación de la hazaña
El GM uzbeko Timur Gareyev descubrió el encanto de las partidas a la ciega en 2008, a las que se aficionó, y desde entonces empezó a concebir la idea de convertirse en un especialista en simultáneas.
Así, en 2014 realizó una gira de exhibición, en la que se enfrentó a 35 oponentes en California, luego batiría un récord de simultáneas en tándem con Marc Lang en Alemania, y en Iowa establecería otro récord más, el de mayor número de partidas rápidas consecutivas (siempre a la ciega).
Gareyev apuntaba más alto y su verdadero objetivo era batir el récord mundial establecido en 2011 por Marc Lang
Pero Gareyev apuntaba más alto y su verdadero objetivo era batir el récord mundial establecido en 2011 por Marc Lang. Durante 2015 y 2016, él y su manager, Jennifer Vallens, buscaron sin descanso patrocinadores para ese ambicioso proyecto. Al no encontrarlos, decidieron coger el toro por los cuernos y organizar ellos mismos el evento. Así, pusieron en marcha una campaña de crowdfunding, que les reportó un 26% de la cantidad que estimaban necesitarían, además de recurrir a otras fuentes, incluidos familiares y amigos.
Finalmente, decidieron que la exhibición tendría lugar en Las Vegas, “la ciudad que nunca duerme”, porque allí tenían numerosos contactos y amigos. Las Vegas Chess Center les dio su apoyo respecto a material y relaciones públicas. Killer Dutch Productions prometió cubrir el evento con siete cámaras y responsabilizarse de la iluminación y el sonido. Las cosas iban tomando forma.
En los meses previos a la gran cita, el aspirante a récordman mundial llevó a cabo una preparación muy seria y profesional: practicó yoga a diario, participó en dos maratones y registró más de 5.000 kilómetros de pedaleo en bicicleta estática. Además de eso, realizó sesiones de meditación y se sometió a crioterapia.
Llega el gran día
Foundations Venue fue una espléndida sede, equipada con wifi, que ofrecía a los participantes un servicio de comidas y bebidas, y con varias bicicletas estáticas para quienes quisieran ejercitar sus músculos durante la sesión.
Todos los preparativos se realizaron con sumo cuidado. Gareyev montó su circo con atención a los detalles. Así, los participantes fueron elegidos todos ellos entre jugadores de club, aunque algunos procedían de lugares distantes, como California, Colorado, Tennesee y Missouri.
La llegada de los jugadores debía ser el día 2, la víspera del evento, a fin de poder hablar con ellos, explicarles tranquilamente la forma en que se llevaría a cabo la exhibición, conocerse y establecer, en suma, una cordial acogida. Pero el motivo principal de la reunión era motivar a los jugadores, hacerles tomar conciencia de que también ellos serían protagonistas de un acontecimiento histórico.
Los tableros se dispusieron en dos filas, en forma de U. Los cuatro últimos jugadores (tableros 45-48) no estuvieron presentes físicamente, sino que jugaron online, desde Brasil, Suecia y EEUU. Como curiosidad, el participante decano fue uno de éstos, Luciano Nilo de Andrade (¡92 años!), único superviviente de la exhibición de Najdorf en Sao Paulo, 1947.
La sesión comenzó a las ocho de la mañana del 3 de diciembre.
El simultaneador se alimentó solo a base de líquidos, consciente de que la digestión exige al organismo un considerable esfuerzo, así que, excluidos el café y las bebidas energéticas, se limitó a ingerir zumos de frutas naturales, sobre todo el de sandía con limón.
Avanzada la sesión, se produjo un incendio en la cocina del centro, que obligó a intervenir a los bomberos y a la interrupción momentánea de las partidas. Gareyev temió por una posible pérdida de concentración y control mental. Pero a la media hora el orden quedó restablecido.
Lennart Ootes no sólo fue el fotógrafo oficial del evento, sino que también asumió la tarea de registrar todas y cada una de las jugadas y monitorizarlas para comprobar su exactitud y corrección. Y no fueron pocas: ¡más de 2.700!
El simultaneador se tomó ocho descansos de diez minutos cada uno.
Por fin, tras 18 horas y medio de juego y haber recorrido él mismo 50 millas en bici estática, las 48 partidas llegaron a su conclusión, con el resultado de +35 =7 -6.
Timur Gareyev se encontraba desorientado y con pérdida del equilibrio.
Pero ahora se propone batir su propio récord enfrentándose a 55 tableros. ¿Alguien interesado en promover el evento?, pregunta.
Marcus Lucan, uno de los seis que derrotaron al gran maestro, declaró que había sido el mejor día de su vida.
Tom Brownscombe vs. Gareyev.
Las Vegas, 3 de diciembre de 2016.
Apertura Ruy López.
1 e4 e5 2 Cf3 Cc6 3 Ab5 a6 4 Aa4 Cf6 5 0-0 Ac5 6 Te1 Cg4!? 7 Te2 0-0 8 c3
Si 8 h3, 8…f5!, y ahora 9 hxg4? daría demasiado juego a las negras: 9…fxg4 10 Cxe5 g3 11 d4 Axd4, con ataque demoledor. Si 9 d3, 9…d5!? 10 Ag5 Dd6 11 Cc3 fxe4 12 dxe4 Cd4!, con ataque (Gareyev).
8…d5! 9 exd5?
Grave error. Había que jugar 9 d4 cxd4 10 exd5 (10 cxd4? Cxd4! 11 Cxd4 dxe4 12 Txe4 Dh4, y las blancas no pueden atajar la iniciativa de su rival) 10…Dxd5 11 Axc6 Dxc6 12 cxd4, y las blancas están bien.
9…e4!
Un golpe destructivo, que mi oponente no vio.
10 dxc6 exf3 11 gxf3
11…Cxh2!
El ataque negro no dará respiro.
12 Te5 Df6! 13 Txc5 Cxf3+ 14 Rg2 Ah3+! 15 Rxh3 Dh4+ 16 Rg2 Dg4+ 17 Rf1 Ch2+ 18 Re1 Tfe8+
Las blancas se rindieron.
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