Antonio Gude
Niño prodigio del ajedrez donde los haya, en 2008 Wesley So se convirtió en el jugador más joven en superar la barrera de los 2600 Elo, rompiendo el récord establecido nada menos que por Magnus Carlsen. Cuatro años después haría lo propio con el listón de los 2700 y en febrero de ese año entraría en el Top Ten mundial.
Su debut en el tablero internacional se produce en la Olimpiada de Turín (2006), con 13 años, y en 2007 consigue el título de gran maestro. Pero los buenos resultados del GM filipino se suceden en cascada incluso desde antes, en sus actuaciones en continentales y mundiales infantiles y juveniles. Así, medalla de oro individual en olimpiadas sub 16 (Singapur 2007 y Mersin 2008), triple campeón nacional luego. En 2009 (con 16 años) supera varias eliminatorias de la Copa del Mundo, dejando en la cuneta, entre otros, a Ivanchuk y Kamsky. Su lista de éxitos en torneos internacionales es ya más que considerable, y estamos hablando de un jugador que el próximo octubre cumplirá 22 años.
VIDA DE FAMILIA… DESESTRUCTURADA Y ATERRIZAJE EN USA
En 2010 sus padres emigraron a Canadá, dejando a Wesley en Filipinas. ¿Fué idea de éste, de ellos, de todos? El caso es que, sin que esto suponga acusaciones de ningún tipo, Wesley fue incubando hacia sus padres un resentimiento por el hecho de que le hubiesen permitido quedarse, lo que interpretó, de algún modo, como que se habían desentendido de él, y eso tuvo serias consecuencias para su equilibrio emocional. Tenía entonces dieciséis años y ahora sabe, o cree saber, que tal decisión no debía haber quedado en sus manos, que no le correspondía a él.
En 2012 la Webster University de Saint Louis le ofreció acogerse al programa Spice, una beca, en esencia, para estudiar economía y finanzas. So aceptó la oferta, pero una vez en Saint Louis, se sintió emocionalmente desasistido, algo perdido en un mundo en el que todo era nuevo y difícil para él. La relación con sus padres se había enfriado considerablemente y ellos no parecieron preocuparse por el nuevo estado de cosas o por la situación de su hijo.
En la universidad tuvo cierto apoyo de entrenadores y compañeros (como Ray Robson, con quien compartió habitación y análisis), además de Susan Polgar para el papeleo burocrático, pero no el tipo de apoyo emocional que necesitaba alguien que había perdido contacto con sus padres y que acababa de llegar a un país tan radicalmente distinto a Filipinas, con toda la incertidumbre y desasosiego que eso supone. Sobre todo si quien ha llegado es un joven de apenas 19 años.
NUEVA FAMILIA Y ADIÓS A WEBSTER
Mientras jugaba un abierto en Minneapolis, Wesley conoció a una chica, Abbey, y a través de ella, a sus padres Lotis Key y Bambi Kabigting, ambos de origen filipino. En esta familia, encontró el joven So afecto y comprensión, porque lo recibieron con los brazos abiertos. La relación con ellos se fue estrechando y por Navidades les pidió permiso para visitarlos y pasar juntos las fiestas navideñas. La simpatía era mutua y los Kabigting/Key le dieron el calor familiar que tanto necesitaba.
El impacto que esa relación produjo en Susan Polgar y Paul Truong fue muy negativo, además de inesperado. Ambos le sugirieron a Wesley que dejase de frecuentar a aquella familia, porque eso le distraía de sus estudios y del ajedrez. Lotis envió una foto de Navidades enmarcada y, en su ingenuidad, So la mostró a los líderes del programa de ajedrez, quienes, al verla pusieron una cara de entierro. Fue la gota que colmó el vaso. A comienzos de 2014 Polgar y Truong le pidieron a Wesley que cortase su relación con la familia de Minnesota. Tratan de disuadirlo. Luego se lo ordenaron. En principio, el joven GM cede, pero luego explica la situación a Lotis Key, tras comprender que nadie tenía derecho a elegir por él o tomar decisiones en su nombre. Después de meses confusos y una relación que se deteriora con los responsables de ajedrez de la universidad, llega el Millionaire Chess de Las Vegas, que constituye un espléndido triunfo y un oportuno espaldarazo, que además le reporta un jugoso cheque de 100.000 dólares. Después de ese éxito, y en el mismo octubre de 2014, toma una decisión crucial: abandona la Webster University, porque decide convertirse en profesional del ajedrez, al tiempo que es acogido por Lotis Key y su familia en Minneapolis, que ayudan a Wesley a convertirse en adulto. Lotis no sólo fue instrumental para suplir de algún modo la figura materna, sino providencial, porque comprendió perfectamente los déficits emocionales y sociológicos de Wesley y le ayudó al joven a mejorar su imperfecta expresión verbal.
A partir de ese momento, las comunicaciones y emails de Truong pasan de disuasorios a intimidatorios, convirtiéndose en una auténtica campaña de acoso y derribo, incluso aclarándole, con amenazas, veladas o no, en el sentido de que cualquier cosa que diga de él, se enterará, porque “el mundo del ajedrez es muy pequeño y todos hablan y chismorrean”, y que los organizadores de ajedrez pronto estarán al corriente de su carácter, en una clara agresión psicológica, que tiene que haber hecho mucho daño al joven gran maestro. No estaría mal que alguien volviese contra Truong su propio argumento, recordándole que, puesto que el mundo del ajedrez es como el tambor de la selva, tampoco él podrá sustraerse a que su personalidad sea perfectamente conocida y radiografiada.
En noviembre, Wesley So aparece ya como integrado en la Federación de EEUU y se recordará todas las dificultades que tuvo para conseguir el transfer, puesto que la Federación de Filipinas no facilitó, en modo alguno, la salida a su mejor jugador. Pero fue So, y no la Universidad o la USCF, quien asumió todos los gastos del proceso.
EL CAMPEONATO USA: UNA ENCERRONA
El último Campeonato de Estados Unidos se disputó en marzo/abril en Saint Louis y, cómo no, en las dependencias de la Webster University.
Truong sabía que la madre natural de So, Eleanor, no consideraba que el ajedrez pudiese ser una actividad profesional, así que la invitó a Saint Louis, en un tour de force para presionarlo, con el fin de que el joven regresase a Webster.
Es fácil ver que todos los rifles estaban cargados y apuntaban a Wesley.
En una de las partidas, Wesley fue advertido de que no debía escribir nada en su planilla, ajeno a las jugadas. Entonces, en su ingenuidad, le pareció buena idea hacerlo en un papel independiente. Y en la novena ronda el árbitro le mostró la tarjeta roja, no sin antes consultar con el director del torneo.
Las notas eran autoestímulos, recordatorios, una forma de jalearse a sí mismo, una costumbre, en cualquier caso, que So tenía muy arraigada, como él mismo explica: “Desde que comencé a vivir solo, adquirí el hábito de escribir notas para mí mismo, porque soy muy emotivo y tiendo a hacer cosas impulsivamente.”
¿Cuál era el contenido de esas misteriosas notas?
“Never break your rules”
“Just sit down for the entire game, never get up!”
“Double-check and triple-check!”
“Use your time, you have a lot of it!”
(Nunca rompas tus principios. Permanece sentado durante toda la partida. Nunca te levantes. ¡Comprueba las variantes dos y tres veces! ¡Usa tu tiempo. Tienes un montón!)
Tremenda y significativa información que podía dar un vuelco a la partida…
¿Eran esas notas la peligrosa información externa que, según las reglas, debía justificar la pérdida de su partida con Akobian?
Árbitro y dirección del torneo tuvieron un comportamiento abusivo, una decisión que se explica si tenemos en cuenta los antecedentes. Pero no se justifica. Wesley fue zarandeado, perjudicado e injustamente tratado por el bullying o matonismo de la organización, en una clara tentativa por castigar su rebeldía. El tipo de “lección” impropia de una universidad, para hacerle pagar cara su ingratitud. Después de todo, ¿no había sido Webster quien había facilitado su llegada a EEUU, concediéndole una beca? Así es, pero a cambio de ser representado su equipo por una figura internacional como Wesley So. Por otra parte, ¿no hablamos del país que exhibe orgullosamente en el Hudson la estatua de la Libertad, el país de las libertades y oportunidades individuales? ¿Se había preocupado alguien por el estado anímico de Wesley?
Quienes le reprocharon haber abandonado sus estudios, no actuaron movidos por una lícita preocupación por su formación universitaria, lo que les honraría a ellos y a la institución, sino por intereses espurios. Y aquí sería interesante saber si las autoridades académicas endosaron y endosan la actuación de Paul Truong y Susan Polgar, e incluso si conocen sus tejemanejes.
“Mis familiares y Paul (Truong) me arruinaron el Campeonato de EEUU”, declaró Wesley en una reciente entrevista con Dirk Jan ten Geuzendam.
CUESTIÓN DE ESTILO
“Hasta ahora, juego agresivo. Pero me gustaría jugar sólido, con un repertorio de aperturas igualmente sólido. Creo que mi estilo se parece al de Anand.” (De una entrevista en 2009).
Hay que decir que hasta hace poco So no tuvo entrenadores o analistas de élite, como recordó su compatriota, el MI Rudolfo Cardoso, de modo que sus conocimientos teóricos de aperturas, la preparación del repertorio, todo lo debe a su exclusivo talento y trabajo personal. No sabemos si actualmente Wesley tiene ya un segundo o analista significado, porque esa es cuestión que los mejores grandes maestros consideran poco menos que secreto de estado.
Después del Memorial Gashimov (Shamkir 2015), el campeón mundial, Magnus Carlsen, dijo de su ajedrez: “Wesley es muy peligroso y no es fácil entender cómo juega. A veces no puedo entender sus jugadas.” Lo mismo que dijo Botvinnik de Tal o Spassky de Petrosian. Lo mismo que sucede con todo jugador distinto: la impresión que produce su originalidad. Esa podría ser la principal característica de su estilo, aunque podemos apreciar en su juego una increíble versatilidad, tanto por las aperturas de su repertorio como por las jugadas elegidas en posiciones críticas o no críticas. Para una idea de su fuerza, proponemos al lector sus partidas, por ejemplo, contra Ni Hua (Olimpiada de Dresde 2008) y contra Giri (Shamkir 2015).
FE EN EL FUTURO
Tras un indiscutible triunfo en el Memorial Capablanca (2014) y sendos segundos puestos en los grandes torneos de Wijk aan Zee y Dortmund (2015), So no tuvo una buena actuación en la Sinquefield Cup, torneo que afrontó con grandes expectativas, finalizando, en realidad, como farolillo rojo. Había ignorado el impacto negativo del marco, pues, como es sabido, esta competición se desarrolla en Webster. Debe haber subvalorado la hostilidad ambiental, porque ninguno de nosotros es consciente de las pulsiones psicológicas que deambulan por nuestro espíritu. Es fácil imaginar que él sufriese allí una presión adicional, manifiesta o no, detectable o no, pero a todas luces real.
Wesley es un firme creyente y está convencido de que Dios tiene trazados los caminos para cada uno de nosotros y también de que quienes se apartan de su camino, debido a las dificultades, cometen un grave error. En una de esas encrucijadas, en un camino espinoso cree que se encuentra él mismo ahora, pero que no por eso dejará de seguir internándose en él.
Si tenemos la dimensión de nuestros sueños, el de So es convertirse en un gran profesional (¡ya lo es!) y luchar por el campeonato del mundo. Ciertamente, un sueño ambicioso, pero no una ilusión vana.
Este joven gran maestro, al que le gusta la comida italiana y cuyos libros de cabecera son la Biblia y los de Kasparov, es, actualmente, noveno del ranking internacional, con 2773 Elo y un apellido tan corto como enorme es su talento, encara el futuro con valentía y el respaldo moral y afectivo de su nueva familia y la admiración de sus millares de fans de todo el mundo. ¡Adelante y sin mirar atrás, Wesley!
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