El antisemitismo ha sido estudiado en numerosas situaciones y contextos. Ya en los focos europeos de mayor censo judío (Rusia, Europa Central) en siglos pasados hay constancia clara de la consideración de comunidades «distintas» que tales grupos representaban para el resto de la sociedad. No es mi propósito tratar aquí en detalle ese tema, pero nadie puede ignorar que la chispa que prende el odio antisemita dio lugar, en la Europa de la Segunda Guerra Mundial, a un genocidio de proporciones gigantescas.
En esta película que, curiosamente y pese a su considerable valía, pasó prácticamente desapercibida, se narra la inquietud investigadora de un periodista que pretende contar, en una serie de crónicas, los rasgos de antisemitismo que detecta en la sociedad estadounidense y, más concretamente, en Nueva York.
Para ello se hace pasar por judío y le pide a todos sus allegados (novia, amigos, jefes) que no desvelen su condición de no judío para no afectar a la eficacia de su investigación. El protagonista podrá comprobar, en sus propias carnes, hasta qué punto los prejuicios están arraigados en el mundo en que vive, pues ni siquiera su prometida es capaz de soportar que los demás crean que su pareja es judío.
La cinta, en blanco y negro, exhibe, como es habitual, la maestría de Elia Kazan, y contiene infinidad de matices y diálogos interesantes.
Título original: GENTLEMAN’S AGREEMENT
Año: 1947
Director: Elia Kazan
Guión: Laura Z. Hoblon, Moss Hart
Intérpretes: Gregory Peck, Celeste Holm, Dorothy McGuire, John Garfield.
Oscar cuasnicu 02:06, diciembre 03, 2023
Gran aporte trataré de encontrar la película
Anonymous 11:50, noviembre 06, 2014
En los años 40 del siglo XX había, en efecto, bastante antisemitismo en Estados Unidos. Los judios estadounidenses eran muy discretos, y procuraban ocultar en la medida de lo posible sus creencias religiosas. En cuanto al Holocausto, los judios no se beneficiaron de ello en la inmediata postguerra. Sólo cambiaron las cosas a partir de los años sesenta.
Antonio Miguel.