Este curioso librito, de pequeño formato (10,5×16) y 302 páginas, fue un amable obsequio de mi amigo, el MF y entrenador de ajedrez, Luis Fernández Siles.
Parece que fue publicado por la Librería de la Viuda de Ch. Bouret, como se lee en la cubierta, y se diría que el formato es idéntico al original de Philidor. La edición es de 1914 y la traducción al castellano es obra de D. C. de Algaba, cuyo prólogo transcribimos a continuación.
El culto de la profunda y concienzuda investigación ha reemplazado en nuestro siglo al antiguo de la ciega e imperecedera tradición. Sin retroceder largos años veremos a nuestros padres obedecer en todo a las convicciones de los suyos, declararse acérrimos partidarios de la más dolorosa rutina. A nuestra época por el contrario la caracteriza un espíritu insaciable de exploración, al cual se deben los grandes progresos de las ciencias, arte e industria. En el día no se conocen límites en nada; nuestra marcha es infinita; mientras más profundizamos, más queremos profundizar. Y adviértase que jamás acatamos religiosamente las ideas añejas, todo pasa por el admirable crisol del análisis.
Al nivel, por fortuna, de nuestro tiempo, hemos desterrado, al traducir esta obra, importantísima, si se atiende a su autor y a su objeto, esas expresiones altisonantes y extrañas, por no calificarlas de otro modo, que por espacio de muchos años han usado los grandes jugadores. ¿No es en efecto ridículo suponer que un peón puede COMER a otro peón? Ante todo seamos lógicos, y puesto que nos representa el juego una batalla, y que las casillas son otros tantos fuertes, sustituyamos la palabra TOMAR a la original de COMER. También hemos simplificado algunas explicaciones, extendiéndonos en otras que no estaban bastante claras, a fin de que la lectura de esta colección de reglas no carezca de las principales y más preciosas dotes de toda obra: la precisión y la claridad.
Esperamos merecerá benévola acogida el Tratado de estratagemas, tomadas de los mejores autores franceses, que con algunas reglas generales hemos unido a este precioso volumen.
Al abrir el libro vemos, en la página de créditos, que la librería en cuestión tiene dos direcciones, una en París, y otra en México, de ahí, tal vez, la razón de esta edición en lengua española.
Aunque no se aprecia bien, puede verse que las jugadas están escritas en algebraica completa y también observarse el curiosísimo diseño y distribución de los diagramas.
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Anonymous 09:56, mayo 02, 2014
Visto desde hoy, sorprende comprobar cuanto espacio se desperdiciaba en los libros antiguos con ese tipo de anotación. Por lo menos, en el presente caso, se utiliza la anotación algebraica, no la descriptiva. Lo cual me parece raro, pués en periódicos anglosajones del XIX y buena parte del siglo XX, se utilizaba esta última. Y también en libros y revistas editados en España hasta hace unos cuarenta años. Si bien, el libro de Philidor conserva la costumbre de entonces de indicar tanto la casilla de salida como la de llegada de la pieza a mover.
Antonio Miguel.