ajedrez, septiembre 15, 2011

LA LOCURA DE RUBINSTEIN

El GM Miguel Najdorf, compatriota del gran Akiba Rubinstein, dio su propia versión del trastorno de éste, en una entrevista con Eduardo Scala. Hay que hacer la salvedad de que Najdorf era un fabricante de mitomanía, y podía contar una historia, real o imaginaria, de varias formas diferentes.

«Es muy interesante cómo salvó la vida ante la Gestapo. Estaba medio loco, y un psiquiatra, admirador y amigo suyo, trataba de recuperarlo en su clínica. Cuando los nazis entraron en Polonia, fueron a registrar el sanatorio. Entra el oficial de la Gestapo y pregunta: ‘¿Hay judíos en su clínica?’ ‘Sí’, responde el doctor, ‘está el famoso gran maestro de ajedrez Akiba Rubinstein, pero está loco’. ‘Quiero entrevistarme con él. Comprobaré lo que usted me dice.’ Entra el oficial de la Gestapo en la habitación donde está postrado el maestro y le pregunta: ‘¿Es usted el maestro de ajedrez Akiba Rubinstein?’ ‘Sí señor’. ‘Levántese ahora mismo. ¡Venga conmigo!’ ‘¿Para qué?’ ‘¡Para trabajar!’ ‘Ah, a trabajar… ¿A dónde?’ ‘¡Al campo de concentración!’ ‘¡Magnífico! ¡Eso me encanta!’, y se puso la chaqueta como quien va a la ópera. ‘¡Quédese, quédese aquí! ¡Verdaderamente, está loco!’ Y de esa forma se salvó de la muerte.»

Entrevista con Eduardo Scala
‘Revista Internacional de Ajedrez’ nº 9, junio 1988, p. 25.
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6 comentarios

  1. elez 20:39, septiembre 15, 2011

    «Hay que hacer la salvedad de que Najdorf era un fabricante de mitomanía, y podía contar una historia, real o imaginaria, de varias formas diferentes.» ¿no esta claro?

  2. Antonio Gude 17:25, septiembre 15, 2011

    Muy bien, Sr. Anónimo, pues castíguelo usted a D. Miguel Najdorf por sus «decires desidiosos», como lo oí contar, lo conté…

  3. Anonymous 17:23, septiembre 15, 2011

    Hola.

    Me parece ridícula esta supuesta anécdota, primero cuando se invadio Polonia todavía no se conocia la existencia de campos de concentración y un oficial de la gestapo no iva a andar revelando información clasificada por allí tan descuidadamente como en el relato.
    Segundo, para el nazismo no existian los judios buenos( hubo excepciones obvías con los científicos) y este argumento hubiese bastado para enviarlo a un campo de concentración. Además se debe agregar que el sistema nazi no aceptaba la existencia de personas no productivas que fuesen un lastre para la sociedad, debian se eliminadas, sobretodo si no eran arios, y Rubinstein encajaba en dicho perfil con su enfermedad.
    Por último, la reacción de un hombre con graves problemas de nervios y delirios de persecución habría sido totalmente opuesta a lo expuesto en el relato de Najdorf.
    En vista a estos argumentos esta anécdota es totalmente falsa y su autor debío ser castigado en el acto por sus decires desidiosos.

  4. Antonio Gude 16:52, septiembre 15, 2011

    bis).
    Falta la segunda parte de la frase. Quise decir: aun así (…) dio su canto del cisne en la Olimpiada de Hamburgo 1930, donde con el 88,4% de la puntuación (+13 =4) consiguió lo que parece ser el mejor resultado jamás logrado en el primer tablero en una Olimpiada, y contribuyendo decisivamente a la medalla de oro de su país, Polonia.

  5. Antonio Gude 16:49, septiembre 15, 2011

    Saludos, Jairo.
    Hay numerosas anécdotas sobre los trastornos psíquicos de Rubinstein. Parece que la Primera Guerra Mundial destrozó por completo su ya mermado sistema nervioso. Yo llegué a conocer en Bruselas a su hijo, pero no tuve ocasión de hablar con él sobre su padre. Aun así, el gran Akiba, de quien Réti dijo el mayor halago que, en mi opinión, puede hacerse de un artista: «Sus partidas eran estructuras perfectas de las que no puede desplazarse ni una sola piedra.»

  6. Anonymous 14:43, septiembre 15, 2011

    Saludos,Antonio:
    Acuño aparte del artículo de Javier Cordero en «Ajedrez de Ataque»:
    Los problemas de su sistema nervioso empeoraron y Rubinstein empezó a padecer manías persecutorias y trastornos psíquicos, lo que hacía que se comportase de manera extraña cuando competía. En muchas de las partidas que disputó en esta época los nervios le producían un agotamiento tal, que en ocasiones no conseguía ver un mate en dos jugadas. También sufría espasmos nerviosos, por lo que en las partidas tras realizar su movimiento se retiraba a un rincón de la sala para no molestar a su rival, y una vez allí comenzaba a dar vueltas en círculo y a hablar sólo en voz baja. Resulta complicado poder competir con normalidad en semejantes condiciones.
    Para comprender lo perjudicial de su enfermedad, veamos esta increíble anécdota que le ocurrió en el transcurso de un torneo: «Tras una partida aplazada, Rubinstein se fue al comedor con un tablero de bolsillo y se puso a analizar la partida mientras comía. Cuando terminó de comer salió del comedor y se puso a caminar por el hotel sin perder de vista el tablero con la partida. De pronto se encontró con una puerta que ponía COMEDOR, entró, se sentó y volvió a comer de nuevo, sin recordar que lo acababa de hacer unos instantes antes».
    Por motivos obvios dejó de participar en torneos en 1932. Su salud mental siguió empeorando y tuvo que ser ingresado en un sanatorio. Fue una época muy difícil para el otrora genio del ajedrez, pasaba por constantes altibajos, con épocas en que no necesitaba tratamiento y otras donde volvía a ser ingresado”
    Jairo