Art Buchwald (1925-2007) fue un escritor y humorista estadounidense, galardonado con el Premio Pulitzer en 1982 y famoso por sus columnas en los diarios de mayor tirada de EEUU.
Durante el Mundial de Reykjavik entre Fischer y Spassky, como es sabido, el presidente Richard Nixon envió un telegrama de ánimos a su compatriota, invitándolo a la Casa Blanca. Fischer habría rehusado la invitación, «porque me pareció que no me pagarían nada por la visita. Además, hubiera sido una importante distracción.» Parece de risa, pero lo cierto es que el sentido del humor no formaba parte de las virtudes de Fischer.
Buchwald imaginó que Richard Nixon telefoneaba a Fischer cuando éste, supuestamente, hubiese ganado el título mundial. Esa divertida parodia fue publicada en el ‘New York Post’ el 27.7.1972 (día en que se jugó la octava partida del match):
«Durante años no ha habido un antihéroe como Bobby Fischer. Su conducta antes y durante la competición hizo que un lector del ‘Washington Post’ escribiese: ‘Fischer es el único americano que puede conseguir que todo el mundo en los Estados Unidos apoye a los rusos.’
Basándose en lo que Fischer ha estado haciendo en Islandia, la llamada del presidente podría ser así:
–Hola, Bobby. Te habla el presidente Nixon. Sólo quería llamarte y darte la enhorabuena por tu victoria en Islandia.
–Sea breve, quiere. Estoy cansado.
–Este es un gran día para América, Bobby.
–Más grande es aún para mí. He ganado 150.000 dólares y les he enseñado a estos idiotas islandeses un par de cosas.
–Sabes, Bobby. Estuve a punto de formar parte del equipo de ajedrez en Whittier College.
–Impresionante.
–Pero al final elegí el fútbol americano.
–¿Por eso me ha llamado?
–No, espera un momento, Bobby. Siempre llamo a quien gana un Campeonato para América. Me gustaría ofrecerte una cena de gala en la Casa Blanca cuando regreses.
–¿Cuánto me pagará por ir?
–¿Pagarte? No le pago a la gente por cenar en la Casa Blanca.
–¿Entonces, qué saco a cambio?
–Te mostraré mi despacho, la Corte Suprema, te presentaré a los líderes del Congreso y a cada jugador republicano rico del país. Llevaré a Guy Lombardo para que toque después de la cena. Es lo menos que puedo hacer por alguien que ha vencido al gran Spassky.
–Muy bien, iré. Pero mis condiciones son éstas: usted me envía el avión presidencial para que me recoja en Islandia, y se compromete personalmente a que me concedan una limusina, una suite de varias habitaciones, una pista privada de tenis, mi propia piscina y 10 agentes del servicio secreto para que la prensa no me moleste.
–Creo que puedo acceder a eso, Bobby.
–Y nada de cámaras de televisión.
–¿Ninguna cámara de televisión?
–Odio las cámaras de televisión. Me ponen frenético. Si veo una cámara durante la cena, me largo.
–No te preocupes, Bobby. No habrá cámaras de televisión.
–Y que nadie hable mientras estoy comiendo. No puedo comer cuando la gente se pone a hablar.
–Es muy difícil organizar una cena en la Casa Blanca y que nadie hable.
–Ese es su problema. Si oigo ruido de algún tipo, tendrá usted que buscarse otro campeón del mundo de ajedrez.
–Lo que digas, Bobby. Es tu cena.
–¿A qué hora será el guateque?
–Pensaba que a las ocho.
–Estaré allí a las nueve. No me gusta estar por ahí esperando, y tener que darle charla a esos políticos estirados.
–Entiendo, Bobby.
–Y llevaré mi propia silla. No puedo comer, sentado en la silla de otra persona. Así que es mejor que lo sepa desde ahora. Tampoco me gustan las luces brillantes cuando como. Si las luces son demasiado brillantes, ni empiezo la comida.
–Nada de luces brillantes. Te entiendo, Bobby. Sólo quería añadir lo orgullosos que estamos todos de ti. Eres una fuente de inspiración para los jóvenes de América.
El presidente colgó y llamó a Richard Helms de la CIA. «Dick, te estoy enviando el avión presidencial para recoger a Bobby Fischer en Islandia. Hazme un favor. Una vez que esté a bordo, ¿puedes ocuparte de que sea secuestrado en Cuba?»
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Sariux 10:47, mayo 24, 2011
Me encanta esta entrada Antonio, supongo que Fischer era una persona con la que no apetecía tratar…
kufisto 14:33, mayo 23, 2011
Rula por Youtube un video delicioso de una Billie en las últimas rodeada de sus músicos en una memorable jam session. Te dejo el enlace por si no lo has visto:
http://www.youtube.com/watch?v=SThGnrorGW8
Antonio Gude 14:02, mayo 23, 2011
No sé si tenía la mejor voz «académica», pero la suya contenía tales registros humanos y sensuales que te ponían los pelos de punta: maravillosas tonalidades que la convirtieron en la mejor vocalista del blues y del swing. Tengo versiones de ‘All of me’ incluso en la radio (en circunstancias penosas) y te maravillan. (Tendré que oír la versión de la Vaughan, que, ignorante de mí, no la conozco –a ella, sí, pero no a la canción). Saludos.
kufisto 12:40, mayo 23, 2011
Hola Antonio, por algo me sonaba tu nombre…felicidades.
Por lo que a Billie se refiere: a mí es la que más me gusta, sé que no tenía la mejor voz pero me llega muy dentro. Aunque la mejor versión de «All of me» es, para mí, la de Sarah Vaughan.
Saludos.
Antonio Gude 07:54, mayo 23, 2011
Saludos, kufisto. He leído tu interesante blog, y el texto sobre Fischer. Ese librito que mencionas (222 partidas) lo preparé yo, hace muchos años y ahora ‘La Casa del Ajedrez’ acaba de sacar ‘Bobby Fischer’, también de un servidor.
Por cierto, he visto a Billie Holiday entre tus preferencias y eso crea una conexión importante. Cuando Billie canta ‘All of Me’, el mundo se detiene.
kufisto 21:52, mayo 22, 2011
El mejor.
http://elblogdekufisto.blogspot.com/2010/09/nos-lo-trajo-et.html
Sin duda.
Un saludo, Antonio.