HISTORIA DEL CAMPEONATO DE LA URSS
LA HORA DE ROMANOVSKY (y 2)
LOS ASPIRANTES
Nikolai Grigoriev (nacido en 1895), el prestigioso teórico y compositor de finales, se encontraba en un momento feliz como jugador. En el primer Campeonato postrevolucionario de Moscú (1919-1920) había finalizado segundo (tras Iosif Tsukerman), imponiéndose en las tres ediciones siguientes. Pese a su profunda comprensión posicional, sus grandes conocimientos teóricos y un sutilísimo dominio de los finales, nunca llegó, sin embargo, a cumplir las expectativas que había despertado. La razón, según Vassili Panov, es que carecía del suficiente instinto competitivo, así como del más elemental sentido práctico. Como recuerda Alexander Kotov, Grigoriev era un hombre generoso, siempre dispuesto a atender y aconsejar a jóvenes aficionados sobre cuestiones ajedrecísticas. «De día o de noche, todo el mundo sabía que podía contar con él. El único precio a pagar era que te obligaba a ver uno de sus finales.» Otros historiadores y comentaristas han declarado que Grigoriev era un idealista, dispuesto a sacrificarlo todo por el ajedrez: su vida, su salud y su descanso. Se cuenta que en una ocasión pensó durante 40 minutos antes de realizar su primer movimiento porque, cual asno de Buridán, no sabía por cuál de los dos peones centrales decidirse… Por otro lado, Grigoriev era el maestro moscovita mejor informado, pues desde octubre de 1922 tenía a su cargo la columna de ajedrez de Izvestia, la primera en un diario de difusión nacional.
Fiodor Duz Jotimirsky (nacido en 1879), un ajedrecista veterano, que había vencido a Lasker y Rubinstein en San Petersburgo 1909, volvía a la carga. Jugador imprevisible y fantasioso, «era capaz de perder ante un debutante», como recordaría Kotov, «pero de ganar al día siguiente al campeón del mundo.»
El maestro Vladimir Nenarokov (nacido en 1880) había ganado el Campeonato de Moscú en tres ocasiones (1900, 1908 y 1922) y volvería a ganarlo en 1924. En 1905 había empatado un encuentro con Tartakower (+2 -2) y gozaba de un considerable prestigio en los círculos moscovitas. Era, por tanto, otro de los candidatos al título.
También empezaba a cobrar notoriedad el ucraniano Fiodor Bogatyrchuk (nacido en 1892), médico y director de un instituto de investigación en Kiev, con un estilo muy versátil, si bien aún no había conseguido éxitos destacables fuera de Ucrania.
Pero el jugador más importante, con permiso de Romanovsky, era Grigori Loevenfish (nacido en 1889) quien, como se recordará, había finalizado tercero en el primer Campeonato y también había ganado el Campeonato de Petrogrado en 1922. Loevenfish trabajaba como ingeniero químico en la industria del vidrio y aunque el ajedrez era muy importante para él, no puede decirse que fuese un jugador profesional.
EL SEGUNDO CAMPEONATO
Habían transcurrido casi tres años desde el primer campeonato, pero es que aquél no se había concebido como tal (ya hemos dicho que se trataba de un torneo dentro de la Olimpiada deportiva) y sólo posteriormente, como en el caso del segundo, se le dio rango de Campeonato Soviético. Es decir, que el campeonato nacional no estaba aún institucionalizado.
Esta segunda edición del Campeonato fue un torneo con trece jugadores, número muy reducido y, además, impar, lo que siempre desluce a una competición por sistema liga, pues un participante descansa siempre en cada ronda y el número de partidas disputadas por cada jugador es distinto, lo que desvirtúa la puntuación a lo largo del torneo.
Lamentablemente, tampoco de este Campeonato se conocen todas las partidas. Sólo se conservan 30 de las 78 disputadas.
(…)
Partidas y posiciones comentadas
(…)
EL TRIUNFADOR Y SUS ESCOLTAS
De Piotr Romanovsky ya hemos hablado en el primer capítulo de esta historia. Había descubierto su vocación desde muy joven y su dedicación al ajedrez era absoluta. En los círculos ajedrecísticos de Petrogrado era, sin duda alguna, el maestro más respetado y sus consejos y comentarios tenían un aura carismática. Curiosamente, sin embargo, sólo en una ocasión conquistó el primer puesto en el Campeonato de su ciudad: en 1925, y compartido con Ilyn Genevsky, Loevenfish e Ilya Rabinovich. Posteriormente, dedicaría la mayor parte de su tiempo a tareas pedagógicas, además de escribir libros y artículos sobre ajedrez. Pero eso sería a partir de los años treinta y de ello hablaremos en su momento.
Tuvo una actuación más que notable y, tras perder la primera partida, ganó nueve e hizo tablas en las dos restantes. De las siete partidas suyas que conocemos (la otra es sólo un fragmento) se mantuvo fiel a las aperturas del espectro 1 e4 e5, tanto con blancas como con negras. Bajo el prisma actual, las aperturas parecen algo anticuadas, pero era la moda entonces y los jugadores seguían la teoría al uso. Lo cierto es que exhibió mucha seguridad en sí mismo, jugando un ajedrez dinámico y con apenas errores. Sus partidas con Vilner y Duz Jotimirsky pueden calificarse de excelentes.
Loevenfish (+7 =4 -1) dejó escapar su oportunidad en la octava ronda, al perder, ante Nenarokov, un final de D+A vs D+C que se le fue de las manos, y que aun con una estructura de peones inferior no hubiese debido perder, de no haber elegido un plan desafortunado.
Bogatyrchuk, Duz Jotimirsky y Nenarokov (los tres con el mismo resultado: +6 =3 -3) empataron en el tercer puesto, a punto y medio de Loevenfish. En general, y a juzgar por las partidas que conocemos, el ajedrez del trío fue un tanto errático e irregular, y su actuación no puede considerarse buena, porque el resto de los participantes, salvo Grigoriev y Rabinovich, se encontraban a un nivel inferior.
Los grandes derrotados fueron, en realidad, Ilya Rabinovich (+5 =1 -6) y Grigoriev (+3 =4 -5). Ambos estaban considerados aspirantes a uno de los primeros lugares y tuvieron que contentarse con el octavo y noveno puesto, respectivamente.
En los casi tres años transcurridos entre ambos campeonatos, el nivel ajedrecístico había subido y la mayoría de las partidas tienen una calidad superior a las de 1920, si exceptuamos las de Alekhine.
El vencedor recibió, como primer premio, cuarenta rublos y fue proclamado campeón de la Federación de Repúblicas Rusas, como se llamaba el país, antes de la adopción del nuevo nombre.
APUNTES SOCIOLÓGICOS
-
En enero de 1923 aparece, en Estados Unidos, el primer número del semanario ‘Time, que tan influyente llegaría a ser a lo largo del siglo XX.
-
Las autoridades soviéticas implantaron, poco después del Campeonato (exactamente el 14 de octubre) el calendario gregoriano, en sustitución del juliano.
-
En noviembre, la Cheka o policía política es reemplazada por la GPU.
-
En el ámbito cultural, mientras los poetas Vladimir Maiakovski y Sergei Essenin cantan las excelencias del poder proletario, el cineasta Denis Abramovich Kaufman, apodado Dziga Vertov (¡gira, peonza!, en ucraniano) y líder del grupo vanguardista ‘Kinoks’ (cine-ojo), realiza, desde 1922, sus reportajes ‘Kino-Pravda’ (cine-verdad), filmando todo tipo de lugares y situaciones, a veces con cámara oculta y sin permiso de las autoridades.
¿Quieres comentar algo?